11. Te quedaras conmigo 🩸

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-Claro que me gustan, pero he de confesar que no puedo ni imaginar el dolor que te causo hacertelas.-

-Me alegra, fue un día horrible para mí, pero aprendí mucho.- Senti un leve suspirar en su voz.

Mis dedos aun seguian entre su sedoso cabello, pero entonces se inclino y me miro, levanto todo su cuerpo con cierta pesadez, se quedo parado unos momentos cerca de mi, extendiendo su mano para despegarme de la comada superficie.

-Te quedas a dormir.- Ordeno, al parecer le encanta darme ordenes.

-No lo se Sanzu, creo que es algo tarde...- Me sente en el sillon tomando su mano, acomadando con la otra un poco mi alborotado cabello.

-No era pregunta, boba.-

-Ah, pues es algo que se debe preguntar, bobo.- Dije mientras le sacaba la lengua.

-Quedate.- Su voz ya no era la de una orden, era la de un tono de suplica.

Su fria mano me guiaba por el interior del grande departamento en una dinamica peculiar de apagar cada interruptor de luz hasta por fin desplazarnos a su cuarto.

Sanzu me soltaba para recostarse sobre la grande cama, palmeando la superficie en señal de que me recoastara a su lado.

-Dime un secreto tuyo Sanzu.- Ahora los dos nos mirabamos con detenimiento, acostados de lado sobre sus finas almohadas.

-Me parece un trato algo ruin, tu debes darme uno tuyo a cambio.-

El chico recogia uno de los mechones de mi cabello pasandolo dentras de mi oreja.

-Esta bien, pero solo uno.- Debía pensarlo muy bien, tendría solo una oportunidad de saber lo que quisiera sobre el.

-T/N empieza tu.-

-Bueno, entonces me gustaría saber ¿Quien o que te hizo esas cicatrices?.-

Nunca había visto esa cara en el, su rostro se contrajo con fuerza, apretando la mandibula y desviando su cuerpo hacia arriba para evitar el contacto visual, recargo su antebrazo sobre su frente.

-Mikey.-

-¿Por qué te haría algo así?¿Quien se cree?¿Eras niño?.- Mucho coraje me inundo, ahora quería saber todos los detalles, pense que no se suponia que eran amigos.

-No, era solo una pregunta y esas, si no me equivoco son 3 más, ahora voy yo.-

Extendí mi mano hacía su rostro para tocar las comisuras de su boca pero antes de llegar Sanzu me detuvo, sin mover su posicion, fue un tagante moviemiento sin fuerza, pero era claro el mensaje, no quería mi compasión.

-¿Te enamoraste realmente del chico que te escribio esa nota?.-

Sin movernos ni un milimetro, mi corazón fue el que latio con fuerza.

-Si, así fue, ahora sueltame.-

Aparto mi mano con cierto desprecio y se giro para pagar la luz regresando a su posición inicial, mirandome de frente, cuando derrepente su boca ya chocaba con la mía, era uno de esos besos en donde me partía la boca y me la inundaba de sangre, pero este era el más agresivo que me hubiera dado hasta ahora.

-Sanzu, me esta ... doliendo.-

Ignoro mis palabras y continuo minetras trataba de alejarlo con mis manos, en forcejeo nos encontrabamos, sus manos me presionaban contra la cama sosteniendome por la muñecas con una de sus manos, un sonido de dolor se escapo entre mis labios, su mano libre se colo entre mis muslos, presionando sobre la marca que había dejado en mi con esa terrible mordida.

-Sanzu, para, de verdad me esta doliendo.-

-A mi también...me esta doliendo.–

No comprendía bien la razon de sus palabras, el no estaba sintiendo ningun tipo de ardor fisico, a menos que el masticarme los labios le causara algo de dolor, por un momento se saparo y entonces obtuve la fuerza para desplazarlo, parandome rapidamente hacia el baño.

Cerré con seguro la puerta, me mire en el espejo y note los hilos de sangre que tenía en mis labios, me ardía tanto que decidí enjuagarme la boca, por un momento frente mi reflejo pensé en ese hermoso niño siendo rebanado por su amigo.

-T/N abreme la puerta.- Sanzu golpeaba con impetu la madera.

-Te dije que me estaba doliendo.-

-T/N abreme la puerta, CARAJO.-

Estaba tan molesta por su actitud, así que decidí dejar la sagre que aun no me retiraba sobre mi rostro y abrí con desición.

-¿QUÉ QUIERES?.- grite altamente.

Me sostubo de los biceps, levantandome del suelo, era increible la fuerza que tenía este chico, sin duda podría matarme de verdad, sus ojos se abrieron de par notando mi boca y los rastros de su caos sobre mi cara, me dío la sensacion de que me gritaría de la misma manera, pero entonces me bajo con lentitud, paso de largo y tomo un toalla humedeciendola.

-Ven dejame limpiarte eso.-

Me acerque con cautela, el frio de la fibra me daba descanso, su tocar era gentil, parecía que ahora no queria tocarme para no lastimarme más.

-Sanzu, yo puedo hacerlo.- Era un reclamo con fundamentos, pues me parecía imposible enojarme con él.

-No, esto fue mi culpa.-

-¿Te gusta la sangre?.- Nuestras miradas permanecian distantes.

-No.-Sanzu solto una pequeña risa nasal, pero aún continuaba limpiando.

-Entonces ¿Por qué simpre me muerdes?.- Era obvio, pero quería escucharlo.

-Para que todo el mundo sepa donde he estado.-

-Eres un tonto, ya quitame eso.- Tome su mano para despues desplazarla y sostener la pequeña toalla blanca ahora carmesí.

-Esta cita no salío muy bien.- Ahora si, nuestros ojos se miraban, a pesar de ser solo un momento en el que nuestra mirada no se entrelazo, lo sentí enterno.

-La de mañana puede ser mejor.-

-¿Entonces si te quedarás?.-

-Si, Haruchiyo.- me pregunte geniuinamente que pasaba conmigo.

Un hermoso rubor similar al de las flores de cereza lleno sus meguillas y enguaje de nuevo mi cara y salí del baño con el, ambos nos recostamos, cubriendonos con las sabanas, dormir con el no era novedad, pero quiza bajo estas circustancias lo era un poco. 

Sanzu Haruchiyo-Luces Rosas-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora