-Helena vamos a casarnos, es normal que vengan a conocerte
-Pero no me has dicho nada, no puedes hacerme lo que me has hecho y soltarme esa bomba- me crucé de brazos
-Pues bien, que te ha gustado- se levantó de la cama dejándome ver su bonito trasero -Vamos a ducharnos, no te enfades- se acercó a darme un beso, me cogió en brazos y me llevo a la ducha
-Eres un idiota- me agarró por la cintura pegándome a la ducha
-Te encanto- me mordió el moflete
Nos dimos una ducha, yo no estaba muy cómoda con esta situación, no se como serían sus padres y me daba miedo la impresión que vaya a darles, estaba tan preocupada que me quedé parada delante del armario mirando la ropa, Carlo ya se había puesto la camisa y un pantalón negro, se estaba poniendo los zapatos cuando me miró
-Oye ¿estas bien? - se acercó tocándome el hombro
-Supongo, no se cómo les caeré ¿Por qué? No me lo has dicho antes
-Digamos que no quería que vinieran- se rascó la nuca -No sé cómo explicarlo la verdad, cenemos y se irán ya está ¿de acuerdo?
-Bueno esta bien- suspiré derrotada -Me ayudas a elegir que ponerme
-Claro mi reina- me pasó un vestido azul -Este te va a quedar estupendo
- ¿Tú crees?
-Por supuesto, lo elegí yo
[...]
- ¿Lista?
-No
-Pues sonríe y asiente- me agarró de la mano, mientras entrabamos en el salón
-Hijo- vino corriendo una señora, empujándome para abrazar a Carlo
-Hola mama- la abrazó
-Señorita Helena, encantada- un señor mayor idéntico a Carlo se acercó a mi
-Mucho gusto Señor...
-Eduardo y esta es mi mujer Catalina
-Hola niña- me dijo de mala manera la señora
-Encantada- intenté forzar una sonrisa, Carlo lo notó enseguida
-Bueno padres, ya conocéis a mi prometida Helena
-Bueno muy simple, esperaba alguien como Ana- dijo su madre sin siquiera mirarme
-Mama...- intentó callarla Carlo, se veían sus pocos ánimos en la mirada
- ¿Que? Es la verdad, una buena duquesa y no comprar a una mujer
-No la he comprado, es la princesa de...- no le dejo terminar
-De un reino sin importancia, entonces ella tampoco la tiene
-Catalina es sufriente- habló su padre bastante molesto por la situación
-Oh querido no pasa nada, no creo que se moleste ¿verdad niña? Vamos a cenar
Todos en silencio siguiendo a la señora entramos en el salón para cenar, una comida extraña que no había visto nunca, me senté frente a ella, menos mal a mi lado estaba Carlo, comenzamos a cenar y yo, estaba como en mi casa, no aquí sino en mi antigua casa; callada y sonriendo, Carlo intentaba meterme en la conversación, pero su madre todo el rato me faltaba el respeto, haciendo que ya permaneciese callada
-Bueno y tu querida, que bien ¿no? vas a ser una reina, aunque estaban vendiéndote como esclava
-Catalina, no creo que le guste que la recuerden eso
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En los brazos del Rey
RomanceSiempre me enseñaron a estar callada y recta detrás de mis padres y que nunca interviniera en sus asuntos, incluso si esos asuntos eran mi futuro Yo no era nada ni nadie, mis padres eran unos reyes, crueles con todo el mundo incluso con su unica hij...