𝟭𝟭. 𝙚𝙡 𝙗𝙤𝙨𝙦𝙪𝙚

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𝐉𝐀𝐒𝐎𝐍

Podía pensar en mil maneras distintas y cada una de ellas era más ridícula que la anterior sobre el giro que había dado mi vida, sin embargo todas ellas eran meramente posibles.

Veía en mi mente como mis manos se deslizaban por su cuerpo, su cuello y su clavícula. La piel pálida era suave y gruesa, tan diferente a la de un humano como yo. Sentía sus latidos golpear su pecho, su aroma, su calor. No había dejado de pensar en el sabor de sus labios, su aliento. Era tan surrealista. Podía recordar cada una de esas cosas como si las estuviera reviviendo una vez más. Jamás me había atrevido a explorar mi sexualidad porque en realidad jamás había sido relevante. No sabía cómo se sentía estar enamorado de alguien y si lo supe debió ser con Blake. Pero no se sentía de esa manera, Blake fue como el hermano que nunca tuve, tenía admiración por él, afecto, pero del que sabes que puedes confiar en alguien sin ningún problema, sin que te juzgue por tus extrañas manías o por tus pensamientos idiotas. No estaba enamorado de Belami, no lo conocía en lo absoluto, pero amaba la manera en que me había hecho sentir, me atraía de una manera muy extraña. Sus ojos que conocía a la perfección, me ponían muy nervioso escuchar su voz, respirar su olor. Y la manera en que mi cuerpo se estremecía cada vez que sus manos estaban encima de mi.

Después de quedarnos dormidos, desperté cerca de las cuatro de la tarde. No entendía qué podía hacer con eso luego de la charla que tuve con Belami. Él dijo muchas cosas sentados en el colchón de su cama antes de que nos besarnos. Su hermano George, el mayor, me acompañó a casa. El camino fue en silencio y muy incómodo. La tensión nos golpeaba como una ventisca helada. Antes de llegar a mi casa se detuvo sobre la calle, cruzó los brazos sobre su pecho y me miró.

―Voy a pedirte una sola cosa. No te conozco y no espero hacerlo. No puedo permitir que te pongas y pongas a mi hermano en riesgo. Seguramente ya debes conocer nuestra condición, no asesinamos personas y que tu estés tan cerca de él...

―Dices que yo...

―Lo que quiero decirte es que te alejes de él. No importa lo que él te diga o lo que haga. Estar contigo pone en riesgo su vida luego de haberte salvado la otra noche. Debes alejarte de Belami y yo haré que él se aleje de ti.

―Lo siento. Jamás quise nada de esto ―En ese momento había muchas emociones en mi cabeza. La felicidad que sentí se esfumó como una nube de humo soplada por el viento.

―No te disculpes. Créeme que es mejor así. ¿Lo entiendes?

Asentí qué entendía y se marchó.

El resto de la semana pasó sin nada más. Dejé de contarle lo que estaba sucediendo a Lindi, en parte porque las cosas que habían ocurrido eran bastante complicadas y no quería que comenzará a pensar que estaba loco. No necesitaba de ella. La versión oficial fue que ella se marchó a casa y yo me fui por mi cuenta. Ningún estudiante había muerto esa noche, pero si había sido engañado. Mi mente había sido alterada, pusieron unas imagen en mi cabeza y mi mente las adaptó a la realidad. Fue lo mismo que ocurrió mientras trataba de huir por el pasillo y era arrastrado al infierno. Supongo que el Demonio quería jugar conmigo antes de matarme.

Compartía una clase con Belami toda la semana, así que fue sencillo evitar ir a la clase y pasar esa hora con el señor Suárez. No me senté en la cafetería con Lindi, decidí ir a la biblioteca y adelantar tareas. Creo que era demasiado obvio que estaba evitando encontrarme con él, pero su hermano así lo quería. Entendía por qué George pensaba que en parte era mi culpa, había alterado algo en el interior de Belami con mi aparición en su vida. No sabía por qué sucedió justo ahora y no antes si dijo que vive aquí en el pueblo desde hace mucho tiempo. Si es que nos habíamos visto antes. Cuando mi padre lo arrolló, pero eso era todo.

𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙤𝙨𝙘𝙪𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora