el día en que las luciérnagas y mariposas regresaron

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Lee Minho, parte de los muchos héroes nacionales, uno de los siete liberadores de la patria, gobernador del Este, estaba soltero y eso todo mundo lo sabía, joder claro que lo sabían y habían mucha interesados en ello, no sólo en saber, por morbo, el porque aquel joven rechazaba todo contacto con la gente, sino que también estaba interesados en tener su atención, muchas jóvenes guapas andaban de tras de él, pero a él parecía que nadie le interesaba más que sus amigos y su gato, Morgan, solo ellos son parte de su día a día, toda la población podía notarlo.

Había pasado un tiempo desde que toda la nación se estaba levantado tal como el ave fénix, de las cenizas. Y el gobernador del este era quien mantenía la economía a la orden, era el encargado del manejo monetario y la restauración del mismo, él se ocupaba del movimiento socioeconómico de toda una nación que renacía, claro que tuvo ayuda, pero a fin de cuentas Lee Minho era el velador de la legalidad económica, muy bonita su labor por cierto, pero... ¿Quién se ocupaba del corazón de Minho?, ¿Quién velaba por él?, Nadie lo sabía, porque nadie debía tener memoria de algo que solo fue de él, de ellos, algo que no era secreto, Pero que era privado para solo ellos dos. Oh ese amor... Ese amor que no volvía. Nadie velaba por Lee Minho, o eso se creía.

Aunque la verdad era que sí, alguien lo hacía, una mariposa que esperaba todos los días en la ventana de su casa a esperas de alguien que llevaba años sin aparecer, aunque eso nadie lo sabía, nadie sabía que a la distancia viendo el sol perderse o regresar, un chico que queriendo o no, velaba por él recuerdo de el amor más bonito que ningún libro hizo justicia, aunque claro, lejos, tan lejos con pocas esperanzas de algún día reescribir aquel romance que parecía pasajero, de en sueño, una novela.

Muchas mujeres y hombres se preguntaron el porque de su soltería, realmente se lo preguntaba todo el Este al ver un hombre tan guapo, inteligente y leal estando soltero; mucha gente se preguntaba el porque estaría tan solo, ni una sola compañía se le había visto, nadie más que los otros gobernantes. Chan, Jeongin, Changbin más que nada eran los más cercanos a él, pues a pesar de que el tiempo había pasado, al joven Lee, no se le había visto con nadie más que sus amigos y su soledad, era eso o el gato de nombre Morgan que a veces se paseaba por sus brazos disfrutando de su compañia, solamente aquella gente que realmente le toma atención hace unos seis años atrás, aquellos que fueron a un bar de noche en donde la libertad gritaba a su punto y el amor se sentía en el aire, solo aquellos que prestaron atención a un joven pelinegro y a un castaño, pueden ser testigo de que Lee Minho si había amado alguna vez, y alguna vez sonaba tan lejano, alguna vez no lució como un chico de piedra, y solo unos pocos fueron testigo de ello, de ver el amor por sus poros y la mirada brillante en sus ojos.

Y es que la mayoría estaban tan intrigados en saber qué carajos hacía que un hombre tan bello como él  soltero, un hombre que no tuviera a nadie que le acompañará, nadie, era un solitario de buenos modales, inteligente y todo un sueño, claramente él soltero codiciado de todo lugar, él soltero que ni siquiera por equivocación volveaba a ver a alguien por más de dos segundos, él soltero que se alejaba de cualquier bella mujer que se le acerca y no miraba más de dos segundos a un hombre con interés, ese era Lee Minho, o lo que quedaba de él.

Una noche en la que Minho redactaba cartas que nunca serían leídas por el destinatario, mientras extrañaba al ladrón de su corazón y el viento oía suspiros encerrados en un cuerpo que le pertenecía a una persona a la distancia, su puerta sonó estrepitosa, toquidos bruscos en su pequeña vivienda, sí, era un gobernante pero lujos no tenía, y ni quería tenerlos, ¿quién será? Se preguntó, los gatos no tocan la puerta, solamente un molesto humano que no lo iba a dejar seguir escribiendo a alguien que estaba resignandose a no volverlo a ver. Que difícil, que difícil era dejar atrás cuando la promesa de volverse a ver estaba de pie, que difícil enterrar dos corazones en la tierra de la libertad.

El baile de las mariposas (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora