30.Luces Rosas 🍋

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Me acerque a la orilla de la cama y me senté justo frente a la puerta del baño, coloque mis dedos entre mis pliegues, sintiendo mi humedad, cerré los ojos recordando su cuerpo, su piel, su hermoso cabello rosa en conjunto de esos ojos que eran una constante en mi mente.

Comencé a darme algo de placer, mi cabeza se inclinó hacia atrás, mi cuerpo estaba esperando por sus ojos sobre mí y así fue como Haruchiyo abrió la puerta del baño dejando el vapor escaparse.

-¿Quee...Que estas haciendo?.- Tartamudeo con rabia mientras daba unos pasos hacia mi, regresaba mi mirada a su cuerpo, percibí su desnudez, la cicatriz de su costado, el rojo de su piel y todas las heridas que tenían eran solo una pincelada en ese blanco lienzo esculpido.

-Lo que dejaste pendiente.-Lance ese comentario con cierto veneno mientras nuestros ojos se conectaron y yo aun continuaba moviendo mi mano.

-Ven aca.-Me sujeto fuertemente y me levanto adentrándonos dentro de la regadera, me dio la vuelta y coló sus besos y mordidas en mi espalda.

El agua tibia caía sobre mis ojos, sus manos recorrían mi cuerpo, note el ardor del fuego en sus antebrazos y su agarre era firme, no podía ignorar sus largos dedos rodearme, mi rostro estaba recargado sobre el frío mármol.

Mis muslos percibieron su creciente erección.

-Haruchiyo... puedes...- Lo deseaba dentro.

-No, aun no, terminaré lo que TU empezaste.- Ese puntual comentario, esto me pasaba por provocarlo.

Rápidamente me giro y nuestros ojos humedecidos por el agua se encontraron, sus dedos se introdujeron en mi, sosteniendo aún esa fuerte mirada y note el fuego crecer, mordía sus labios picaramente y con su mano libre subió hasta mi busto para sujetarlo, pero su boca no se quedó en mis labios, descendió hasta mi cuello.

El calor del agua y los dedos de Haruchiyo me estaban dando un leve mareo, entraba y salía de mi con rapidez, se movía tan ágilmente que no podía identificar qué era lo que más placer me estaba generando, lo medio abrace y coloque mi mano en su nuca para no dejarlo escapar.

Mi otra mano bajó a su entrepierna, su miembro arriba.

-Haruchiyo...- Lo sujete y comencé a moverlo de arriba abajo.

-Me encanta que te portes bien.-

Entonces su boca se posó sobre la mía, ambos dándonos placer era lo que más deseaba, los gemidos entre beso y beso, mi pecho subiendo y bajando, su fuerte cuerpo rodeándome y el saber que me deseaba tanto como yo a él, resultaba en una fantasía, ¿Tendría que ignorar todo lo malo para ser feliz con el?

Me sacó de mis pensamientos mientras sujeto mis muslos desprendiendonos de nuestro sujetar y recargo mi espalda en la negra piedra, elevándose sobre él, lo mire con expectativa mientras se hundía dentro de mi.

-Carajo, me excitas tanto, T/N.-Gruñia.

-Haruchiyo, no pares.-

-Jamás lo haré.-

La electricidad recorrió todas las fibras de mi cuerpo, no paró de entrar y salir con fuerza, con su gran tamaño.

El vapor nublaba mi vista.

-T/N, Agarrate bien, angel.- Percibí su cuerpo tensarse.

-Espera..- Pero era tarde, mis caderas apretando su miembro en ese brusco movimiento.

-No eres un ángel, aprietas como el diablo.- Suspiro en mis oído, su rasposa voz terminó de darme el toque de excitación que necesitaba.

Me tomo por la espalda baja y me alejo de la pared, sin darme descanso me sujeté con fuerza de su cuello y su boca.

Mi entrepierna estaba inundada por su grande miembro, medio sentada sobre él no dejó de hacerme rebotar, era vulgar, era ruidoso y era el momento más erotico de mi vida, hasta ahora.

Y continuó entrando y saliendo con fuerza, tenía que sujetarme de él, si perdíamos el equilibrio podría terminar muy mal.

Nuestra boca aún se devoraba, percibía el rozar de sus colmillos en el filo de mis labios, su lengua desesperada por recorrer mi boca, pero no podía soportarlo más, las piernas me estaban temblando, las puntas de los dedos se me doblaban, el agarre de sus manos en mi trasero era incluso doloroso, pero sus movimientos eran como una droga.

-¿Cuál es tu respuesta? .- Soltó con malicia viéndome sobre él, su rostro era el de un ángel, sus mandíbulas, su piel, sus ojos con filo, su hermoso cabello, mientras mi espalda le bloqueaba el ardor del agua.

Pero me hacía rebotar más y más, apretaba mis cuerpo en su costado cuando libere un fuerte gemido, era como ver cientos de luces rosas neon revoloteando en los ojos, mientras devoraba su cuello, deje escapar todo de mi.

-Que manera tan rara de decir que si..- Haruchiyo reía entre dientes mientras me bajaba y ponía mis manos sobre la pared, de nuevo miraba la fría piedra, se introdujo fuertemente y dio sus últimas estocadas, sacando su miembro liberando su cálido líquido en mi espalda.

Sanzu Haruchiyo-Luces Rosas-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora