Cuando mi madre aún estaba con mi papá y conmigo, solíamos venir los tres a estas reuniones que suelen hacer en casa de la abuela. Luego de que mamá falleciera, fue difícil regresar al lugar en el que sucedieron la mayor parte de los recuerdos felices que tenemos juntas. De alguna manera, se sentía como un recordatorio de que ella ya no está aquí.
—Podemos regresar a casa si quieres —habla papá.
—No, ya casi llegamos —digo sin dejar de mirar al exterior a través de la ventana del auto —. Hace tiempo que no vamos.
—¿Estarás bien? Tú y tu madre solían ir mucho ahí —me pregunta —. Y bueno, ahora...
—Yo voy a estar bien —volteo a verlo, parece que en realidad está preocupado —. ¿Qué hay contigo?
—También estaré bien —desvía la mirada del camino por un segundo solo para dedicarme una sonrisa tranquila.
Tal como lo había dicho, no hacía falta mucho para llegar a la casa de la abuela. De hecho, solo nos tardamos poco más de cinco minutos en arribar.
—¿Lista para los abrazos? —pregunta papá bajando del vehículo.
—Supongo que sí —suspiro sonriendo.
Avanzamos por el angosto camino de piedra que lleva hasta la casa de fachada rústica que pertenece a ni abuela materna. No ha cambiado nada por fuera desde la última vez que estuve aquí. Papá y yo nos miramos antes de que él levante el brazo para tocar el timbre. La puerta se abre casi de inmediato.
—¡Al fin están aquí! —la abuela aparece para recibirnos con sus brazos extendidos y una enorme sonrisa —. Tanto tiempo sin verlos —nos abraza a los dos al mismo tiempo. Ella siempre ha sido así de afectuosa.
—Hola —saludo.
—Los estás asfixiando —el abuelo Stefano sale detrás de la abuela —. Déjalos pasar.
—¿Cómo han estado? —les pregunta mi papá entrando a la casa.
—Igual que siempre, Marco —la abuela Mathilde nos guía por el corredor hasta la sala —. Te veo más delgado, ¿por qué no vamos a comer algo?
—Los demás ya están en el comedor —dice Stefano detrás de nosotros —. Ya solo los estábamos esperando a ustedes.
Apenas vamos cruzando por la sala y ya comienza a escucharse un montón de voces platicando en el comedor. Sé que es mi familia, y también que antes he convivido con ellos varias veces, pero de igual manera me siento algo nerviosa por volver a verlos después de tanto tiempo.
Aparentemente, tampoco ha cambiado nada en el interior de la casa.
—Ahora sí estamos todos completos —la abuela anuncia una vez que entramos al comedor. El resto deja de hablar y voltean a vernos.
Ver la cocina exactamente igual que como la recordaba me hace sentir nostálgica; mamá y yo solíamos hornear juntas o probar nuevas recetas que encontrábamos en Internet.
—¡Lalisa, cariño! —una de mis tías se levanta de su silla para venir a abrazarme —. Que alta estás. La última vez que te vi me llegabas al hombro —inclina la cabeza hacia atrás para poder verme —. Y además estás todavía más guapa.
—Gracias, tía Pam —sonrío tímidamente devolviéndole el abrazo.
Uno por uno, voy saludando al resto de mis familiares que están aquí reunidos. La mayoría sigue viéndose igual, solamente mis primos menores ya no se ven tan menores, algunos incluso hasta aparentan tener una edad mayor a la mía.
—Siéntense, ya vamos a comer —Mathilde ya está empezando a servir la comida.
—Déjeme ayudarla —me ofrezco. Mi abuela se niega, pero igualmente la ayudo.
![](https://img.wattpad.com/cover/310996016-288-k44955.jpg)
ESTÁS LEYENDO
I Like Your Mom | Jenlisa G!P
FanficYo sé que probablemente esto es una de las peores cosas que se le pueden hacer a una mejor amiga, pero por más que lo intento no puedo evitar sentir lo que siento. Y no estoy hablando de ella, sino de su mamá. > Lisa g!p