La boda. 17

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Ese día Alice fue despertado por su madre la cual lo ayudo a arreglarse, comenzando por su cuerpo el cual humecto con diferentes cremas naturales para que su piel quedara especialmente suave, luego siguieron con su peinado dejándolo ver entre tierno y atrevido, gracias a su linea de sangre, sus labios se veían especialmente rojos y húmedos, el traje le quedaba perfecto, su aspecto era simplemente muy apetecible, en especial el brillo que tenía en su mirada desde que supo de su embarazo este no lo abandonaba para nada, su vista simplemente era maravillosa, un ente totalmente hecho para pecar, estaba anhelando con fuerzas terminarse de unirse a su señor, su madre estando a su lado lo acompañaba esperando al momento para entrar al lugar donde sería la ceremonia; Iruma estaba nervioso, no él estaba entrando en un ataque de pánico, ¿y si Alice se daba cuenta de que él no era lo que necesitaba?, ¿y si comenzaba a darle asco a estar con él?, había comenzado a caminar por el lugar haciendo que su familia se comenzara a cansar mientras que los demás miembros del aula real se burlaran por verlo así, ese se parecía más al Iruma que conocieron al principio, nervioso, asustadizo, con ganas de meterse de bajo de una mesa, era como ver a un gatito asustado y eso les daba gracia, ya que desde que al parecer su ciclo de maldad se hizo uno con su personalidad no lo habían vuelto a ver así; Ya había llegado el momento su madre lo comenzó a guiar al lugar donde sería el ritual y él ya quisiera correr al lado de su pareja, su mamá le tenia que recordar que se comportara, además de que su comportamiento podría lastimar a su bebé por lo que se calmó, a un paso más tranquilo se dirigieron al lugar, al llegar al lugar su mirada mostraba lo asombrado que estaba toda la decoración las flores que su señor anteriormente le había explicado con paciencia lo hicieron sentir amado, sus mejillas se sonrojaron al verlas, siguieron caminando, cuando lo vio no solo el calor se concentro en sus mejillas sino que en todo su cuerpo, no podía hacer nada más que agradecer que ese maravilloso hombre que lo esperaba al final del altar fuera para él y él se entregaría aun más a él para la eternidad, los pasos que parecían en algunos momentos muy lentos lo cual lo desesperaba, si no fuera por su madre ya estaría al lado de su señor, cuando por fin llego a su lado su señor estiro su mano la cual no dudo en tomar, al inicio fueron los ritos como lo harían en el mundo humano, jurándose amor, respeto, fidelidad, luego comenzaron con el rito del inframundo para ello debían cortarse la palma de la mano y dejar caer una gota de sangre en la copa del otro, ambos lo hicieron Iruma comenzó a hablar, I: Con esta pequeña ofrenda de mi sangre, prometo cuidarte y protegerte de cualquier mal, aquel que desee lastimarte-los sabrán cual es el verdadero dolor, prometo ser tú apoyo, tú compañero más fiel y amarte hasta la eternidad en esta vida y las demás, con eso le puso no solo el aniño sino un hermoso collar de oro en su cuello. Luego él comenzó su voto, A: Yo Alice Asmodeos con esta ofrenda de mi sangre, no solo te juro la lealtad y el cuidado que te tengo, sino que prometo amarte, cuidarte, valorarte y ayudarte a dominar todos tus anhelos y sueños, ayudarte en este proceso de convertirte en un maravilloso Rey demonio, siempre recordante porque eres tan importante para este mundo y prometo amarle y dar la vida por nuestro futuro- ninguno menciono con claridad a su bebé ninguno deseaba que estuviesen la mirada de todos, deseaban protegerle de todo, pero su familia por supuesto que lo entendió, finalmente señaron su amor tomando de la copa con la sangre del otro para luego besarse y ahora estar unidos en esa vida y la otra, todos estaban felices por la felicidad de la pareja simplemente se lo merecían.

Eres mío desde el primer momento que te vi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora