Verano (Luzu x Auron) (Parte II)

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Al salir del agua no estaban frescos como si funcionara el aire, pero tanto Auron como Luzu estaban mejor. El vampiro no se encontraba como siempre pero al menos ya no sentía como si sus piernas fueran fideos, eso ya era algo, pero por motivos obvios ninguno de los dos podía quedarse aquí. Era la primera vez que Luzu tenia que pasar por un corte de luz en su vida pero, según su sirviente que los ha experimentado incontables veces, nunca se sabe cuanto pueden durar y sería estúpido jugarse la salud de ambos por la esperanza de que vuelva en las próximas horas, por lo que el paso lógico era tomar el celular que había dejado cargando antes de irse a dormir y buscar por internet algún otro hotel que no esté a oscuras.

Eso, claro, hasta que activo sus datos móviles y fue aplastado por un aluvión de mensajes.

-¿Sucede algo?-

Cuando levantó la mirada de la pantalla se encontró con Auron, con la mochila colgada al hombro y una vela sostenida en un platito. Estaba listo, ya vestido con unos shorts cómodos, sandalias, y unos lentes a juego con los suyos colgados del cuello de su musculosa negra. Se veía genial, no sabía si fue intencional o una casualidad, pero eligió ropas que se pegaban muy bien a su cuerpo, tanto que despertaban un par de pensamientos poco inocentes en su mente.

¿Y él? Aun sentado en la cama con su piyama mojado de rombitos pegado a la piel, se sintió tan ridículo.

-No, solo estoy resolviendo un par de problemas inesperados- bloquea la pantalla y se pone de pie, disimulando la vergüenza mientras se acerca al cajón mas cercano -Pero nada por lo que debamos preocuparnos, ya se están arreglando-

-¿Seguro?-

-Si, solo habrá un pequeño cambio de planes-

Sin decir mas Luzu levantó la mano e hizo el gesto estándar para que se retirara, Auron obedeció, no sin alzar una ceja, pero en el silencio esperado. Una vez solo Luzu se puso a trabajar en su ropa y, aunque le gustaría decir que fue un trabajo rápido, se tardó el triple de lo que suele tardar en eso por dos razones, la primera, la humedad de las prendas que casi se pegan a su piel, y la segunda, el calor residual en el ambiente. Para un humano seguro que esta temperatura es mala, pero para un vampiro es sofocante, casi como un enorme peso que presiona sobre su espalda y amenaza con tirarlo al suelo de nuevo en cualquier momento. Si llegaba a tropezar o caerse sentado por su pura debilidad no era algo que quisiera que nadie viera, ya había quedado como inútil hoy ante su novio y no quería darle mas razones para preocuparse por el, no mas de las que ya le había dado.

En el momento en que Luzu estuvo satisfecho con su look veraniego, y tuvo sus lentes oscuros cubriendo sus ojos, tomó su celular y caminó de regreso a la sala, apoyándose ligeramente de la pared y manteniendo un paso irritantemente lento, pero eso era todo lo que podía manejar en ese momento.

-¿Listo?- preguntó Auron

Luzu asintió, y sonrió amorosamente al ver una jaula para perros a su lado. Frederick, cual niño curioso, asomó la cabeza entre las rejas para mirarlo.

-¿Donde estaba el niño?- preguntó mientras se acercaba a ver su estado.

-En la otra habitación, escondido bajo la cama- le informó Auron mientras abría como su sexta botella de agua -Ahora mismo me gustaría ser una gallina también, ahí abajo está mucho mas fresco que en cualquier otra parte del piso, si no fuera tan apretado me habría pasado la noche ahí-

-Al menos parece estar bien, el calor si que podría haberlo matado a él-

-¿De verdad?-

-Si- respondió mientras lo tocaba para evaluar su temperatura, aunque dado que él era naturalmente frio, era difícil saber si estaba mas o menos caliente de lo que debería -Las gallinas aguantan bien el frio pero no están muy adaptadas para soportar una ola de calor, ya he visto algunas morir por eso-

Historias de Karmaland / TortillalandDonde viven las historias. Descúbrelo ahora