capítulo 16

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Hay decisiones que con el corazón debemos tomar, Y otras que simplemente tenemos que tomar con la razón. Hay decisiones qué siempre nos van a doler realizar, hay decisiones que simplemente son eso, decisiones.

2:21 A.M.

Las cosas estaban listas, el equipaje de jisung ya estaba organizado; partía en tan solo 4 minutos. Amanda lo había ayudado, en todo momento, a realizar esas actividades simples, como lo es poner el equipaje en las maletas, pues el cuerpo no dejaba de dolerle. Aunque realmente, su alma estaba más agusto con la decisión de irse, pero es que el cuerpo no pudiera aguantarlo del dolor, el jodido dolor de la brutal paliza que recibió. Al final de cuentas se sentía feliz, por dentro, el corazón le latía tan fuerte, por poco se le salía del pecho. ¡Pum, pum! ¡Pum, pum! 

Se vería con Minho justo en menos de 15 minutos, y lo mejor de todo: se irían del país por fin. Ellos serían libres, en alguna parte del mundo, sin el temor a que alguien los descubriera, o peor aún, que los matarán solo por amarse.

Se encontraba ansioso, Amanda a lado suyo se mantuvo en silencio en todo el camino, en un silencio bastante comprensible, muchas emociones por el día. Tomo con cuidado su maleta, y salió de su pequeña casa. Hace aproximadamente media hora, Amanda ya había tomado sus pertenencias (algunas con demasiado valor) y habían partido, junto con Jisung a la casa que sería de ambos, y que ahora quedaría vacía.

— la casa es muy hermosa— dijo Amanda con melancolía. Su casa, esa iba a ser su casa, se imaginó a ella misma, ya casada con Jisung, con dos o tres hijos corriendo por toda la casa, sería un futuro que nunca le pertenecería, en otra vida, tal vez en otra vida ella sería su chica.

En otra vida, ella sí iba a robarle el corazón, en otra vida, se dejó imaginar, en otra vida ella sería el amor de su vida, compartirían todo su tiempo juntos y esa tal vez el futuro Sí estaría en manos de ambos, sonriéndoles a su favor. En otra vida, esperaba con cierto egoísmo que Jisung no amará a Minho; pero para su mala suerte, en esta vida, en la vida que vivía, nada de eso pasaría. Porque lo pudo ver en los ojos de ambos, ellos estaban listos para amarse, ellos se correspondían de una manera casi mágica.

Los ojos de Jisung brillaron al ver a Minho, vio que la sonrisa de Minho se ensanchó un poco más al verlo cuando lo llevo a verlo a su habitación. Y se sintió tan mal tercio, que no sabía cómo iba a aguantar todo este viaje, verlos juntos realmente iba a dolerle, pero al mismo tiempo... al mismo tiempo iba a sentirse libre. Nunca había entendido la parte de los libros en donde un personaje sacrificaba su felicidad, por ver al otro feliz. Hasta que se encontró en ese momento, sí bien ella no estaba bien con esa decisión, se sentía bien de ver a Jisung feliz, de verlo brillando como nunca lo había visto antes. Porque a pesar de tener el cuerpo molido a golpes, Jisung estas esperanzado, y era algo que jamás había visto en él: esperanza.

— Es bonita— susurró Jisung, más nervioso que concentrado en su presente.

— Pudo ser nuestra— Murmuró Amanda, tan levemente que por poco el pelinegro no la escucha, pero para su mala suerte la escuchó y el corazón se lo rompió un poquito. Se acercó Amanda a paso lento y le pasó los brazos por el cuello, ella lo abrazo de regreso y sollozó, unos pequeños ruidos de queja salieron de su boca, jisung lloró también; sí bien estaba bien con su felicidad, también estaba triste de ver a Amanda esa situación. Si tan solo las cosas hubieran pasado de diferente forma, nada de esto fuera de esta manera tan... Dolorosa y ambigua.

— No te tortures con eso, lo siento mucho, lo siento, lo siento, yo no quise lastimarte.— le dijo Jisung besándole la cabeza, la pelirroja lloró más, aunque pronto se separó de su lado.

— Vámonos, el tren partirá pronto.— dijo limpiándose la nariz, alejándose del pelinegro.

Salieron cuidadosamente y esta vez, no tomaron ningún carro, caminaron al resto del camino a las vías del tren que se encontraban cerca de donde jisung vivía, quedaba relativamente cerca, así que solamente tuvieron que caminar unas cuadras al paso lento del chico. Amanda iba en silencio, con los ojos rojos, sin ver absolutamente nada, perdida en sus pensamientos. Jisung, sin embargo, iba viéndola detenidamente y se preguntó mentalmente ¿por qué nunca pudo amarla de la forma en la que ella quería ser amada? ¿por qué no pudo amarla como amaba Minho?, De esa forma, tan especial, tan mágica, ¿por qué no puedo ver los bonitos ojos verdes de la chica, como miraba a las preciosas esferas castañas que Minho portaba en la cara?. Todo sería tan diferente si solo hubiera seguido su parte del guión, pero claramente no podía hacerlo de esa forma; No podía simplemente seguir lo que estaba escrito en su destino ¿dónde quedaba su lucha? ¿dónde quedaba la magia? ¿dónde entraba el verdadero amor a su vida?, si las cosas hubieran pasado distinto, si su destino hubiera seguido junto a Amanda, nunca hubiera conocido a Minho y eso no podía ni siquiera pensarlo, no podía pensar una vida sin Minho en ella, porque el panorama Lucía más gris de lo normal, Minho le trajo colores a su vida.

El baile de las mariposas (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora