8.Para celebrar ✨

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Esa noche pasó de una manera particular, solo nos abrazamos al dormir genuinamente me preguntaba cómo evitaría desarrollar algo más por el que un simple gusto y al día siguiente se había ido de nuevo.

Regrese a mi departamento para darme un baño, no me despedí de nadie, tenía que pensar muchas cosas, Rin me había enviado varios mensajes preguntando por mi, por otro lado estaba el tema de buscar un buen hospital para realizar mi servicio, debía escoger una morgue que me permitiera desarrollar mis habilidades, era un tema que no podía ignorar.

Al salir me dejé caer sobre el sillón de mi sala, la mansión de Bonten me parecía hermosa sin embargo mi departamento era mi lugar seguro, había llorado, reido y amado en este espacio.

Decidí mandarle un mensaje a Anto, sabía de la diferencia horaria pero tenia tanto que contarle, quizá lo revisará en la mañana, ella había publicado una serie de fotos en sus redes sociales con Ran, se veían tan enamorados y yo no podía más que tener el mínimo afecto carnal de parte de un chico.

Habia accedido a ese tonto trato por toda la lujuria que me provocaba, pero no es que el fuera muy buena persona, sabia ser el tipico hombre educado pero que tenia altas sus murallas, en el invernadero pude notar un poco de apertura a mi, pero no por mucho a pesar del calor que trasmite con sus manos, sus palabras son mera conversación vacía.

Llegó la noche y me había dispuesto a pedir una pizza para cenar mientras buscaba una buena película de terror, no como la que había seleccionado Kakucho, quería una de suspenso, de esas que te hacen dudar al bajar un pie de la cama. Me puse una holgada sudadera y esperé ansiosa por mi comida.

El asesino se daba la vuelta por una esquina persiguiendo a una de sus víctimas, llevaba tiempo siguiendola y de un momento a otro la tomó por el brazo girándola para apuñalarla por el cuello, cuando de repente sonó el timbre haciéndome saltar del sillón arrojando un poco del vino de mi copa sobre mi sudadera.

-Agh, increíble, un momento por favor.- Puse pausa al film.

Corrí rápidamente por mi bolsa para sacar el efectivo de mi cartera olvidando que nada me cubría las piernas.

-Una disculpa, aquí tiene...-

Abrí mi puerta para encontrarme con un largo cuerpo trajeado, un ramo de rosas blancas en una mano y una pizza en la otra.

-Sanzu, ¿Qué haces aquí? .- Esto no me lo esperaba en lo más mínimo.

-Si quieres me voy, pero me daría mucha pena no ver esas deliciosas piernas, creo que cambiaré de trabajo y repartire comida para verte más seguido así.- Soltaba sus palabras a la expectativa de mis reacciones.

-¡Qué cosas dices!, ven, pasa.-

Su cuerpo se deslizó a un lado del mío mientras ingresaba dentro de mi pequeño departamento, dejó caer su saco sobre el sillón y soltó la caja de pizza sobre la barra de mi cocina.

-Ten, son para ti, para celebrar nuestra sociedad.- Su mano se extendía concluyendo en ese encantador ramo, su sonrisa era algo tensa y se le veía cansado para la hora que era.

-¿Cómo sabes donde vivo?¿Y como sabias que iba a cenar?.-

Me dirigí a mi alacena para sacar un pequeño florero, esperando que cupieran las flores con espinas relucientes.

-Se muchas cosas sobre ti y soborne al pizzero para que me dejara subirla yo.- Respondía a mi pregunta observando mi sala y pequeño recibidor, me sentía muy expuesta, miraba cada parte, observaba mis marcos con fotos y comenzaba a caminar hacia mi recamara con cautela.

-Espera, espera, no puedes entrar.- Pero era muy tarde el de cabello rosa ya estaba dentro de mi habitación, tocaba con delicadeza el borde de mi librero, sus ojos se enfocaban en los lomos de mis libros, pasando lentamente su mirada sobre escritorio notando una pequeña nota que tenía de un antiguo amor, misma que sujeto.

-"Me devolviste el alma al cuerpo, por siempre tuyo, tu alma gemela".- Sanzu leyó la nota en voz alta actuando dicha frase como si de una obra dramática se tratara, una parte de mi moría de risa y la otra sentía cierta incomodidad pues hacía mucho que no oía esas palabras en voz alta.

-Sanzu, deja eso en su lugar. – Corrí a tratar de quitárselo de su mano, forcejeamos un poco hasta que pude arrebatarselo, para así colocarlo de nuevo en su lugar.

-¿Quién te escribió eso T/N?.-

-Una viejo amor, vamos ya sal de aquí.-

El chico se había recargado sobre una de mis paredes, remangado las mangas de su camisa, al momento de mencionar lo del amor puso los ojos en blanco e hizo un gesto de vómito.

-En fin, me agrada bastante tu departamento, eres tú hecho un espacio.-

-Es la idea cuando vives en un lugar, ¿No?, ¿Tu departamento no tiene nada de ti? .- Yo lo observaba atenta, parecía irreal tenerlo dentro de mi habitación.

-No, de hecho no.-

Un silencio nos invadió, de nuevo se notaba un poco más real, sin ser ese ser perfecto.

-¿Quieres ver la tele y cenar? .- Tenía que preguntar, pues quería aprovechar para platicar un poco más con él.

-No puedo, de hecho me iré a trabajar, todos de vacaciones, menos yo, solo quería pasar un momento a verte, ya que en la mañana no pude.-

-Ah claro no te preocupes por eso.-Cierto este bastardo me dejo de nuevo sola en su amplia cama.

Caminamos hasta la puerta, tomó su saco, él iba frente a mi, toco la manija de la puerta y se giró en una posición de tres cuartos extendiendo su otro brazo para tomar mi mano.

Sin dudarlo entrelace mis dedos en los suyos, me acerco y freno a pocos milímetros de rostro.

-¿Qué pasó?.- No podía creer los nervios que seguía generando en mí a pesar de tenerlo a mi disposición, a pesar de que había babeado sobre mi.

-Nada, deja de ponerte nerviosa, no te haré nada que no merezcas, bueno ángel me voy.-

-Agh suéltame, espero tu trabajo no sea muy pesado.-

Nos separamos para así salir por fin al corredor, sonreía sacando su lengua para lamer sus labios superior en forma de medio círculo, al verla había comprobado que era igual de larga como la sentía.

-Sueña conmigo, si no lo haces, lo sabré.-

Camino por el pasillo hasta llegar al elevador, espere unos momentos hasta que subió dentro de él y se despedía moviendo su mano.

La noche se había tornado algo extraña, no pude retomar la película sin pensar en sus acciones, creo que tendríamos que tener una conversación sobre evitar este tipo de detalles, sin embargo las rosas dormirán a un lado mío sobre mi buró. 

---🖤--- 

Estos capítulos han estado cortitos, pero prepárense... 

Sanzu Haruchiyo-Luces Rosas-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora