capítulo 15

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—¡Jeongin!— gritó Amanda de forma desesperada, esperaba que realmente Jeongin estuviera cerca de ahí.—¡alguien!, Cualquiera, ¡venga a ayudarme!, Por favor.

Jisung estaba en el piso, conciente y muerto del dolor, las lágrimas le salían por la cara, los golpes dolían, ardieron las heridas, se sentía abatido, derrumbado, la palabra "marica" giraba en su cabeza.

Amanda le sostenía la cabeza, lo colocó entre sus piernas y lloraba gritando por ayuda, trataba de no acariciarle las heridas, aunque dentro de ella, quería cúrarselas ahí mismo.

Por gracia del destino, Jeongin escuchó que era solicitado por Amanda, sus gritos de escucharon por el pasillo vacío, en el que se encontraba el despacho de Castle. Corrió rápidamente, la puerta estaba abierta.

—¿Señorita?— dijo en el marco de la puerta, entonces fue cuando la Vió y su cara se vió horrorizada.

— ¡Jeongin!, Me alegro tanto que estés aquí, por favor, ayúdame— dijo ella levantando la cabeza de Jisung con delicadeza, se levantó del suelo y lo recargó en el piso, susurrándole algo que Jeongin no entendió. El chico estaba en shock, no se había movido de su lugar, estaba horrorizado de ver a Jisung en tan mal estado. —¡Ayúdame, carajo!

— Sí... Sí, señorita— se movió rápidamente por el espacio, vió que Jisung solamente lloraba, lloraba desconsoladamente, se intentó hacer como un ovillo, pero el dolor no lo dejo.

— Ayúdame a llevarlo a mi habitación— le dijo Amanda intranquila.

Jeongin tomó todas sus fuerzas, se acercó a Han y puede que no fuera de su total agrado, pero jamás le deseo eso, jamás deseo que Han estuviera tan... Herido. Le tomó por las axilas, y con la mayor delicadeza que pudo, lo levantó, Amanda sostuvo sus piernas, estaban haciendo demasiada fuerza.

—Yo... Yo puedo andar— susurró Han, había salido de su shock, se puso de pie a duras penas, todo su cuerpo dolía. Jeongin le pasó un brazo por su propio hombro y Amanda imitó la acción. A paso lento caminaron a la habitación de la muchacha, la chica rogaba de no volverse a encontrar con su padre, si es que podía llamarlo así de nuevo.

Por fortuna, llegaron al piso de arriba y arribaron con rapidez a la habitación de ella, lo acostaron en la cama y luego, una vez que Jisung estuvo recostado, Amanda indicó.

—Jeongin, trae al doctor inmediatamente, dile que lo espero aquí— Jeongin asintió, salió sin decir nada con dirección a la casa del doctor, aún desorientado, sin saber que carajo había puesto a Han en esa posición.

Amanda entro a su baño con rapidez, agarró una toalla, la mojó y salió a limpiar las heridas de Jisung, las colo en su cara. Su corazón estaba desecho, desecho por verlo tan herido, tan... Vulnerable. Ni siquiera saber de su traición le dolía tanto, no como pensó alguna vez que se sentiría si Jisung la engañaba, creía que solo era porque nada estaba confirmado y hasta que la boca de Han no soltará la verdad, no lo creería.

Se sentó con delicadeza a su lado, Jisung tenía los ojos cerrados, cuando sintió la toalla mojada en su rostro, abrió los ojos, un ojo le dolía mucho, tal vez por lo dolido del pómulo. Ambos se vieron sin decir nada, absolutamente nada, los ojos llorosos de la pelirroja le hizo sentir culpable, culpable por todo lo que estaba ocultándole.

Jisung aún no podía creer que lo habían golpeado por... Por amar a otro hombre, no creía que lo hubieran golpeado por lo que su corazón había elegido.  Estaba tan  enojado, tan impotente, tan, tan vencido. Las ganas de llorar volvieron con más ganas, y sin poderlas contener, las soltó, salían como si fuera lluvia corriendo por su cara, los sollozos se hicieron presentes, no podía contener todo ese dolor que sentía porque cayó por fin en cuenta de que Castle, el maldito dictador de Castle ya sabía su pequeño secreto, sabía de él y Minho y eso no era bueno.

El baile de las mariposas (Minsung)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora