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- Narrador -
NORMAN TIRÓ SU VASO DE VIDRIO CON WHISKY ESPARCIENDO SE POR LA ALFOMBRA mientras se acercaba lentamente al espejo.
— ¿Que quieres?.— mantuvo su compostura.
— Decir lo que tú no dices, hacer lo que tú no haces. Desaparecer a los qué se interponen.— respondió macabramente mientras alzaba el periódico a lo que Norman lo volteaba para leerlo.
—Comité Osborn, asesinados.— leyó asombrado.— Tu los mataste.— volteó dónde su reflejo que tenía una sonrisa descarada.
— Los matamos.
— ¿Nosotros?.
— ¿Olvidaste...el accidente del laboratorio?.
— Los potenciadores de desarrollo.— negó.
— Bingo, yo, tu creación maestra, brindando de lo que siempre has querido.— sonrió nuevamente.— Poder, más allá de tus sueños remotos y es solo el principio, solo una persona puede interponerse.— lo miró fijamente a lo que Norman retrocedió asustado.- Oh, imagina si se nos uniera.- hablaba de Spider-Woman, la mujer araña.
°°° - El Clarín -
— La mujer araña, el hombre verde. Ja, el duende verde...
— Señor...
— ¡Yo lo inventé!.- comentó interrumpiendo a la chica.— Esos fenómenos ya tiene nombre.
— Señor...
— ¡Hoffman!.— le gritó a su empleado a lo que rápidamente entró al despacho.
— ¿Si, señor?.
— Háblale al duende verde y dile que me pague cada vez que alguien lo mencione.— ordenó estrictamente.
— ¿Porque no, manta verde?.— sugirió pero su jefe le hizo una señal de que se retirará.
— Señor, la mujer araña no atacó a la ciudad, trataba de salvarla, lo...
— No es cierto.— la volvió a interrumpir.- No es cierto, no me contradigas, yo no calumnio, solo digo verdades.— asintió lentamente pues para el le daba igual.
— ¿No confía en nadie?.— le preguntó _____.
— En mi barbero.— admitió.- ¿Eres abogada?. ¡Fuera de aquí!. Que me demandé y que me haga rico si es una persona normal.— _____ se levantó para empezar a irse.
Este tiró su poro por la ventana, el cual segundos después volvió a su escritorio a lo que lo vió confundido, ____ volteó de la misma manera. La pared explotó en pedazos mandando a volar a Jhonson hasta el piso a lo que _____ se tapó el rostro con sus antebrazos.
El duende verde había llegado. Este no tardó en tomar a Jhonson por el cuello manteniéndolo en el aire.
— Johnson, pobre hombre. ¿Quien es el fotógrafo que le toma fotos a la Mujer Araña?.— preguntó molesto.
— Agh, no sé quién sea...me llega por correo.— contestó con el poco aire que poco a poco se le iba.
— ¡Es mentira!.— comentó enojado.
— Lo juro.— mintió encubriendo a _____.
— Es el único que puede conducirme a ella.— Jhonson volvió a negar.
— No se quien es.
— ¡No me sirves!.— levantó su puño dispuesto a golpearlo.
— Suéltalo bravucón.— comentó con una pizca de burla _____ vestida con su traje. El duende verde soltó de golpe al tipo a lo que esté se quejó.
— Hablando del diablo.— sonrió.
— ¡Mujer Araña!. Sabía que ustedes eran un equipo...— la Mujer Araña lo calló tirándole una telaraña en la boca para que guardará silencio.
— Cállate y deja que los adultos hablen en privado.— comentó sin perder el tono burlón.
— Duerme.— dijo el Duende verde mientras que de sus guantes salía un humo verde que iba directo al rostro de la chica, este traspasó por su máscara dejándola inconsciente, lo que ocasionó que cayera sobre el vacío hacia las calles atestadas de coches.
El duende verde rió y bajó con su transporte para agarrar entre sus brazos a la chica y llevarla dónde tenía pensado mientras se escuchaban los gritos aterrorizados de las personas.
°°°
- Despierta pequeña arácnida. Despierta.- le susurraba a la chica mientras abría sus ojos lentamente debajo de su máscara, que por milagro, no se le había ocurrido al duende verde...quitársela.— No, no estás muerta...aún. Solo paralizada... temporalmente. Eres una criatura increíble, Mujer Araña, tu y yo no somos tan diferentes...— unos pequeños agujeros en su máscara se abrieron dejando ver sus ojos.
— No somos iguales.— susurró la Mujer Araña recobrando la conciencia.— Tu eres un asesino.
— Bueno, cada quien lo suyo.— contestó burlón.— Yo elegí mi camino, tu decidiste el tuyo, yo decidí mi camino, tu decidiste volverte una héroe. A la gente de esta ciudad, durante un tiempo le pareciste divertido, pero hay algo que aman más que una héroe...ver qué una héroe cae y muere en una azaña. A pesar de todo lo que has hecho por ellos, al final te odiaran. ¿Para que te molestas?.— admitió teniendo un poco de razón.
— ...Por qué es lo correcto.— contestó la chica a lo que el duende verde se acercó dónde ella y le dió un leve golpe en la cabeza recargandose a un lado donde ella se encontraba sentada.
— Está es la verdad. Hay ocho millones de personas en la ciudad, y esas personas proliferas de masa existen con el único propósito de levantar en hombros a la poca gente excepcional.— apretó su puño a lo que la chica negó con la cabeza levemente.— Tu y yo, somos excepcionales.— comentó dándole un leve golpe en el hombro.
Este hombre si que está loco.
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