𝟭𝟮. 𝙝𝙞𝙡𝙙𝙖

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𝐁𝐄𝐋𝐀𝐌𝐈

Sus pasos al pisar la maleza creaban un temblor en el suelo, era muy leve, pero mis sentidos eran capaces de captarlo. Había querido poder verme a través de sus ojos sólo para mirar que tan raro me veía cuando aparecí, se que le provoque miedo y yo lo sentí también al sentirme incapaz de poder detenerme, pero él es demasiado para mí que pudo controlarme.

Jason me dijo que podía ir con él a su casa porque su madre había ido a trabajar y no quería estar solo el resto del día. Caminaba delante de mí, con la capucha puesta por él goteo del cielo oscuro. Sus manos las tenía en el interior de los bolsillos.

―¿Por qué viniste hasta aquí? ―le pregunté.

―Pensé que sería buena idea, en realidad no sabía que iba a encontrar aquí. Antes de que llegaras tuve un pequeño colapso con los sentimientos revoloteando, fue un sitio muy feliz y ahora es uno muy triste. No quería estar en casa solo con mis pensamientos... ―respondió, se detuvo unos pasos delante y me miró girando la cabeza.

― ¿Te estás sintiendo mal otra vez? Quisiera saber cómo poder ayudarte, en serio, no quiero pensar en ti de esa manera ―Era cierto. Después de lo de hace un momento, estaba seguro de que no iba a alejarme de él jamás. Más si podía ayudarlo de alguna manera iba a hacer lo necesario.

―No, de hecho he estado muy consciente de lo que estoy sintiendo. Jamás había estado tan cuerdo y de manera regular, desde que me besaste la primera vez, algo cambió... Me pidieron que me alejara de ti, que estaría mejor y que cada quien continuará, que era mejor para ti y para mí.

Iguale su paso y comenzamos a movernos por el estrecho camino húmedo y oscuro. No deje de ver su rostro bajo cuando dijo lo último.

―¿Quién fue?

―No voy a decírtelo. Solo quiero que sepas que trate de evitarte por ese motivo. Hay algo que no entiendo, ¿por qué cuando mi padre te mató te veías casi igual, pero yo tenía diez años? ―cambio de tema de manera repentina.

―Mi crecimiento no es como el de un humano normal. Nací en 1986, es decir, tengo 36 años en este mundo, el problema es que no me veo de esa manera. Mi madre decidió que cada dos años humanos era un año nuestro, es por eso que tengo la mitad de lo que debería tener ―le expliqué―. He vivido mucho tiempo, pareciendo de 18 y siendo tan joven. No es de extrañarse que me obsesione contigo.

―¿Y tu familia? ¿Tus hermanos? ―continuó.

―George tiene 21 años, luego sigue David con 20. Vinnie y yo tenemos 18 años. Mi madre se hizo cargo de todos, ella era de aquí de Deltic y vivió unos años hasta que una legión de Demonios invadió el pueblo. Eso fue mucho antes de que nosotros naciéramos... ―hice una pausa al recordar a mi madre.

Jason noto mi silencio y me sujeto de la mano, entrelazo sus dedos fríos en los míos y me dedicó una sonrisa tan adorable que estuve seguro que mi cara adoptó un color muy extraño.

Al llegar a su casa, me condujo a la parte de arriba. Conocía la parte baja como la sala y la cocina, incluso conocía su habitación, pero no el resto de su casa. Era mucho más hermosa que la mía, elegante y un verdadero hogar. Me sorprendió ver las fotografías en cuadros colgados en los muros de la escalera de madera rojiza, había fotografías de Jason siendo más pequeño con una enorme sonrisa, su cabello parecía haber sido el mismo toda la vida. Entramos a su habitación y me echó una mirada de arriba a abajo, sabía que me veía terrible.

―Puedes tomar una ducha si gustas, dentro del baño hay un par de toallas limpias ―me dijo al sentarse en su cama.

―¿Estás seguro? ―pregunté mirando hacia el exterior de su habitación.

𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙤𝙨𝙘𝙪𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora