03. ¿Que Si La Mala Suerte Me Persigue?

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Sí, nunca me cansaré de decir que soy el chico más idiota que existe en la tierra

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Sí, nunca me cansaré de decir que soy el chico más idiota que existe en la tierra.

—¡Eithan!

Me sobresalto al oír el repentino grito de mi madre, llamándome. Joder, ¿y ahora qué hice?

—¿Qué pasa? —pregunto, intentando controlar los latidos de mi corazón-, no es necesario que grites.

—¿Ah, no? ¿Y entonces cómo se supone que me escuches?

—No sé... —dudo de responder, ya que una palabra incorrecta y me llevaré un tremendo golpe—, podrías llamarme varias veces, antes de gritar.

—¿Y qué crees que estoy haciendo desde hace tres minutos? —contraataca.

Seguro me hubiera defendido, de no ser porque me conozco bastante bien y sé que, cuando me distraigo pensando en algo —o en alguien—, nadie logra hacerme reaccionar.

Bueno... nadie, excepto los tremendos gritos de mi madre.

—¿Son ideas mías o estás más distraído que de costumbre? —pregunta, como si me leyera la mente—. Dime, Eithan, ¿en qué pensabas?

En la rara de mi vecina, de la cual, aún no sé su nombre.

Sí, aunque parezca gracioso —y un poco estúpido—, es verdad. Ayer, luego de que seguimos nuestro camino, ella me siguió hablando sobre la rutina de limpieza que mantenía la familia de la casa verde. Luego, llegamos a la tienda y cuando terminó de comprar lo que necesitaba, salió corriendo en dirección desconocida. Apenas si se despidió y ni hablar de su nombre, porque no dio tiempo ni a decírmelo.

Un suspiro pesado se me escapa al pensar en cómo terminó nuestro recorrido y gracias a eso, me gano una mirada acusadora de mi madre. Oh, ya me descubrió.

—¡Ni se te ocurra decir que estoy pensando en alguien! —le advierto con seriedad.

—¿Y no es así?

Bueno, sí, pero finjamos que no.

—Sólo me distraje un segundo, ¡deja de ser tan exagerada! —Su amplia sonrisa me demuestra que le divierte mi situación, por lo que no dudo en entrecerrar los ojos con cierta frustración—. Cambio de tema, ¿ya sabes cuándo empiezas a trabajar?

Su sonrisa desaparece de golpe. Rayos, parece que será más rápido de lo que imaginamos.

—Inicio el Lunes —indica, sin siquiera mirarme.

Damas y caballeros, eso es pasado mañana.

No puedo evitar que una extraña mueca se dibuje en mi boca al escucharla. Odio que no tengamos tiempo para estar juntos y odio más que ella tenga que trabajar tanto, sólo para mantener a un hijo como yo. Además, odio el hecho de tener que pasar tanto tiempo sólo. No me gusta, pues me da más para pensar en el hecho de que, ahora, somos sólo ella y yo.

¿Otra Vez Tú? © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora