𝟭𝟰. 𝙡𝙖 𝙘𝙤𝙧𝙧𝙞𝙚𝙣𝙩𝙚

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𝐁𝐄𝐋𝐀𝐌𝐈

A pesar de que tenía un vínculo con mis hermanos, jamás fui como ellos.

Sentí que había algo diferente en mi que no lograba encajar del todo. Les era muy fácil desenvolverse entre el resto. Como personas humanas comunes, por el contrario nunca logré entablar relación con los humanos.

Estando vivo tanto tiempo comienzas a darte cuenta de ciertas cosas, a pesar de que el vínculo con George era tan grande por ser mi hermano mayor, cuando cuidaba de mi escondidos y ocultos para alejarnos de las cosas que estaba sucediendo allá afuera, algo no terminaba de conectarnos.

Después de que regrese de la muerte las cosas se complicaron demasiado con el Demonio queriendo escapar a la menor provocación, eso hizo que me quedara estancado mucho más, y definitivamente no podía estar tan cerca de los humanos como el resto de mis hermanos. Ellos vivieron otras experiencias, tuvieron otro tipo de relaciones que jamás habían logrado por miedo a cometer un error. No quería asesinar a nadie en un arrebato de mis impulsos y mucho menos que supieran de nuestra existencia. Pasé demasiado tiempo deseando ser un humano normal, llevar otro tipo de vida. Tener amigos, preocuparme por simples cosas estúpidas para no tener que ocultarme... En el peor de los casos, deseaba estar muerto y terminar con el problema.

Nunca les dije lo que sentía. Jamás supieron de mis pensamientos, ni de mis deseos. Refugiarme en mí mismo parecía la mejor opción. Tenía la esperanza de que al madurar, el Demonio también se iba a tranquilizar. Aunque siempre estuvo presente en uno de mis ojos, mirando y acechando, esperando a que bajara la guardia para salir de mi. Debía ocultar esa parte con los lentes, y tratar de pasar desapercibido entre la multitud, en una guerra interior, pero más con la otra parte de mi. Quizá es lo que tenemos en común Jason y yo, pero no lo había visto de ese modo.

―Quería que supieran que Jason y yo estamos juntos, no esperaba una celebración, pero no me había sentido de esta manera jamás ―deje salir con tristeza al ver a mi hermano de esa manera.

―No quiero perderte ―George se cruzó de brazos, me analizó. Su expresión cambiaba de Jason hacia mí, podía sentir la rabia que le provocaba.

―No vas a perderme, sé que he hecho las cosas mal. Debí decirles que ese Demonio estaba detrás de mí.

―Si están juntos, debemos proteger a Jason también ―Dejó salir David desde atrás.

Desvíe la mirada hacia Jason. Miraba al otro lado, al ventanal de la derecha. Estaba encorvado, con las manos dentro de sus bolsillos se veía tan incómodo que me preocupaba que le pudiera estar afectando más de lo que dejaba ver. Estire mi brazo hacia el suyo con suavidad, busque su mano y la sujete con fuerza. Se volvió hacia mí, y su expresión fue una que no había visto en mucho tiempo.

―Gracias ―les dije a mis hermanos―. Quizá debamos dejar esta conversación para después.

Tire de la mano de Jason para caminar hacia la escalera. Él subió sin protestar y en silencio.

Me sentía muy mal por haberle ocultado lo que estaba sucediendo y la intervención de abajo sólo había servido para hacernos sentir mal a los dos. Jamás hubiera imaginado a George pidiéndole a Jason que se alejara de mí.

Sujeta su brazo, y lo atrae despacio hacia mí. No me miró, se mantuvo inmóvil. Sujeté sus hombros y lo dejé frente a mí.

―Lo siento mucho, Jason.

Entrelazo sus dedos tibios en mi mano derecha y tiró de ella para conducir me por el pasillo. No dijo nada y no podía descifrar lo que pensaba, aunque sus emociones eran como vibraciones en mi pecho, me faltaba mucho por descubrir lo que significaba cada una de las sensaciones que provocaba en mi. Se acercó hacia mí habitación, empujó la puerta entre abierta y me libero ahí dentro.

𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙤𝙨𝙘𝙪𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora