𝐄𝐩𝐢𝐥𝐨𝐠𝐨: 𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙤𝙨𝙘𝙪𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙

45 10 0
                                    

𝐉𝐀𝐒𝐎𝐍

No sabía cómo describir lo que estaba sintiendo.

La marea del océano oscuro, frío e infinito me golpeaba con sus olas, una estocada tras otras mientras yo luchaba por mantenerme a flote, por no hundirme y no perderme en él. Cuando despertaba, a la mitad de la noche, las imágenes de mis pesadillas se quedaban conmigo como una figura recostada a mi lado en la cama. Me daba miedo mirar a lo que fuera que podía encontrar.

El aire frío y húmedo se colaba por debajo de la sabana haciéndome temblar de frío. El escalofrío me atacó, sentí una agonía con el temblor y solo deseaba que él estuviera aquí conmigo. Moví las manos apretadas con el vendaje en ellas, podía sentir las risotadas de dolor al moverlas por encima de mi cuerpo.

No sabía a qué hora era, pero podía oír el sonido fuera de la habitación. Me obligaba a olvidar la asquerosa y aterradora imagen que seguía moviéndose por mi cabeza pero no era posible. Así que solo me deje ver la oscura penumbra del techo. No pasó demasiado hasta que la puerta se abrió, y mi madre se asomó.

―Creí que seguías dormido ―susurro. Avanzó por la entrada y se movió hacia el filo del colchón.

―Acabó de despertar.

Me tembló la voz. No había hablado con ella más que lo suficiente desde que regresé a casa. Yo sabía que ella iba a mantener la distancia por mi bien.

Podía ver la carga de dolor en su semblante marchito. Estaba seguro que eran demasiadas cosas atormentadas seguidas sin poder darle tiempo para disiparlas y yo era parte de eso. El único responsable quizá.

―No se nisiquiera como hacer esto ―Se acomodó en el colchón, mirando hacia mi dirección―. Me empeñe en tratar de darte la mejor vida posible como si te lo merecieras luego de lo que pasó con tu padre. Como si mi mala elección debía ser recompensada, a un costo de tenerte descuidado por completo.

―Mamá. No quiero que te castigues por esa razón, no es tu culpa que yo no haya sabido cómo pedir ayuda.

―¿Y cómo ibas a pedirla si yo no estaba aquí para ti? Creí que una cosa sustituye a la otra ―Bajo la mirada hacia sus piernas.

Me incorporé apoyándome de los codos, me dejé contra la cabecera oscura y la miré sintiendo una enorme pesadez en el pecho.

―No sabía que estaba enfermo hasta que Blake se fue. De apoco las cosas empezaron a decaer y yo me sentía muy culpable por no haber hecho nada por mi amigo, ese sentimiento se quedó conmigo mientras las otras cosas se iban desmoronando. Uno no se da cuenta de las cosas que le están haciendo daño hasta que es demasiado tarde. Luego pasó, y yo traté de volver a la vida como me era posible y no sabía cómo. Tú estabas ahí, con esa actitud, sabía por qué te comportaste así, pero me costaba demasiado trabajo entenderte.

―Lo sé, creí que si era positiva. Que si actuabas con optimismo y felicidad, tú ibas a entender que quería lo mejor para ti ―se volvió de nuevo hacia mí. Sus ojos se llenaron de lágrimas con rapidez―. Quizá debimos ir nos, quizá debemos hacerlo después de lo que ocurrió. Puedo conseguir empleo en New York, y tú puedes seguir en la escuela...

―No, no quiero irme de aquí. Hace tiempo que dejé de sentirme como antes, he estado cuerdo demasiado tiempo que se siente bien poder apreciar las cosas...

―Belami me contó lo que hay entre ustedes. Esta bien, me alegra que lo tengas por que ha hecho algo en ti que no se como explicar, pero dejé de preocuparme un poco hasta que desapareciste. ¿Él tiene algo que ver? ¿Debo preocuparme por ustedes? ¿Es bueno para ti? Siento que hay algo que no termina de hacerme sentido, algo que los dos me han ocultado ―Frunció el entrecejo con frustración.

𝙚𝙣 𝙡𝙖 𝙤𝙨𝙘𝙪𝙧𝙞𝙙𝙖𝙙 ✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora