Historias de Karmaland / Tortillaland

Entre la muerte y el alma (Lolito x Luzu) (Parte I)

Advertencia por violencia y pensamientos sobre el suicidio o la locura, aunque teniendo en cuenta que estaremos en la cabeza de Lolito, esto es algo que mas o menos se puede esperar, mas cuando esta historia se ubica en el universo de Among Us.

Si, es 2022 y me sigue gustando escribir cosas de frijolitos, demándame.

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-¡Es él! ¡Lo vi!-

-¡Eso es mentira!-

¿Por qué...?

-¡Lo mataste! ¡Y estabas sobre él como el maldito monstruo que eres!-

¿Por qué esta pasando esto?

Cian y Amarillo se estaban gritando tan fuerte que sus voces hacían un potente eco en la cafetería casi desierta, un gran espacio con demasiadas mesas para los únicos tres ocupantes en el centro. Mangel tenia la cara roja de rabia y parecía a punto de lanzarse sobre Luzu, que tenia los ojos enrojecidos y lo miraba con desafío tambaleante, era obvio para cualquiera que apenas podía mantenerse unido, pero aun así no estaba dispuesto a dejarse aplastar. Sabía que tenia que poner un freno antes de que la cosa se saliera de control, pero no podía, no cuando ni siquiera lograba hacer que su maldito cuerpo respondiera. Lolito los oía como si estuvieran debajo del agua, enturbiados por las voces en su cabeza que rugían furiosas que ninguno era de fiar, que tenia que huir, que tenia que matarlos a los dos antes de que fuera demasiado tarde, que tenia que hacer lo que fuera en lugar de solo quedarse ahí como un estúpido.

¿Por qué todo tuvo que terminar así?

Esto era una pesadilla, todo era una mierda desde que abordaron esta nave, maldito el día en que decidió aceptar esta misión y maldito él por haber arrastrado a su niña a esto. Incluso entonces, cuando había puesto el primer pie en la rampa que daba a la esclusa, había pensado que todo era de lo peor solo por haberse encontrado con Luzu después de tantos años y estar obligado a respirar un mismo aire que él por meses. Si no fuera porque habían firmado un contrato que los abría a una tremenda demanda si se arrepentían el mismo día del despegue habría dado media vuelta ni bien se enteró.

Si tan solo lo hubiera hecho... si tan solo pudiera retroceder el tiempo y tomar la presencia de Luzu como la mala señal que era. Sabiendo lo que iba a pasar le habría importado un carajo que pudieran ir a parar a la cárcel, habría tomado la mano de su novio y se aseguraría de nunca jamás ponerlo en peligro, no importa que tan mal les pusiera las cosas la empresa que les contrató, eventualmente se habrían puesto de pie, la vida sigue y no habría sido el fin del mundo. Tal vez ahora estarían en la cárcel o, si MIRA estuviera especialmente vengativa, en un refugio para vagabundos comiendo guiso aguado, pero habría preferido eso mil y un veces a estar aquí. Ahora estaban atrapados como ratas en una nave llena de cadáveres, con un alienígena hostil a bordo y lejos de cualquier ayuda inmediata.

Decir que todos están al borde del colapso es decir extremadamente poco, mas cuando están rodeados de los recuerdos de todos los que alguna vez compartieron esta mesa con ellos. Sobre esa fría mesa de azul industrial reposaba el sombrero de papel de Policarpio, ahí junto a las alas de murciélago de Reborn, el salvavidas de flamenco de Violeta, el sombrero de la Capitana Biyin, y ahora, el maltratado y ensangrentado gorrito de fiesta de Auron. Hay mas, todos puestos con la intención de honrar a los que ya no están, pero ahora mismo para Lolito no eran mas que un recordatorio morboso de los caídos, una especie de burla a su situación.