Cautiva| Toji Fushiguro

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Advertencia +18

Me pase una mano por el cabello, tratando de calmar el debate que rugía en mi cabeza.

El recuerdo era tan vivido, se había tatuado en mi mente y piel.

Brazos fuertes a mi alrededor, manos grandes y calientes sobre mi piel, labios ardientes con sabor a pecado al igual que su toque, ojos color musgo en llamas, olor a infierno y cítricos.

En lugar de disolverse, la lujuria se espeso y se deslizó por mis venas hasta cada rincón, como una brasa de fuego caliente esperando una corriente de aire para avivarse.

Mire el cielo oscurecido a través de la ventana, ignorando el dolor de necesidad que había en mis pechos y entre mis muslos.

Salir al patio trasero fue fácil, la parte difícil fue ignorar la tensión asfixiante entre Toji y yo que llevó los latidos de mi corazón a terrenos peligrosos. Toji permaneció impasible la mayor parte del tiempo mientras fumó un cigarrillo, pero fuí consciente del fuego en sus miradas, de su brazo rozando el mío cuando se plantó a mi lado. Traté de ignorarlo con mi mayor esfuerzo a pesar de que era difícil y le di toda mi atención a Megumi.

"—Voy a tomar lo que ha sido mío desde un principio" Sus palabras resonaron en mi cerebro una y otra vez, provocando una corriente de electricidad pura que viajaba por toda mi médula espinal. Fue una promesa suave. "Lo que ha sido mío desde un principio"..."lo que ha sido mío"

¿Creía que era suya solo porque tenía mi vida en la palma de su mano?

Me removí en la cama y encendí la lámpara de noche a mi lado, el sueño había desaparecido gracias al dolor palpitante y persistente en mi centro.

"Basta." Demandó la voz en mi interior.

¿Qué estaba mal conmigo? Nunca había tenido reacciones así por un hombre. En realidad, mi libido se había mantenido bajo durante mucho tiempo que llegué a preocuparme, siempre lo mantuve así, incluso cuando tuve mi último novio y mantuve relaciones con él. Pero ahora era como si fuera un volcán haciendo erupción a toda regla después de estar inactivo. Lo atribuía a la ausencia de caricias y besos durante mucho tiempo, quizás.

Apreté mis muslos pero finalmente, no lo soporté mas.

Deslice mi mano entre mis piernas y abrí la boca en un gemido silencioso ante el primer roce de mis dedos en mi núcleo. Casi nunca había buscado mi liberación sexual, pero ese solo roce encendió años acumulados frustración reprimida.

Cerré los ojos y un pequeño jadeo me abandonó, estaba tan hipersensible después de no tocarme durante tanto tiempo que solo importaba perseguir esa sensación.

Manos grandes y calientes, ojos color musgo envueltos en llamas de infierno, mandíbula recta, espeso cabello negro, labios firmes.

Intente borrar el recuerdo que comenzaba a desarrollarse en mi mente mientras una corriente de placer me recorrió. "No pienses en él" Me repetí. Mi espalda se arqueó sobre el colchón y pequeños gemidos se mezclaron con el deslizamiento de mis dedos. Estaba tan cerca, pero no podía llegar. Un gemido escapó de mis labios y hubo una inhalación brusca del otro lado.

Mi corazón se detuvo abruptamente y mi placer se partió en dos. Abrí los ojos y mire a Toji fijamente, de pie en la puerta con su mano en la manija y su mirada clavada en mi.

¿Cuanto tiempo había visto?

Por Dios, no.

Ahora ya no era un recuerdo o una imagen mental, ahora estaba frente a mi, devorándome con su mirada y avanzando lentamente con llamas infernales a su alrededor.