I Like Your Mom | Jenlisa G!P

I. Encrucijada

Yo sé que probablemente esto es una de las peores cosas que se le pueden hacer a una mejor amiga, pero por más que lo intento no puedo evitar sentir lo que siento. Y no estoy hablando de ella, sino de su mamá.

He pasado tantos años sin sentir la más mínima atracción por alguien que hasta llegué a cuestionarme si yo era una persona arromántica; hasta entonces podía comprender la definición de amor que viene en el diccionario, la que plasman en los libros, la que vemos en la pantalla y la que escuchamos en la música, pero no creí que yo misma podría llegar a sentirla. ¿Estoy siendo lo suficientemente clara?

No estoy proclamando que lo que siento ahora es amor en su totalidad, pero sé que ella me gusta como nunca nadie me ha gustado en mis veintiún años de vida.

Da la casualidad que la primera vez que me veo atraída por una persona es alguien que seguramente ni si quiera debería considerar, y no por que yo no lo quiera, sino porque dejarme llevar podría resultar en una fatalidad.

Entonces me encuentro en una encrucijada. No sé si debería intentar algo con esta mujer que realmente me atrae o ser una buena mejor amiga.

Hyunjin es una de las mejores personas que he conocido en toda mi vida, ha sido mi amiga desde que estamos en la preparatoria. Ella es dos años menor que yo, pero nos conocimos en el mismo grado porque yo perdí dos años de secundaria; el primero de ellos porque era una rebelde sin causa con pésimas calificaciones y el segundo porque bueno... no lo estaba llevando muy bien luego de la muerte de mi madre. Aunque ahora es un tema ya superado, en ese entonces fueron tiempos difíciles tanto para mí como para mi papá, quien desde entonces pasó a ser la única familia realmente cercana que me resta. Como sea, regresando a lo de Hyunjin, nuestra amistad es tan fuerte que decidimos entrar a la misma universidad para no tener que separarnos y así seguir viéndonos sin excusas. Sin embargo, hoy siento que le estoy fallando.

No hace mucho tiempo que conozco a la señora Kim. Hyunjin vino desde otra ciudad a Seúl para estudiar la preparatoria, pero su familia no viajó con ella, por ende yo solo la conocía a ella y no a sus familiares, simplemente había escuchado unas cuantas historias, sin embargo no tenía ni idea de cómo eran sus rostros.

Hace algunos días, exactamente doce días atrás, quise ir de visita al departamento de mi mejor amiga; mi sorpresa fue cuando en vez de ser recibida por Hyunjin, detrás de la puerta me esperaba una mujer que nunca antes había visto. No me alcanzan las palabras para describir la gran sensación de calor que tuve cuando vi a esa mujer de pie en la entrada, sosteniéndose del marco de la puerta mientras sus ojos me observaban con curiosidad.

Ella no es más alta que yo, de hecho creo que le llevo unos siete centímetros. Su piel es blanca, similar a la porcelana. Tiene unos labios que viéndolos bien me encantaría besar hasta quedarme sin fuerzas. Sus ojos son entre un tono azul y gris claro, y poseen una mirada felina tan jodidamente hipnotizante que me tiene rendida como si fuese su esclava. Su cabello es largo, sedoso, brillante y de un color naranja cobrizo; la hace ver más joven y sexy. Podría pasarme todo el día entero hablando con detalles sobre su belleza inhumana. Tiene unos cuantos rasgos similares a mi amiga. Fácilmente pude pensar que se trataba de la hermana mayor o alguna prima de Hyunjin.

—H-hola —dije titubeante. Su belleza me había dejado con el habla rota —. ¿Está Hyunjin?

—Está tomando un baño —ella respondió —. ¿Quieres pasar y esperar a que salga?

El tono aterciopelado de su voz me hizo estremecer.

—S-sí, si no es problema.

—Para nada —sonrió y abrió la puerta todavía más para dejarme entrar.