capítulo 6

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Minho y Jisung habían pactado algo: se verían cada semana a las nueve de la noche, en las ciudades bajas, todos los viernes, sin falta alguna. Era casi como su día especial para ellos; Han decía que era su día para ser libre, Minho decía que era su día para amar, a fin de cuentas lo importante es que estarían ellos dos siendo testigos de todo aquello que les acontecía en el nombre del querer. Era como el día pactado para que el cuento volviera a abrirse una noche más, una noche donde un nuevo capítulo volvía a leerse en aquello que tanto gritaba romance.

Después de la noche del viernes en que se encontraron con las luciérnagas, por azares del destino, volvieron a verse.No fue algo planeado. Quizá fue el mismísimo destino, una trampa tal vez o quizá coincidencias de la vida. Se vieron el domingo en la iglesia nuevamente, aunque esta vez Jisung hizo lo posible porque ni Amanda, ni Minho se notarán, ni que uno lo notará a lado de otra, para no tener que dar explicaciones, más que nada, porque darlas sería muy trágico por dónde se mirará. Odia hacer esto, era un acto de deshonra por donde se le mirará, pero se sentía tan bien, se sentía tan bien alejarse de quien era para ser solo perteneciente a una persona.

El muy astuto, se las había ingeniado, para que nadie sospechará nada, y poder salir antes de que la misa terminara, logrando captar la atención de Minho, quién al reconocer la sigilosa silueta de Jisung, sin dudarlo, lo siguió.

Esa mañana, se dieron unos cuantos besos en el baño, se besaron, una, dos, tres veces más. Con calma, con ganas, entre risas, en fin nadie entraría por la puerta del baño, ya que la habían atrancado. Se besaron como si fueran dos colegiales y no como dos adultos envueltos en un montón de situaciones, donde su amor no era permitido, era prohibido, sin embargo, ahí estaban, besándose como si no hubiera un mañana. Las manos de Jisung recorrían el rostro de Minho, tan suave al tacto, de arriba a abajo, a veces con prisa a veces con calma, y las inquietas manos de Minho solo rozaban sus cintura, la espalda, un poco más arriba, y luego regresaban a su lugar, al parecer las manos de Minho estaban diseñadas para permanecer en el hueco de la cintura de Jisung, encajaba perfectamente ahí. Esa mañana solo se vieron en el baño y planearon su próxima salida del día viernes, al salir del baño solo les delataría los labios hinchados, pero para suerte de ambos nadie se percató de aquello. Antes de que Jisung llegará a lado de Amanda, se percató de ver salir a Minho, este lo hizo con una enorme sonrisa en el rostro

Aunque no contaron que el día martes, justo a la hora de comida de Jisung, se encontraron nuevamente en la calle principal.

El moreno iba de camino a una comida con Amanda en un restaurante cerca de la plaza, Minho había acompañado a su mamá por unas compras de ropa, ya que ese día era cumpleaños de la madre del mayor. Minho había decidido dedicarle el día a su madre y que mejor que caminar con ella mientras pagaba la ropa y la cargaba, mientras su madre la hablaba banalidades, intereses y chismes del alto mundo, con suerte y de eso sacaba algo que les funcionará para su propio plan, uno nunca sabe.

Jisung trato de pasar desapercibido en cuanto vió que el castaño estaba en el centro, cargando unas bolsas. Estaba fuera de una tienda de ropa para mujer y eso lo hizo sentir raro, pues Minho con ropa de mujer esperando fuera de la tienda era... Raro, ¿Minho tendría una novia? ¿Estaría casado?Jamás lo había preguntado, pero no quiso saberlo, no tenía cara para preguntarlo cuando el también tenía a alguien a lado. Amanda era su obligación, pero sin duda, en cuestiones morales lo que sentía no era nada honrado.

Con lo que Jisung no contaba, era con que el mayor lo había mirado en cuanto doblo la vuelta, tal vez y los ojos de Minho siempre lo reconocerían a la distancia, era casi maravilloso el como sus ojos siempre estarían puestos en Jisung; se vieron realmente al mismo tiempo, solo que ninguno había percatado que se habían visto mutuamente.
En cuanto estuvieron cerca, a Jisung no le quedó más que caminar donde Minho.

El baile de las mariposas (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora