Historias de Karmaland / Tortillaland

El regalo de Luzu

Hola ¿Todo bien? Aquí llego con la siguiente parte de esto que esta relacionado a Abraza la Oscuridad que estoy pensando si debería hacer en una historia aparte. Me estuve tardando mucho en esto que ya tocaba actualizar, pero me propuse no dejar ninguna de mis historias tirada así que fue cuestión de disciplina (y algo de bloqueo artístico, tampoco mentiré) por la que no actualice nada mas. 

Ahora creo que tocaria Secuestro Soñado, así que me pondré con ello cuando me recupere de este periodo de coma artístico que estuve sufriendo, aunque no puedo prometer que sea lo siguiente que actualice, eso depende de la musa. Si notan algún error o algo que no entienden díganlo en los comentarios, ahora sin mas que agregar, disfruten la lectura.

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Estaba corriendo, no sabía de que, no sabía porque, lo único que tenía claro es que no podía dejar que le pusieran la mano encima. Apretó el pequeño bulto en sus brazos contra su pecho mientras se precipitaba entre los árboles. Los oía cada vez más cerca, por más que corría con todas sus fuerzas nunca era suficiente, sentía que una oscuridad opresiva se cernía a su alrededor mientras trataba de llegar al pie de aquella colina, entorpeciendo cada vez más sus pasos y dificultando su visión.

Perros ladraban y gruñían a poca distancia, oía sus patas sobre la grama y casi podía sentir el aliento caliente de las bestias en su piel mientras trataba de llegar, desesperado, hacia aquel lugar donde se encontraba la seguridad.

-Por aquí-

Se detuvo al oírlo, jadeando, mirando hacia los lados hasta que lo vio. Allí estaba su reflejo, mirando con miedo en sus ojos a lo que estaba detrás de él.

-¡Vamos! ¡O te alcanzaran!-

No lo pensó dos veces al seguirlo, bajando por una ladera algo empinada que llevaba al comienzo de un rio caudaloso. Sus pasos fueron torpes, apenas podía mantener el equilibrio con las manos ocupadas, pero aun ante el terreno pedregoso no se detuvo, encontrando pronto los restos de un antiguo camino entre los árboles. Es en ese momento algo le retiene de la pierna y cae, grita por ayuda cuando dientes afilados intentan desgarrar la carne tierna que retienen. Hace lo posible por proteger el bulto en sus brazos y pelea a los golpes y patadas cuando intentaron arrebatárselo.

El viento sopla con fuerzas cuando en medio de exclamaciones y gritos fue liberado, sus ojos apenas pueden ver bien lo que tiene a su alrededor, todo era turbio como ver bajo el agua.

-¡Levántate!-

Le ayuda a ponerse de pie y lo guía hacia adelante mientras el dolor en su pierna le paralizaba. Luzu se apoya en él y sostiene con su otro brazo libre su carga. Sus ojos intentan ver que es lo que estaba protegiendo tanto, pero un empujón le acerca hacia la entrada a una gruta que no había visto cuando apareció.

-Salta, ellos no podrán seguirte ahí-

Luzu mira con vértigo lo que solo puede suponer que es una caída mortal, pero la oscuridad ahí era tan densa que no podría asegurarlo ¿Era la salvación lo que estaba mirando? ¿O era acaso su perdición? Mira hacia su reflejo con el corazón en la mano, viendo la manera en que sostenía una espada y miraba hacia adelante, dispuesto a protegerle mientras oía como los ladridos y los gritos se acercaban más y más.

-¡Hazlo de una maldita vez!-

Es en ese momento que decide confiar en él, mira hacia el fondo y, tragándose su miedo, se arroja cerrando los ojos en un salto de fe. De fondo, apenas audible en medio de la oscuridad asfixiante que le rodea, se oye un trueno.