𝟭𝟲. 𝙖𝙨𝙚𝙨𝙞𝙣𝙤

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𝐁𝐄𝐋𝐀𝐌𝐈

Ni la lluvia podía disipar el aroma de su sangre.

George estaba de pie en la cocina, tenía los brazos cruzados sobre el pecho. Su mirada acusatoria me penetró la piel en cuanto me acerqué a la pequeña habitación. No era el único de mis hermanos que me está viendo de ese modo. David estaba sentado en la silla de la barra y Vinnie sentado en la encimera de la alacena. El silencio incómodo y la tensión fue tan brutal que tuve que quedarme quieto en el fregadero esperando la maldita intervención.

―¡Mirate! ¡Mira en lo que te has convertido! ―soltó George con la voz espesa.

―Un monstruo asesino ―continuó David.

―No me convertí, nací siendo un monstruo al igual que ustedes.

―Vinnie sintió tu fuerza, y aún conservas el aroma de su sangre. Asesinas a esos chicos, ¿acaso Jason te lo pidió? ―preguntó lleno de confusión.

Me volví hacia Vinnie que tenía la mirada baja hacia sus rodillas.

―Jason no es culpable de nada, yo decidí hacerlo y no necesitaba que ustedes se enteraran, pero ya que quieren el protagonismo.

―¿Protagonismo? ―se río David desde su silla―. De los tres siempre fuiste el más cuerdo, el más calmado y a pesar de tus conflictos hemos estado apoyándote, no es justo que de pronto actúes como si nosotros fuéramos los malos. Se por qué lo hiciste, lo que le hicieron a Jason estuvo mal, pero tomarte la justicia por tu propia mano, ¡mataste a esos chicos! ―Enderezó la espalda encorvada hacía atrás.

―Son solo mis motivos.

―¿Ahora eres un asesino? ―David movió la cabeza.

―Supongamos que sí lo soy, ¿cuál es el problema? Eso soy, un Demonio que solo mataba animales, no son muy diferentes, ¿lo sabías? Misma construcción, misma sangre, misma piel. Quizá los animales también suplican, pero no podemos entenderlos, esa es la diferencia. No me quieren aquí, no se molesten, puedo dormir afuera.

―Estás siendo demasiado egoísta, mamá nos construyó para que no fuéramos iguales al resto de los monstruos, para no ser unos asesinos cobardes ―repuso Vinnie desde el otro lado de la habitación

―Fue mi madre más que la tuya, no necesitas recordar lo que esa mujer quería. ¿Entonces cuál es el maldito punto de esto? ¿Van a entregarme a la policía? ―La rabia había estado empujando a la mala actitud desde el día que Jason se olvidó de mí. Sabía que no era casualidad, estaban detrás de él, habían alterado su mente aunque está vez de manera más sutil.

―Quizá deberíamos hacerlo, seguramente debe de quedar algún trozo en tu interior o en tus dientes...

―No los devore, no necesito comer humanos, solo los mate para verlos llorar, ver como se arrastraban por el suelo con la sangre escurriendo de sus cuellos. He tenido el control del Demonio desde que estoy con Jason, puedo sacarlo al exterior y pedirle que vuelva a mi voluntad. Pueden hacerlo si quieren.

Me saqué la chaqueta empapada de la lluvia y la lance por el suelo, me encamine hacia mi habitación para meterme a bañar y sacar los restos de la sangre. El corazón no había dejado de latir con fuerza desde que salí de la enfermería. No podía asimilar lo decaído que había visto a Jason, ni la manera en que me olvido.

―¡No hemos terminado de hablar! ―George me grito en el comedor al mismo tiempo que arrojaba una de las sillas hacia mi dirección, escuché el sonido del viento y me volví para detener la silla que se partió por el impulso de mi mano.

―Si quieres seguir siendo parte de esta familia debés entender que lo que hiciste fue algo muy malo... Empezó desde que él apareció...

―¿Quién? ¿Jason? Crees que es la mente maestra detrás de mí locura, él sólo me ha salvado del abismo, algo que ustedes no hicieron, seguramente ni se percataron de mis ganas de quitarme la vida...

𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙤𝙨𝙘𝙪𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora