XVII. Solo para las dos

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El ambiente se sentía denso. Tanto Lisa como Hyunjin se mantenían en silencio mientras almorzaban junto con Jennie, sin embargo, no era un silencio que se sintiera cómodo. En el fondo, las tres mujeres sabían que algo se sentía extraño; eran más que capaces de percibir el aura tensa que reinaba en el comedor.

—¿Cómo estuvo el viaje? —Jennie le preguntó a Hyunjin para romper el hielo. Necesitaban de una conversación trivial para cortar la tensión —. Al final no me mandaste tantas fotos como esperaba.

—Estuvimos algo ocupados —respondió Hyunjin levantando la mirada de su plato por primera vez en lo que iba del almuerzo —. Pero tomé algunas en los ratos libre que tuvimos —desbloqueó su celular y buscó las imágenes en su galería para mostrarle a las otras dos.

—Te ves muy bien en esta —Lisa dijo observando una foto en la que Hyunjin posaba al lado de Heejin.

—Gracias —Hyunjin respondió con las mejillas ligeramente teñidas en rojo.

Jennie observó con atención cómo las miradas de ambas chicas se encontraron, al mismo tiempo que una le dedicaba una sonrisa sutil a la otra. Jennie resopló alzando las cejas y se levantó de la mesa con su plato sin terminar.

—¿Ya no vas a comer? —Hyunjin le preguntó a su madre.

—Lo guardaré para más tarde, no tengo mucha hambre —Jennie mintió —. Iré a ver la televisión en la sala —envolvió su plato de comida con un plástico, lo guardó en la nevera y abandonó el comedor.

Lalisa siguió a la de cabello cobrizo con la mirada hasta que no pudo verla más; le pareció rara la forma en que las dejó solas sin acabar su almuerzo.

Hyunjin continuó mostrándole a Lisa fotografías de ella y de los lugares que había visitado, al igual que le contó varias de sus anécdotas ocurridas durante ese viaje escolar al que había asistido.

Para eso de las dos de la tarde, Lisa estaba terminando de prepararse para regresar a su casa. Le darían el alta del hospital a su padre y su tío sería quien se encargaría de llevarlo a su hogar, así que ya no tenía que pasarse por el edificio de servicios médicos.

Se despidió de Hyunjin y bajó a la sala para hacer lo mismo con Jennie.

—Hey —llamo su atención.

—¿Ya te vas? —Jennie, quien estaba tendida en el sofá largo frente al televisor, se sentó.

—Sí —Lisa contestó —. Gracias por haberme dejado quedar aquí en estos últimos días.

—No hay de qué —Jennie se encogió de hombros —. Ve con cuidado.

—Adiós, Jennie —dio la vuelta e hizo su trayecto de la sala hasta la salida del departamento.

Lalisa cerró la puerta detrás de ella sintiéndose algo desanimada; le habría gustado ver a Jennie sonreír un poco antes de marcharse, pero aparentemente la mayor no se encontraba de humor. Apenas había avanzado un par de metros cuando escuchó la puerta siendo abierta y el timbre de la voz de Jennie llamándola.

—Lisa, espera.

—¿Qué pasa? —volteó a verla.

—Te llevaré a casa —levantó su mano con las llaves del auto y las sacudió para mostrarle a Lalisa.

—No, puedo caminar —Lisa declinó a la oferta de Jennie —. Hoy te veías agotada, mejor quédate y descansa —más que cansada, parecía distante.

—No es eso... —Jennie desvió la mirada buscando las palabras correctas para expresarse —. Es que hay una cosa dándome vueltas en la cabeza y bueno, me tiene algo distraída.

I Like Your Mom | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora