12.Ángel Caído 👁

37 2 0
                                    

Note el sol de la media mañana colarse dentro de la habitación, el tono tenue de la luz llenaba todo el espacio, haciendose entrada por las cortinas, el reloj de buro indicaba que eran las 11:00 am, habíamos dormido mucho.

La amplia palma de su mano me sujetaba suavemente por la cadera, gire mi cuerpo para toparme con el rostro de una tormenta en calma, el cabello rosa de Sanzu alborotado se dejaba ver, jamás había notado con tanta nitidez sus pestañas blancas, su piel era tan perfecta que las zonas que tenían un rosa palido destacaban con fuerza.

Su respiración y gesto eran tranquilos, podría despertar de nuevo con el muchas veces más, pensé para mis adentros. Sus clavículas destacaban, era un chico muy fuerte pero su cuerpo era tan fino, lleno de delicadas pero rudas cicatrices y el ante brazo con el que me sujetaba dejaba relucir esa marca que llamaba tatuaje.

-Buenos días, T/N.- Sanzu entre abría esos ojos claros, que se llenaban de verde reluciente, su mirada era diferente al despertar, estaba llena de brillo y su ronca voz me estremeció.

-Buenos días, Sanzu.-

-De nuevo con eso de Sanzu, ayer por la noche ya me decias por mi nombre.- Menciono sentandose en la cama, dejandome ver su espalda mientras se acomodaba un poco su cabello.

-No te acostumbres.- Me levante por igual, caminando por la habitación para pararme frente a el.

-Agh! Que mala eres, pero me alegra te quedaras conmigo a dormir.- 

En ese momento Sanzu me sujeto por la cadera y me acerco a el, abrazandome por mi cintura, recargando su cabeza en mi vientre, mi mano se adentro por su cabello mientras sus manos se deslizaban por mis piernas.

-El cruel eres tu, cuentame ¿Qué quieres hacer hoy? .- Sus manos aun continuaban recorriendo mis piernas, mientras mi piel se erizaba.

-Hoy si saldremos a un lugar especial, así que debemos bañarnos y alistarnos.-

-En ese caso te parece que nos veamos en un rato, para ir a mi casa por mi ropa.- Sentí su cuerpo endurecerse al oir mis oración.

-No, tu te quedas aquí, te compré un hermoso vestido con ayuda de Koko he de reconocer, además aquí te puedes bañar.- En ese momento sin soltarme volteo a verme, recargando su barbilla en mi estomago, el angulo era exactamente el mismo en el que el me debió de ver la noche anterior, sus manos se aferraron a mi con fuerza y sus ojos no me dejaron dudar en contradecirlo.

-Muchas gracias por el detalle pero para bañarme necesito que me sueltes.- Me parecía curioso que Sanzu le pidiera ese tipo de consejos de moda a Koko, siendo que el se vestía de una manera tan elegante.

-Bueno.- Su tono fue áspero pero al soltarme me dio un pequeño beso en mi muslo, para luego desplomarse en la cama, note una  erección entre las sabanas, pero decidí ignorarlo y correr dentro de la regadera, el corazón me explotaban con fuerza.

Me quite de su playera y abri la llave del agua misma comenzo a soltar vapor y me adentre en la  grande ducha, Sanzu tenía una leve fijación con el marmol negro, casí todo su departamento tenía acabados en ese material y su baño no era la excepción.

Al salir de bañarme, Sanzu no estaba en el cuarto, pero se encontraba un hermoso vestido negro muy corto con un escote discreto y no tan formal sobre la cama con un hermoso par de tacones que iban a juego perfecto con el tono de su cabello, al igual que un conjunto de ropa interior de seda negra.

Note la etiqueta del vestido y supe en ese momento lo que costaba, no me parecía muy correcto que me diera cosas tan caras, pero no podría negarme a usar algo tan hermoso, era justo mi talla.

Sanzu Haruchiyo-Luces Rosas-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora