𝟭𝟴. 𝙡𝙖 𝙩𝙤𝙧𝙢𝙚𝙣𝙩𝙖

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𝐁𝐄𝐋𝐀𝐌𝐈

Era un completo tormento recordar lo que había hecho, ahora, el escalofrío me recorría el cuerpo cada que el recuerdo volvía a mi.

Me había cegado completamente, solo se movía en mi el instinto de asesinar, de protegerlo a él. Tal vez había sido una manera equivocada. Ni siquiera podía recordar como pase de un punto a otro, solo me recordaba de pie, convertido en el Demonio bajo la cortina de la lluvia, detrás de ese lugar en el centro. Un callejón vacío, dos cuerpos mutilados, desmembrados y esparcidos sobre el charco de su sangre que se unía a la corriente provocada por la lluvia.

Cerraba los ojos y veía los ojos de Jason, la manera en que me miró al darse cuenta de lo que había hecho, su mirada cargada de una terrible decepción.

Hasta ese momento no había caído en cuenta lo que había hecho, no había culpa de ningún tipo, le oculte la verdad a Jason pensando que estaba bien, que se justificaba, pero no entiendo porque ahora resuena tan diferente, algo había cambiando de manera inexplicable. O tal vez era por que las cosas se habían volteado de cabeza al punto en que no sabía que iba a pasar.

No iba a culparlo por entregarme a la policía, sabía porque lo había hecho y estaba bien. Mis hermanos me había sacado de esa situación, su versión coincidía con la hora en que llegué a casa de Jason y que me encontraba con ellos al momento en que ocurrió el asesinato. Rápidamente me dejaron ir con una advertencia por haberme escapado a seguir y tratar de detener a Jason.

Pero ahora la pesadez en el pecho, la rabia, el dolor en las entrañas y la terrible perdida de identidad estaban ahí como una punzada. Nunca me había sentido de esta manera jamás. Quería ir corriendo a buscarlo solo para saber que estaba bien, no buscaba nada más que eso. No quería que cargará con lo que hice al haberle dicho que lo hice por él. Sabía que inmediatamente caía la responsabilidad sobre el. Al mismo tiempo que no sabía si quería verme, si me iba a ver de la misma manera que antes.

La relación con mi familia se había fracturado por completo. Ni siquiera sabía porque me habían ayudado, por que habían dado una versión que me sacara del problema. El arrepentimiento me había paralizado, pero era parte de lo mismo, la ceguera, el impulso. Aceptaba la culpa que había tenido, ellos creían que Jason me había hecho cometer el asesinato, pero yo lo había hecho sin que el supiera sobre mi decisión. En parte se debía quizá a que desde el principio, Geo, había tomado una mala postura en la decisión de estar con Jason, no había mencionado el tema desde que supe su postura. No iba a culpar a nadie por mis decisiones, me sentía perdido como al principio antes de que Jason apareciera en mi vida. Esa sensación de no saber a dónde ir, lo que seguía, como continuar. Sin la corriente llevándome a un camino seguro.

El resto de la semana me la pase encerrado en mi habitación. El silencio era mi único lugar seguro en ese momento, conviviendo y procesando conmigo mismo como lo había hecho por muchos años. No había tenido contacto con mis hermanos, no sabía porque me habían salvado, porque habían abogado por mi. El resto de la historia ya la conocían, así que mejor estar solo a sentirme peor de lo que me estaba sintiendo. Lo que me había motivado a asesinar ya no estaba ahí y no sabía de dónde provino ese impulso, claro, lo había tenido antes, el monstruo de mi interior se movía por ellos pero desde que estuve tan cerca de Jason eso había desparecido.

Miraba hacia el techo una y otra vez buscando, tratando de descifrar los patrones. La manera en que reaccioné, sin la culpa, el arrepentimiento, ocultando la verdad sin importarme en lo absoluto los sentimientos de Jason, o lo que fuera a pensar sobre lo que hice. Me domino la ira, solo quería proteger a mi novio.

Luego, llamaron a la puerta de la habitación. Se abrió un poco y vi a Vinnie asomar su cabezota con una mueca. Se deslizó al interior del cuarto observando el desastre que había en el suelo.

―¡Vaya! Mi cuarto es un basurero, pero esto es superior.

―¿Qué quieres? ―respondí de mala gana.

―Escucha, se que esto es una mierda. No eres el único responsable de que lo que pasó. Se que lo sientes, puedo sentirte al otro lado del pasillo. Estamos conectados de una forma diferente, siento tu energía... Quítate la culpa de los hombros, cada uno de nosotros es responsable de algo, para llegar a este punto nosotros también lo permitimos...

―¿George te envío a darme un sermón?

―No, él ni siquiera está aquí. Se siente como tú te estás sintiendo, él, él hermano mayor quien debía tener un poco más de madurez fue el primero que se transformó. Supongo que en tu lugar también me hubiera defendido...

―No quería lastimarlo. Estaba ciego con lo que sentía en ese momento, estaba furioso por cómo actuó en contra de Jason sin ningún sentido. Debía hacer algo para que se detuviera, eso es todo.

―Me contaste lo de Jason, y lo que sentías al estar muy cerca de él. Pensé que era un chiste para justificar tu obsesión con él ―Frunció el ceño. Estaba de pie con los brazos cruzados aún lado de la cama―. Hablé con Jason ese día, luego de que lo siguieras al salir del interrogatorio. Le pregunté sobre lo que hiciste y pude sentir lo que dijiste, sus emociones se movieron sobre mí como si fuéramos uno mismo, se estremecía, sus piernas temblaban estaba sufriendo por descubrir lo que hiciste. Dijo que no sabía nada, que se había enterado en ese momento.

―¿Pará qué hablaste con él? ¿Qué esperabas descubrir? ―Me incorpore sobre el colchón .

―Quería conocer si el té había pedido que lo hicieras. No lo creí jamás, pero debía estar seguro antes de continuar ayudándote. Estaba completamente fascinado con lo que estaba produciendo en mi, es tan inexplicable que estaba tan sorprendido con lo que mis sentidos percibían estando junto a él. No lo he sentido con ningún otro humano.

―¿Te dijo algo más? Algo sobre lo que estaba pensando de mí... ¡Mierda!

Sentí una punzada en el pecho al recordar lo que le dije el último día que nos vimos. No podía sacar de mi mente sus ojos al descubrir lo que había hecho.

―Dijo que no sabía cómo verte de la mía manera. ¿Porqué lo hiciste?

―No lo sé. Lo que sentí en ese instante se esfumó, como si ahora no tuviese la menor idea de porque lo hice, me siento mal, traicione todo en lo que creía sin ningún sentido aparente.

Temblé ante ese sentimiento, no había visto hacia esa dirección. Lo que mi madre construyó para nosotros. Todo lo que inculcó en nosotros lo destruí. No pasó por mí cabeza nada de eso. Como si ese que lo hizo no fuese yo.

La puerta de la habitación se abrió de repente, vi a David asomar la cabeza. Nos miró a ambos y luego habló.

―Jason está abajo, está preguntando por ti.

Dio la vuelta y se alejo. Desvíe la mirada hacia Vinnie que se veía algo sorprendido. Me hizo una señal con la cabeza y empezó a moverse hacia la salida de mi habitación.

No dude ni un momento. Salte del colchón, estaba desnudo, así que me puse los pantalones negros tirados por el basurero de mi habitación. Me coloqué la chaqueta y avancé fuera de mi habitación a través del pasillo hacia una sola dirección. Al llegar al recibidor no lo vi en ninguna parte. Seguí avanzando hacia la salida y lo vi de pie al inicio del bosque, a unos metros de la entrada principal. La lluvia caía de manera torrencial, su figura de perdía en la espesa cortina. Llevaba la capucha puesta encorvando la espalda, como tratando de cubrirse del viento.

Me moví hacia el, sintiendo el suelo mojado y lodoso bajo mis pies descalzos y avance hacia él. De pronto sentí que algo no iba bien. Alzó su mirada hacia mí, me miró un instante y bajó la mirada.

―Te estas mojando, ¿por qué no me esperaste dentro de casa? ―le pregunté.

El agua me caía con fuerza, me mojaba la cara y el frío me calaba en la piel. Sentí un temblor por el helado viento que pegaba de frente entre los árboles que estaban detrás del chico junto a mi.

―Vamos a dar un paseo.

Jason no espero por mi respuesta, me condujo hacia atrás por el bosque, denso y espeso con la terrible lluvia cayendo sobre nosotros. No sabía lo que estaba sucediendo, y el malestar que tenía sólo me hacía sentir peor. Recordé que, ahora que él estaba aquí era mi única y la más valiosa oportunidad de aclarar las cosas. Aún así, sentía que nada bueno iba a salir de aquí.

Caminamos unos cuantos metros dentro del bosque, se detuvo en el sendero bajo la sombra de un árbol. Se sacó la capucha de la sudadera y vi su cabello alborotado y mojado.

―Se que debí haber ido a verte... ―hable. El sonido de mi voz resultó extraño.

―Esto jamás debió pasar.

Inspire profundamente. La punzada me atacó con mucha fuerza. Tenía las manos a cada lado de mi pantalón, estaban heladas, quietas y paralizadas.

―Jason, yo, se que cometí un error muy grave y te juro que no se porque. No sé qué me ocurrió, ni siquiera pensé en las consecuencias, en mi familia, en mi madre, en ti...

―No te voy a culpar de nada, al final, eso es lo que tú eres. Un monstruo. En serio, me he tardado demasiado en comprender porque no me has matado ―La voz brotaba de él sin ninguna emoción palpable. No había nada saliendo de él, ni tristeza, ni enojo, era simplemente una persona más sin lo especial que lo caracterizaba. El sonido de su voz iba en un solo tono, bajo, sombrío y muy profundo, cada palabra entraba en mi cabeza retumbando con mucha fuerza, derrumbando los pocos cimientos de mi cordura.

―Sabes que no deseó matarte. Eres una persona importante para mí, no se trata de lo que soy, sino de lo que pretendo ser ―Había un dejo de desprecio en él hacia mí.

―Lo sé. Pero cuando asesinaste a esos chicos perdiste todo lo que querías ser. Y lo hiciste en mi nombre dejándome con esa carga, yo jamás te pediría que matarás a alguien. Ni por todos los traumas, ni por todos los abusos. Uno se llega a acostumbrar a eso... Pero creí que tú ibas a entenderlo.

―Lo sé, Jason. No he hecho nada más que pensar en ti, y en lo que hice. Te lastime cuando dije que lo había hecho por ti, ese día... Yo ―Le grite. Estaba furioso, pero mi voz no dejaba de sonar como una súplica.

―Por ese motivo te digo que no debió pasar esto entre tu y yo. Ni siquiera pertenecemos al mismo mundo, nuestras vidas son distintas. No están atadas ni siquiera por una humanidad... ―La voz no cambió en lo absoluto, ni su expresión, ni su mirada.

Se agitó los mechones mojados que le caían en la cara, movió las gotas con el dorso de su mano para alejarlas de sus ojos. Su cuerpo escuálido estaba temblando, se agitaba ante él frío del viento y de la lluvia, ambos nos íbamos hundiendo cada vez más en ese sinuoso y tenebroso lugar. La poca esperanza de mantenernos juntos se había desvanecido con la lluvia, no iba a presionarlo, no iba a aferrarme cuándo él ya había tomado su decisión.

Apreté mi mandíbula paralizado por el frío, deslice mis manos por mi pecho desnudo, húmedo y helado. La chaqueta que llevaba puestas se hacía más pesada al llenarse de la lluvia.

―Sólo quería decírtelo de frente, que lo pudieras escuchar de mi propia boca. Adiós...

―¿Se terminó por completo? ¿Qué se supone que debo hacer ahora? ¿Esto es por lo que hice? ―Sentí como un vacío en mi interior se tragaba todo, haciendo el hueco más grande.

Jason asintió, su mirada estaba perdida y vacía como la vez que iba a matarlo. No había nada en ellos, y la expresión serena que mantenía no revelaba ninguna expresión. Jason se dio la vuelta. Camino alrededor del árbol detrás de él y empezó a caminar adentrándose en el oscuro bosque. La maleza se agitó con su andar. Di un paso al frente, estire uno de mi brazos como si eso fuera a ser suficiente para detenerlo.

El mareo me hizo perder la noción un instante, pero me aferré al sonido ahogado de sus pasos al caminar sobre los helechos, las hojas húmedas y la lluvia al chocar contra su cuerpo. Me moví en esa dirección para intentar alcanzarlo y detenerlo. Tenía que hacer que entrará en razón de alguna u otra manera o solo deseaba poder decirle que nunca fue mi intención lastimarlo de ningún modo solo para poder callar la culpa, el remordimiento que se había alojado en mi y había comenzado a incrementar como un terrible escalofrío. Avance dando tumbos por el aturdimiento, las ramas bajas, los helechos de mis pies y las lianas de la enredadera me impedían seguir el rastro de su andar, como si en realidad nadie hubiese pasado por ese lugar. Nada se movía, no había huellas en el suelo, ni oía su corazón. Se había desvanecido. Me detuve cuando no iba hacia ningún lado, cuando la lluvia me retenía entre el barro de mis pies descalzos y la maleza a mi alrededor, no había manera de que alguien hubiera cruzados esa parte del bosque en mucho tiempo, habría que arrastrar te para conseguir cruzar la hierba crecida.

Limpie mi cara con las palmas de mis manos, frote mis ojos hundidos en la espesa lluvia. Alborote mi cabello hacia atrás y que siguiera cubriendo mi cara.

La figura se cruzó por enfrente de mi. Lori lanzó la pelambrera mojada por uno de sus hombros. Deslizó sus dedos por mi brazo izquierdo, la mire y sus ojos sombríos llamaron por mi. Sonrió al ver mi expresión, como si se alegrará de lo que estaba sucediendo.

―Es una pena que su jueguecito de amor haya llegado a su final de manera tan abrupta ―me susurro.

Su mano siguió moviéndose por mí hombro, con movimientos despacios. Sujete su mano y la arranque de encima de mi y la empujé hacia el otro lado.

―Deja de intentar hacer lo que sea que estés haciendo. No voy a caer en tus manos de ninguna manera...

―Pero si ya lo has hecho, tú, tus hermanos y tu novio. Fue muy simple y me estuviste ignorando todo este tiempo, me dejaste ―Movió los ojos como buscando la palabra correcta―. Ni siquiera en segundo plano, te lo advertí y a ti no te importo en lo más mínimo. He estado mucho más cerca en esta historia, en primera, fui yo quien te borre de los pensamientos de Jason, de un día para otro. Esos chicos cooperaron sin necesidad de intervenir.

―¿De qué estas hablando? ―Hice una mueca tratando de recuperar la poca cordura.

No dejaba de llover. Y cada vez se hacía más oscuro, más me ocultaba en medio de la nada con el Demonio que no terminaba de venir por mi. Caminaba a mi alrededor como una fiera al asecho.

―Algunas piezas se unieron solas y otras las fui añadiendo. Yo te hice asesinar a esos chicos, es por eso que ya no tienes ese instinto en ti, y solo tuve que cerrar el puño para controlar tu sangre asesina ―Movió su muñeca frente a ella y cerró el puño. Mi pecho se comprimió, aplastando mis pulmones y mi corazón con un terrible dolor―. No fue demasiado difícil, tu sangre ya tiene ese instinto de asesinato. Al igual que saber que tu padre fue una figura de poder, el último Demonio más poderosos que ha pisado esta tierra. Y que tu seas su primogénito, eres un desperdicio. Tu hermano siente celos de Jason, no sabia que sentía algo más por ti que una relación de hermandad, al parecer él no te ve de esa manera desde hace mucho tiempo... Aproveche para enfrentarlos, así sufren los dos al mismo tiempo y quiebro la vulnerabilidad de su pequeño clan y poder atacar.

La chica se movió hacia atrás de mi, sus dedos volvieron a tocarme, deslizó sus dedos por mi espalda, paralizando mi cuerpo con el escalofrío que me estaba provocando. Siguió moviéndose hasta quedar frente a mi, movió la mano derecha por mi pecho mojado.

―Me ignoraste todo este tiempo, pudiste ahorrarte todo si lo hubieras hecho lo que te pedí desde el principio...

―En realidad estaba esperando a tu hermano, estaba esperando que atacaran directamente, no con estos juegos infantiles ―respondí tratando de asimilar la nueva información.

―Siendo una mujer, mi único trabajo en el clan es el de procrear, solo sirvo para cumplir un rol. Así que decidí aventurarme a hacer algo más, me dieron una oportunidad, así que decidí ir lento y esperar. Te hice perder a tu familia, a tu novio... Se que le has dado de tu sangre, lo que me servirá para alimentar a mi nueva creación. Espero que te hayas despedido, porque no lo volverás a ver jamás.

―No sabes con quien te estas metiendo...

―Tampoco tú. Hice un pacto con el diablo, el me va dar poder si yo lo devuelvo a la vida. Tuve que absorber a mis hermanos para obtener sus habilidades... ―Acarició mi mejilla con sus largas uñas frías.

La figura se desvaneció de mí lado, como una mancha de humo que era empujada hacia el cielo.

Me di la vuelta de regreso a casa. Me arrastre como me era posible entre la maleza y la lluvia. No sólo era eso sino la marea de pensamientos que me empujaban con mucha fuerza, los pensamientos eran confusos sin saber en lo que debía creer y en lo que no. Traté de separar los que eran reales de los que creía, aunque con lo que había anunciado esa Demonio, la versión había cambiado por completo. Rebusque en mis recuerdos, y ahora todo tenía cierto sentido. Desde el día que Jason me olvido, hasta que desperté esta mañana luchando por las grotescas imágenes de mi asesinato. Sabía por qué ahora un tormento, nunca lo hubiera hecho cuerdo, nada de lo que hice y solo era parte de lo que ella me había hecho hacer.

Seguí moviéndome en dirección al claro que rodeaba mi casa, entre la cortina de la lluvia blanquizca, la negrura de la noche que iba cayendo con fuerza observe un auto aparcado en el camino. Un auto que conocía a la perfección.

Seguí mi camino con el pecho palpitando, las manos se me acalambraban, estaba congelando me por el frío y la lluvia, estaba paralizado de algunas parte del cuerpo y temblaba con brusquedad.

Mis hermanos estaban de pie en el entrada de la casa. Vi la figura de una mujer con una sombrilla, trataba de cubrirse de la lluvia. Se volvió a mi dirección cuando me escucho llegar y pude confirmar que se trataba de la señora Write. Pude ver la mirada llena de desesperación, las lágrimas escurrían por sus mejillas rosadas por el frío.

―Belami, eres mi única esperanza. ¿Has visto a Jason? ―su voz era un simple susurro.

―¿Qué ocurre? ―pregunté con él nudo en la garganta.

―Lleva dos días desparecido. Salió de la escuela y no volvió a casa...

―¿Dos días?

¿Y si lo que había visto hoy era parte del juego de Lori? Una punzada de esperanza me atacó en el pecho, a la vez que me derrumbaba por saber que ella se lo había llevado.


𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙤𝙨𝙘𝙪𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora