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Desperté rápidamente, me siento rara. Me levanté como pude y tomé mis lentes para acercarme al espejo y verme.
Me los coloqué pero algo más extraño pasó, veía borroso con ellos...y sin ellos, veía muy bien.
Los dejé a un lado y confundida me di la vuelta para olvidarlo pero, mi cuerpo parecía salido de un gimnasio, tenía abdomen plano y mis brazos escuálidos fueron cambiados por unos no muy exagerados pero si fuertes.
De repente escuché como tocaron la puerta.
- ¿______?...
- ¿Si?.- pregunté sin dejarme de ver.
- ¿Estás bien?.- preguntó mi tía.
- Ah....estoy muy bien.- me di la vuelta para verme mejor.
- Como te sientes bien debe de haber algo, ¿Algún cambio?.- asentí con la cabeza, pues ella aún seguía afuera de mi cuarto con la puerta cerrada.
- ¿Cambio?...sip, un buen cambio.- sonreí.
- Pues date prisa o llegarás tarde.- se me borró toda la sonrisa.
- Si.- contesté mientras empezaba la búsqueda por mi ropa, a un lado ví a mi vecino, Aidan quien ya estaba listo para la escuela.- Estoy lista.- sonreí emocionada.
Baje vestida por las escaleras dónde hice una maniobra colocando y caminando por pocos segundos en la pared, baje de un salto haciendo que mi tío diera un pequeño brinco.
- Que barbaridad.- comentó mi tía.
- Hija, ¿No estabas enferma?.- preguntó mi tío a lo que sonreí.
- Ya estoy bien.- contesté.
- Te lo dije.- le dijo mi tía.
- Regreso pronto.- tomé mi mochila.
- ¡Pero no has desayunado, ¿Llevas dinero?..- gritó mi tía.
- Si llevo.- contesté.
- Oye Frida Kahlo, recuerda que pintaremos la cocina después de la escuela.- recordó mi tío.
- Si claro tío Ben. No empieces sin mí.- lo señale "amenazante".
