capítulo 2

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Sería mentir si les dijera que Minho esa noche no soñó con los bonitos e inexpertos ojos negros de su compañero de baile, con lo bonitos, brillantes y perspicaces ojitos bonitos que lo miraron con miedo y también mentiría si dijera que solo fue esa noche, pues soñó con ellos la noche siguiente y la siguiente a esa y luego otra noche más, esos ojos de aquel extraño se le habían quedado en la mente, lo habían hechizado en cuerpo y alma sin tener una razón aparente, la forma tan especial que lo miró lo había envuelto hasta el grado de que llevaba una semana desde que el baile paso y su cerebro aún seguía enviando la imagen del joven tan bonito, ese joven estaba en su mente cuál fotografía que no podías borrar, no podría borrar fácilmente sus mejillas abultadas, los ojos bonitos, el cabello azabache y la cálida mano tomando la suya en un toque asustadizo, el tacto de esa noche lo seguía sintiendo en las manos y le quemaba casi como el mismo fuego, era maravilloso todo lo que le hizo sentir aquellos ojos bonitos y el como tontamente se sentía atrapado dentro de una persona que jamás en la vida vió antes, solo una noche lo miro y eso basto para que se sintiera de esa forma tan platónica. Trato de no pensar más en él, aunque conservaba la esperanza de volverlo a ver por lo menos una vez más en la vida. ¿Cómo es que antes no lo había visto?, no lo sabía, realmente no podía ni siquiera pensar en que un hombre como él había pasado desapercibido ante sus ojos toda una vida, aunque bueno, tampoco es como que llevara mucho tiempo de regreso a su país de origen, así que supuso que por eso no lo conocía de ninguna parte.

La noche del baile, después de aquel mágico momento donde Minho sintió su corazón latir nuevamente desbocado en su pecho, Minho decidió no entrar al baile, se quedó más de media hora en el patio con solo la compañía de sus suspiros y la luna gloriosa en el cielo y luego, sin más que hacer ahí, se fue, los mozos rápidamente le entregaron el automóvil y él fue a su casa a pasar la noche alejándose un poco de la vida que le rodeaba, lo intento y esa noche la finalizó siendo Frank, aquel que comenzó a escribir esa noche su historia.

Ƹ̵̡⁠Ӝ̵̨̄⁠ƷƸ̵̡⁠Ӝ̵̨̄⁠ƷƸ̵̡⁠Ӝ̵̨̄⁠Ʒ

El castaño tenía dos cosas de las que está seguro, la primera era que tenía unas inmensas ganas de liberar de los dominios egoístas al país en el que vivía, liberarlo de todo ese dolor y pobreza en la que la mayoría de pueblos se veía obligado a vivir. Todo porque un tirano así lo quería, y era muy afortunado de haber encontrado a Chan aquella noche de hace años, porque así podía hacer algo para ayudar a tanta gente que necesitaba tanto de la liberación; la segunda en la que estaba seguro, era que irremediablemente le gustaban los hombres, y de eso se enteró pocos meses después de conocer a los amigos de Chan, fue un momento difícil de aceptar, sin embargo, supo que la libertad para alcanzarla debía doler, por supuesto que dolía, dolía porque salir del confort y la costumbre era un completo dolor de cabeza.

Cuando conoció a Chan fue poco después de comenzar la universidad, Chan asistía a la misma universidad que él y una tarde en la que estaba en la biblioteca, Minho leía un libro que se consideraba prohibido en el país, lo había traído por curiosidad de un viaje que hizo fuera del país y en su casa no podía leerlo, así que lo guardo en su maletín y se dispuso a leerlo en la biblioteca, Chan lo había descubierto a tiempo, cuando llegó a sentarse a su lado y susurrarle que la bibliotecaria estaba cerca, le había salvado el pellejo, pues si la mujer lo descubría incluso podían darle encarcelamiento o incluso la pena de muerte, aquel libro valía tanto incluso para no investigar nada y directo mandarlo al fusilamiento. Desde ahí se hicieron amigos, amigos realmente cercanos y luego de saber que el libro que leía era sobre rebelión, se comentaron puntos de vista en los que opinaban lo mismo del gobierno, esos temas los hablaron en susurros, vigilando que nadie les viera, eran tan amigos que incluso compartían la clase de inglés, por eso es que comenzaron a pasar más tiempo juntos, Minho no tenía amigos y Chan llegó a su vida como una luz convirtiéndolo en su mejor amigo, eran solo jovenes, apenas recién salidos de la adolescencia, aún así, pero sus pensamientos y ganas de libertad los hizo convertirse en hermanos.

El baile de las mariposas (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora