I Like Your Mom | Jenlisa G!P

XXXV. Patada en la espinilla

—Oh, mira, esta es del color favorito de Lisa —Hyunjin tomó una playera y se la mostró a su novio —. Le quedaría muy bien.

Nico simplemente asintió y sonrió.

Ambos estaban en una tienda de ropa; Nico no era un gran fanático de ir de compras, pero Hyunjin le había pedido que la acompañase y ahí estaba con ella, vagando por varios locales porque su novia todavía no había encontrado algo que le gustara lo suficiente como para gastar su dinero en ello.

—Esta sudadera le gustaría mucho, a ella le encantan los gatos —todo lo que Hyunjin veía le parecía perfecto para Lalisa —. Encima va con su estilo.

—¿Vas a comprar algo para ti o para ella? —preguntó Nico algo fastidiado; desde que habían llegado a la plaza comercial todo lo que su novia decía era para referirse a la pelinegra y no era que le cayera mal o le desagradara, pero algo tenía Hyunjin que no paraba de mencionarla —. Si todavía no te decides, ¿podemos ir a comer algo? Me estoy muriendo de hambre —su estómago rugió como prueba de que no mentía.

—Creo que ya sé que comprar, si quieres ve a buscar un lugar para almorzar en lo que pago y allá te veo —Hyunjin propuso.

—Va, pero no te tardes mucho —Nico se acercó para dejar un corto beso en su frente y luego dirigirse hacia la salida.

Hyunjin tuvo que darle la vuelta a toda la tienda para terminar cayendo en el mismo lugar en donde había visto una falda gris tableada y una blusa corta que le pareció que harían un buen atuendo junto con otras prendas y accesorios que ya tenía en casa. Estaba por pagar sus artículos cuando en una vitrina alcanzó a distinguir un par de anillos con la silueta de un pequeño gato negro y uno blanco cada uno; solamente se le vino a la mente una persona con quién podría usarlos a juego, sonrío espléndidamente y decidió que debía adquirirlos sin lugar a duda.

De camino a la zona de restaurantes, Nicolás divisó a cierta chica, aquella de la que había escuchado a su novia hablar de ella durante todo el tiempo que llevaban en la plaza; siguió caminando, iba a cruzarse con Lalisa ineludiblemente, así que simplemente se dirijo hasta donde estaba de pie, mirando el menú de un local de comida rápida.

—Hey —saludó deteniéndose al lado de la pelinegra, quien volteó al escuchar su voz y sentir su presencia.

—Hola, Nico —Lisa sonrió con amabilidad —. ¿Vienes a comprar comida?

—Sí, voy viendo algo en lo que viene Hyunjin —su mirada divagó entre los distintos locales.

—Ah, pensé que venías solo.

—No, pero es que Hyunjin tarda mucho en elegir la ropa y ya no aguanto el hambre ni las piernas —se quejó.

—Siempre ha sido del tipo que tiene que visitar mínimo diez tiendas antes de llevarse algo —Lisa soltó una risita, nunca había visto al chico molesto, por lo general se veía bastante tranquilo; ya varias veces había estado en el lugar de Nico.

—¿Y tú viniste aquí sola? —preguntó y la chica afirmó positivamente.

—Quiero hacerle un regalo a alguien, pero no almorcé antes de venir y me pasé primero por acá.

—Ya veo —dijo Nico —. ¿Es para una amiga o amigo?

—¿Qué?

—El regalo.

—Mmm... no exactamente —ladeó la cabeza.

—Entonces para alguien que te gusta, tal vez —el muchacho inquirió.

La cara de Lisa fue tomando un color rosado de a poco; Nicolás había dado justo en el clavo, sin embargo no era algo que pudiera confirmarle. Temía que el chico continuara haciendo más cuestiones relacionadas, así que buscó la forma de desviar el tema de conversación hacia otro rumbo.