Era suya, desde el momento que me saco de mi palacio era suya, ya lo dijo allí y me lo dice ahora, es alguien que me protegerá y cuidará
Continuamos desayunando después de que casi se me saliera el corazón del pecho ante sus últimas palabras
-He pedido que traigan los bollos de la panadería más buena que hay en todo el reino
- ¿Por qué? - dije comiéndome uno
-Ayer dijiste que querías bollos- dio un sorbo a su café mirándome -Bueno Helena, la semana que viene habrá un baile donde vendrán los duques de reino de Quimera, como debes saber la quimera es un animal hecho de partes de otros animales, yo soy el rey de todos esos reinos, los duques vendrán y querrán conocerte, al ser su próxima gobernanta
-Si, está bien- tome una pieza de fruta extraña -Sabes que no me gusta la idea de ser reina
-No me importa lo que te guste o no Helena, debes hacerlo- dijo seriamente mirándome
-Lo sé, así que un baile, está bien- probé la fruta extraña- haciendo que mis ojos se abrieran por lo fresca y deliciosa que estaba
- ¿Esta buena? - dijo con una media sonrisa
-La verdad es que si ¿Qué es?
-Una papaya, del reino de Amis, en la zona cercana al mar del norte, me traen cosas de cada uno de mis reinos
-Me encantaría ver el mar
-Tendremos que ir cuando te coronen, podremos quedarnos todos los días que desees
-Eso sería estupendo- dije con una amplia sonrisa
-Veo que si sonríes- me avergoncé ante ello -Me gusta mucho tu sonrisa- sus ojos me miraban entre los mechones negros de su pelo
No pude evitar sonrojarme y apartar mi mirada, para ver por la ventana, pude ver con el rabillo como el volvía su vista al libro, un libro que me sonaba bastante, me miro y se echó un poco para atrás dejándome ver el nombre del libro "al rojo de la sangre" mis ojos se abrieron y me levanté a quitarle el libro
-Ese es mi libro dámelo- el levantó los brazos y se echó a reír ante mis intentos de quítaselo
Estaba riéndose a carcajadas de mi cara de asombro, desafiándome con la mirada, queriendo que haga algo, podía ver como sus colmillos eran muy pronunciados y se asomaban por la comisura de sus labios
-Umm, creo que no, está demasiado interesante, no sabía que alguien tan formal como tú, leyera novela erótica- mi cara ya estaba de veinte colores diferentes, estaba realmente enfadara de que se burlara de mí, veía como se mordía el labio de abajo intentando aguantar la risa
- ¡Eres un idiota! - le miré directamente a los ojos, lo que el repitió, pero ante mi insulto sus ojos se oscurecieron y vi como en cuestión de milisegundo su rostro cambio, tensando su mandíbula y sus puños
Dio un golpe fuerte con el libro en la mesa haciendo que la encuadernación se rompiera, yo me quedé parada ante el golpe, se levantó, cogiéndome y sentándome sobre la mesa delante de él, posó sus manos a cada lado de mi cuerpo, me miró fríamente a lo que yo solo pude tragar saliva y bajar mi mirada
-No se te ocurra volver a insultarme, recuerda donde estás, recuerda tu situación y sobre todo recuerda quien soy yo- se quedó mirándome fijamente, a lo que yo solamente asentí
Él solo me miro por un par de segundos más, se separó de mí y se marchó por la puerta sin decirme nada más, me quedé quieta mirando a puerta, mi cuerpo estaba totalmente paralizado, miré mi libro estaba roto, las lagrimas se acumularon en mis ojos y el nudo de mi garganta no me dejaba respirar
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En los brazos del Rey
RomanceSiempre me enseñaron a estar callada y recta detrás de mis padres y que nunca interviniera en sus asuntos, incluso si esos asuntos eran mi futuro Yo no era nada ni nadie, mis padres eran unos reyes, crueles con todo el mundo incluso con su unica hij...