Eres mío desde el primer momento que te vi.

Sentimientos. 32

Todos se encontraban muy alegres, Alice había regresado de su forzoso alejamiento, en el cual se notaba mucho el daño físico y emocional que había en el chico, pero pese a eso, él bebé se encontraba completamente estable por lo que sólo debía descansar para que no hubiera un riesgo mayor como una pérdida, Alice por supuesto acepto cada uno de los comentarios que se le realizaron, lo bañaron, lo medicaron y lo acomodaron en la cama para poder descansar.

Toda la noche Alice, fue monitoriado por los médicos que había en el lugar, todos se encontraban esperando a tener respuestas positivas al tratamiento, pues el cuerpo de Alice, se encontraba en muy mal estado, se preocupaban enormemente por el bebé o Bebés que habían en su vientre, nadie quería que se produjera un aborto, todos estaban haciendo todo lo posible por que la salud de los implicados mejorarán.

Opera estaba al lado de Alice, no quería separarse de él, pese a su miedo por no saber de su hijo era grande, no podía aléjese de la pareja de Iruma, sentía que ya le había fallado lo suficiente a su bebé, era hora de pagarse lo, aunque él quisiera ir por su hijo sabía que Iruma, estaría mejor con que cuidara de ellos, pero cuando tuviese a Iruma, en sus brazos Kiro, sufriría de eso no hay duda.

Ballan, estaba haciendo todo lo que podía para y tener a Alice y a su bebé con vida no se perdonaría si no hace algo para salvarlos, cuando trajeran de regreso a Iruma, Alice y su bebé debían estar bien.

Solliban, se lamentaba de la situación cómo es que dejó que ese ser repugnante se escapara sabiendo que iría por su nietecito, había cometido un error, error que le podría constar la vida de su familia debía ir por él lo más pronto posible regresar a casa, además de acabar con ese miserable ser.

Kalego, estaba iracundo su protegido, su hijo estaba en peligro, esa rata pagaría por lo que le había hecho a su familia, cuando él acabará con él nadie lo reconocería.

Iruma, pese a estar sufriendo nadie le quitaría la sonrisa de su cara, Alice estaba en casa, sabía que lo ayudarían a salvarlo y a su bebé, él debía resistir por ellos y los demás de su familia.

Kiro, simplemente no podía del placer que sentía al ver a Iruma en su poder, era satisfactorio saber que ahora lo tenía él.