capítulo 12

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A Minho le gusta a creer que todo se arreglaría algún día. Que todo por lo que estaba pasando, un día simplemente desaparecería, ese mal sentimiento de que nada saldría como lo esperaba, eso de saber que tarde o temprano, su amor se marchitaría y no por gusto. Minho se quería convencer de que cuando el tiempo se les terminará, ambos saldrían adelante, ambos lograrían dejar irse sin inconvenientes; a Minho le gustaba creer que a pesar de todo, un día menos esperado, despertaría y ya no recordaría ni quien fue Han Jisung en su vida. Sí, Minho trataba de mentirse, algo bastante irreal.

Toda esa noche no durmió por dos razones: la primera fue estar pensando en tratar de arreglar lo de la carta que había mandado, sinceramente la había mandado por ser un estúpido impulsivo que no pensó nunca con la cabeza fría y ahora... por tal acto, había condenado a Jisung. Y es que el que Hyunjin ya supiera de Han era lo más preocupante, si Hyunjin sabía de la existencia de Han y sobre todo la relación de éste con Castle, lo tomaría como uno más de los enemigos, sin preguntarle si estaba de acuerdo o no con unirlo a la lista de los traidores. Sopló ruidosamente mientras giraba en la cama, el gato a lado suyo maulló por el movimiento, le acarició el pelaje para tranquilizarlo, el gato volvió a dormirse y él volvió a sus pensamientos.

Se sentía tonto, ya que tan solo unas horas antes, él mismo se había cuestionado si Jisung era parte de los enemigos y la respuesta a la que llegó le había dolido más de lo que imagino. Al verlo en ese desayuno, al verlo junto a ella, de solo verlo siendo diferente, le hizo sentir que el aire no llegó a sus pulmones y se había cuestionado si ese era el verdadero Jisung y lo había juzgado sin conocerlo un poco, vaya golpe de tranquilidad le dió el que Jisung le diera explicaciones.

Claro que todo cambio en cuanto supó el contexto de todo, hablar con Jisung le dió una expectativa diferente de las cosas y es que al final de cuentas, todos eran títeres vivientes de John Castle, porque este era un jodido dictador, un maldito manipulador que era egoísta, no había algún adjetivo bueno para ese hombre, luego de lo que le dijo Jisung, su odio por Castle se intensificó, jamás creyó que podría odiar en demasía a Castle, hasta que escucho con claridad las amenazas que le hizo a Jisung y lo aterrado que este se mostraba. Los dictadores hacían eso, poner su poderío ante todos y manejar todas las situaciones a su antojo, los dictadores ejercen un poder que ciertamente no merecen, a base de manipulaciones y miedo. Y todo un país era víctima de las acciones estúpidas de una sola persona, de una tonta y egoísta persona que tenía un poder de someter a la gente a sus deseos, es por eso que debían tomar cartas en el asunto, es por eso que no podía abandonarlo todo por Jisung como este se lo proponía, Minho tenía un motivo por el cual seguir en ese país, tenía esa deuda, que si bien no lo obligaba a quedarse, él debía permanecer por toda una nación, no podía darle la espalda a tanta gente, solo por amor, por más romántico y enamorado que estuviera, nunca abandonaría su misión.

Lo que también le trajo insomnio, lo que más le quito el sueño, fue que lastimosamente, miró todo el panorama que conllevaba el acuerdo con el que quedó con Jisung. Y al darse cuenta de que aquello nunca terminaría bien le dió un escalofrío por la espalda y el corazón se le encogió en un pequeño puño, saber que era la única opción que tenían, le hacía sentir las pequeñas agujas en el corazón. Sí, estaría junto a Jisung en este tiempo tan corto que les quedaba, junto a un Jisung que se ofreció fervientemente a abandonar todo por él, e irse lejos, aunque claramente tenía mucho, mucho por perder, si es que eso sucedía, el que más perdería sería Jisung y eso Minho no podía permitírselo, por más convincente que sonará esa decisión, no podía permitir que Jisung perdiera todo por lo que ya había sufrido, todo lo que ya había construido, no podía permitir que Jisung perdiera todo por un amor que no tenía cabeza ni pies.

Esa decisión de irse y huir de sus problemas, si fueran más jóvenes, con menos responsabilidades, con más valentía , menos apego, poco menos de empatía y sin un plan en marcha, él tomaría dicha decisión sin mirar atrás, sin dudarlo un solo momento, un Minho de 20 años hubiera huido con un Jisung de 18 sin dudarlo para nada, sin mirar a tras, sin querer un poco pensar la respuesta, el lo haría en ese entonces cuando sus vidas eran más livianas y apenas si eran unos adolescentes que no tenía tanta presión en la vida, que no sabían nada de lo que les deparaba el destino; cuando uno no tenía peso en los hombros y el otro no tenía la soga tan atada al cuello. Que diferente sería si tan solo Minho lo hubiera conocido en cuanto llegó al país, que diferente sería rebobinar el tiempo y buscarlo antes, antes de que todo lo que los atormentaba comenzará, pero el hubiera no existe, para nuestra lamentación, él no lo conoció antes, aunque esa noche se permitió pensar un poco y fantasear el como sería ese momento, ese momento en el que pudieron conocerse antes, en otra situación, si tan solo fueran libres...

El baile de las mariposas (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora