IX. Sudadera

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Incluso llegué a pensar que estaba en alguna clase de sueño vívido, o que simplemente se trataba de mi imaginación jugándome una broma por mi gran anhelo hacia la cercanía con Jennie, pero no, todo era completamente real. Su mano seguía sosteniendo la mía con firmeza y de vez en cuando hacía pequeños círculos con su pulgar.

Admito ser una miedosa, pero podría convertirme en amante de las películas de terror si cada vez que viera una, Jennie estuviera ahí para sujetar mi mano.

Perdí la noción del tiempo repasando una y otra vez lo que estaba sucediendo, pensando en que a lo largo del día había estado siendo bendecida por las muestras de afecto de Jennie hacia mí. Diría que no podría estar más fascinada con ella que en ese momento, pero no era como si pudiera definir los límites de mi enamoramiento.

—Me gustó —escucho la voz de Hyunjin a mi lado.

Las luces de la sala se encienden y Jennie libera su mano de la mía. Los créditos de la película continúan pasando en la gran pantalla que tenemos al frente.

—Noo —externo mi descontento al ya no sentir el tacto de Jennie, cosa que no debería haber hecho en realidad, era una acción que solo debí pensar y mantenerla en el interior de mi cabeza sin llegar a ejecutarla.

—Ya sabía yo que no te iba a gustar —dice Hyunjin asumiendo que mi queja había sido por la película —. Tenías tanto miedo que casi pegas en el techo cuando diste un brinco del susto.

—Sí, claro —digo irónicamente, por más razón que tuviera Hyunjin, no iba a darle espacio para que continuara con sus burlas —. Jennie era la más asustada —bromeo.

Nos levantamos de los asientos y nos dirigimos a la salida, en donde hay un empleado recogiendo las charolas de las personas que van abandonando la sala.

—¿Disculpa? —habla Jennie —. Claramente tú estabas a nada de salir corriendo —ataca de regreso.

—Así es ella, mamá —dice Hyunjin —. Es mayor, pero se asusta con cualquier cosa.

—Pude verlo —Jennie le sigue la corriente.

—¿Qué es esto? ¿La asociación de las Kim contra Manoban? —protesto.

—Y también se enoja fácil —agrega Hyunjin.

—¿Algo más de lo que quieras quejarte sobre mí? —cuestiono sarcásticamente.

—No, gracias, por ahora es todo —dice con una simpática sonrisa. Giro los ojos —. ¿Vamos a cenar algo? —se voltea para preguntarle a Jennie.

—Vi un McDonald's cuando veníamos de camino, ¿quieren ir ahí? —propone.

—Por mí está bien —Hyunjin acepta —. ¿Tú qué dices, Lis?

—Lo mismo, me parece bien —respondo.

—Okay, entonces vamos —dice Jennie.

Salimos de la plaza y buscamos el auto de Jennie en el estacionamiento. En cuanto ella desactiva el seguro de las puertas, Hyunjin corre apresurada para montarse en el asiento del copiloto.

—Te gané —me presume cuando Jennie y yo la alcanzamos.

Simplemente le muestro la lengua y me subo en la parte de atrás. Una vez que todas tenemos puesto el cinturón de seguridad, Jennie arranca el auto y nos lleva al restaurante de comida rápida.

Durante el recorrido, Hyunjin iba hablando sobre la película y de vez en cuando burlándose de mí, pero en un momento dado no escuché más su voz, me asomé un poco a su asiento y la vi plenamente dormida.

I Like Your Mom | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora