En un par de semanas sería la boda, la verdad prepárala es mucho mas difícil de lo que pensaba, lo único de lo que yo no me ocupaba eran los invitados, tampoco conocía a nadie, solo le pedí que invitara a Claudia y a su primo, puso mala cara, pero no se negó
- ¿De qué color quieres que sea tu traje? - yo estaba con un cuaderno mientras el entrenaba en el jardín, todos los días practicaba espada y lucha cuerpo a cuerpo, ahora entendía su forma física
-Ya te he dicho que elige lo que mas te guste- yo estaba cansada de esa respuesta y tampoco podía concentrarme viéndole desnudo de cintura para arriba entrenando
Desde la noche que pasamos, estaba cumpliendo su palabra no me había tocado, era tan caballeroso como siempre, pero mantenía esa distancia conmigo, apenas me daba un beso en los labios, siempre lo hacía en mi cabeza o mejilla
-También es tu boda- me quedé mirándole -Así que ven aquí y elige que puto traje quieres
-Vaya boca tienes Helena- se acercó a mi mordiéndose el labio -A ver enséñame que tienes planeado
-Pues podemos ir tradicionales o estaba pensando en una boda de rojo, nosotros dos de rojo y los demás de negro, para destacar, no sé me gusta- estaba apoyado en mi hombro mirando las fotos
-Si te gusta, está bien- podía ver las gotas de sudor cayendo por tu torso- mi mano impulsivamente fue a tocar sus abdominales, él me agarró la mano, mirándome con una sonrisa ladina -No puedes tocarme ¿lo recuerdas? - dijo dándome un beso en la mano mirándome fijamente a los ojos
-Ya esta casi todo elegido- dije sin apartar la mirada de él, me miraba como un león a su presa, hambriento
-Ya pues ese casi, no me sirve y sí me gusta el traje rojo pequeña, creo que te veras espectacular
-Pues es lo ultimo que quedaba por elegir, Anthony- le llamé, el vino a mi lado -Aquí esta todo lo que quiero, que le hagan un traje a medida, como este- le señalé uno de los modelos -El mío ya lo he pedido
-Si señorita, estar todo listo para dentro de dos semanas, me encargaré de todo
Anthony se marchó dejándonos en el jardín, yo me quedé mirándole, volví a reclinarme en mi tumbona, ya me había quitado la boda de encima, por fin estaba todo decidido y yo ya podía descansar y lo haría si no tuviera a un hombre semi desnudo delante de mi
-Helena ¿te apetece entrenar? - se apoyó en un árbol a la sombra
-No sé nada de pelear- se acercó a mi levantándome
-Por eso mismo mi reina, tienes que aprender a defenderte, para que no vuelva a pasar nada
Yo acepté un poco insegura, pero tuvo mucha paciencia, me enseñó muchos movimientos, a cómo defenderme de diferentes formas, la verdad es que me gustó mucho y era muy buen profesor, durante los siguientes días después de comer entrenábamos tanto pelea, como espada, aprendía rápido y creo que era totalmente necesario que aprendiera todo esto para defenderme, no quería que volviera a sucederme nada
Durante esos días, ni aun habiendo terminado todos los preparativos de la boda, me dio un simple beso, estaba totalmente reacio a tocarme y no entendía porque, era cariñoso, pero no demasiado, la verdad le notaba algo intranquilo y no me decía el porque
-Vamos Helena, una más y terminamos, si me ganas, tendrás una recompensa
Los dos estábamos en un uno contra uno con dos cuchillos de madera, le lancé un ataque que repelió y me empujó haciendo que casi perdiese el control, intentó atacarme, pero yo me agaché y me puse a su lado dándole un golpe en las costillas, él ni se inmuto y se giró para agarrarme, los dos caímos al suelo, empezamos a rodar, ninguno daba su brazo a torcer, en unos de los giros quedé encima de él lavando mis pies al suelo y poniéndole el cuchillo en e cuello, una sonrisa se formó en mi rostro
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En los brazos del Rey
RomanceSiempre me enseñaron a estar callada y recta detrás de mis padres y que nunca interviniera en sus asuntos, incluso si esos asuntos eran mi futuro Yo no era nada ni nadie, mis padres eran unos reyes, crueles con todo el mundo incluso con su unica hij...