𝟭𝟱. 𝙡𝙚𝙩𝙖𝙧𝙜𝙤

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𝐉𝐀𝐒𝐎𝐍

La semana siguiente resultó ser una de las mejores en mucho tiempo. Quería admitir que había llevado mis emociones bastante bien, en un mismo camino sin que se salieran de control. Eso era bueno para alguien como yo. Incluso mi madre notó el cambio de humor.

Había estado pensando en decirle lo que estaba sucediendo entre Belami y yo, no había hecho preguntas, pero había venido cada mañana muy temprano a desayunar y luego por la tarde. Solía pasar unas horas después de la escuela ayudándome y ayudándole con la tarea y esas cosas solo para poder pasar más tiempo juntos. Eso no era cierto, ya que también se quedaba a dormir sin que mi madre lo supiera.

Quería decirle por muchas razones, quizá sería la manera en que mi madre y yo nos conectaremos o volvería a ser la guerra habitual. Si quería compartirle lo que estaba ocurriendo para quitármelo de los pensamientos, y dejar entrar a Belami por completo en mi vida.

Había tenido más de esas pesadillas extrañas conmigo cargando esa espada, ahora sabía que era la espada sagrada con la que habían asesinado al Padre de Belami y un Demonio muy poderoso, lo que no terminaba de entender, era que curaba las heridas de Belami al tocar la piel desnuda de su cuerpo. Estaba esa mujer misteriosa y los demonios como estatuas a cada costado. No se lo había dicho para no preocuparlo.

Tenía miedo de ocultarle mi locura, se que estaban ahí los pensamientos absurdos, agitados, tóxicos y nocivos, pero por alguna razón no había salido a la luz y me había mantenido a raya con mis emociones, a flote y me agrada demasiado la sensación de ser yo, o más bien, ser casi normal. Aún con el temor de ir en decadencia en el momento menos preciso y echarlo todo a perder.

El Domingo en la mañana, mi madre salió a su trabajo por un llamado. Se que ella había notado que algo había cambiado en mi al poder dejarme solo sin preocuparse. Me quedé en el sofá mirando la televisión. Tenía una taza de café en las piernas y una cobija color gris sobre las piernas. La lluvia no había dejado de caer en toda la noche, hacía frío. Eran casi las nueve de la mañana cuando llamaron a la puerta. Aventure a mirar a la ventana a ver a la persona que más deseaba ver.

Abrí la puerta y vi a Belami empapado en lluvia, su cabello estaba pegado a su cara escurriendo el agua de la lluvia, su ropa mojada se le pegaba al cuerpo y su calzado desbordaba el agua que le escurría de todas partes.

―No vas a entrar así a mi casa ―Hizo una mueca de dolor.

Sonreí de manera divertida y tiré de su mano. Lo atraje al interior de la casa, en el pequeño recibidor donde se arrancó la enorme chaqueta de hule que dejó caer en el suelo. Cerré la puerta sin liberarlo y él agitó su cabeza para mojarme con las gotas de su cabello. Lo empujé hacia atrás para alejarlo, pero en ese momento me rodeé con los brazos aguados para pegarme a su cuerpo mojándome casi por completo. Sentí un escalofrío al sentir su cuerpo helado y mojado sobre el mío, pegó su helada mejilla contra la mía, traté de alejarlo otra vez, aunque de pronto, parecía tan fuerte y pesado para mí. Cuando me resigne, tenía la ropa del pijama completamente mojada, empezaba a sentir el frío de su cuerpo y el de las cobijas. Me di la vuelta despacio quedando de frente, mire su pálida piel, las marcas lilas debajo de sus ojos grises que parecían tener unas notas cafés en el centro, tenía ese brillo fascinante. Las gotas caían por su frente, uniéndose al resto de las gotas de su piel húmeda y mojándome la cara.

Desvíe la mirada hacia su labios rosados, a la vez que sentía sus manos descender por mi espalda tocando mi columna vertebral con mucho detalle. Me estiré para alcanzar sus labios, y él se inclinó hacia mí encuentro. Me deslice a través de la suavidad de sus labios, era como si estuvieran ahí para mí. No sabía dónde estaban mis brazos, ni mi respiración, ni siquiera podía saber en qué lugar estaba mi cabeza, mis pensamientos, se iban hacia un lugar que no conocía. Sentía el cosquilleo que inundaba mi pecho y se iba deslizando por otras partes de mi cuerpo, aunque la sensación se iba transformando en una mucho muy diferente.

𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙤𝙨𝙘𝙪𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora