5. You

1.1K 121 3
                                    

Dos semanas.

Ese es el lazo de tiempo en el que se ha forjado una amistad bastante romántica entre Jongseong y Jungwon, ya que cada vez que pueden se pasan el rato juntos.

Por un lado, Yang ya no pasaba el rato solo, además, de que ya no podían acosarlo directamente porque cualquiera que se relacionara con Park pasaba a ser prácticamente un protegido, aunque eso no quitaba a sus espaldas hablaran mierda sin sentido.

Por otro, Jay parecía estar en las nubes todo el día todos los días, se encontraba más risueño, su rendimiento en la escuela estaba en su excelencia máxima, al igual que su liderazgo en el equipo de futbol, básicamente se sentía imparable solo por tener algo que podría denominarse una amistad con Won.

Se sentía bien.

No podemos olvidar que ningún estudiante entendía qué estaba pasando y cómo de un día a otro estos dos opuestos se hicieron tan cercanos, aún así muchos tenían la teoría de que ya habían follado y el peligris engatuso al castaño para utilizarlo de guardaespaldas, como siempre, los idiotas haciendo sus estúpidas suposiciones.

—¡Jong!— llamó el acanelado desde la espalda.

—¡Jungwonie!— se dio vuelta para pasar sus manos por la pequeña cintura del mencionado.

Ambos se iban en autobús, aunque el de piel canela tuvo la posibilidad de que Sunghoon llevara su auto a reparación, lo rechazó sin segundos pensamientos porque realmente se siente atraído por el más alto, aún no sabe si es solo curiosidad por el tamaño de su miembro o si realmente su frío corazón se está descongelado, incluso sintiendo las típicas mariposas en el estómago al verlo.

¿Qué me estás haciendo capitán?

—¿Pudiste hacer tu tarea de literatura?— gracias a que iban en el mismo grado, Yang podía hacer preguntas sobre clases y conversar de ello.

—Por suerte ya tenía bastante adelantado, hubo un problema con el equipo, por lo que me tuvieron entre llamadas por horas— hizo su cabello ligeramente hacia atrás recordando el estrés provocado por el problemático Changbin.

—¿Nada grave?— interrogó algo preocupado por la expresión excesivamente seria del más alto.

—Nada que no se pueda resolver— alzó los hombros quitándole importancia.

Se sonrieron el uno al otro como si compartieran un secreto que ni ellos saben de qué trata hasta que finalmente llegó el vehículo a la parada donde se juntaban por las mañanas.

Se subieron, el mayor protegiendo que nadie pasara a llevar al más pequeño, cuando pudieron acomodarse ambos chocaban sus pechos, con el de pelo gris apoyado en una de las paredes mientras el otro mostraba su espalda al resto.

—Hoy tengo entrenamiento— murmuró agachándose sutilmente para llegar hasta el oído ajeno.

—Oh— se hizo un puchero en el rostro de Jungwon.

La única persona afuera de su familia y los amigos de su hermano, que son prácticamente sus hermanos, que conocen su lado más adorable es Park, por lo que se comportaba como si estuviera en su propia casa con él sin miedo alguno.

FALOFILIADonde viven las historias. Descúbrelo ahora