35.Era un adios 🌘

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Sanzu

-¿Y tus flores? .- Pregunté mientras movía la copa en mi mano, la miraba estática, me levanté del sillón y caminé en dirección a ella, estaba helada, se había dado cuenta de que supe que estaba con Rin, ese maldito.

-Haruchiyo...- Tomó mi rostro entre sus manos y unas lágrimas comenzaron a rodar por su hermosa cara, la besé con lentitud.

-T/N, ¿Qué pasó? ¿Te hizo algo?.-

-No, Rin no, pero ¿Y tu?.-

La copa de Whisky se resbaló de mis manos, era tarde, ella sabía algo, lo sentía en el fondo de mis huesos, la rodeé con mis brazos y la abrace tan fuerte como pude, ella empezó a moverse a agitarse.

-Haruchiyo, dime si me habías visto desde antes de hablar conmigo, suéltame.... ¿Qué hiciste?.- Camino con velocidad a la recamara, sentía que sabía algo,la sujeté con fuerza por la muñeca girándola contra la pared.

-Escúchame con mucha atención, no te puedes ir, no se que pienses o que te han hecho creer como a mi, pero te prometo que las cosas cambiaran, te lo puedo explicar con tranquilidad solo si me prometes no irte.- Susurre en su cuello mientras ella sollozaba, tendría que decirle la verdad, la maldita y cruda verdad.

-Pensé que ya no me mentías... que no tenías más secretos innecesarios.., pero quiero saber que pasa, entender tu reacción, así que te daré esta última oportunidad de decirlo todo Haruchiyo.- Su cuerpo se destenso y me miró de frente, acomode su cabello y la guíe al interior de la recamara.

Deje que se sentara en el borde de la cama, mientras yo me desprendía de la corbata y la camisa.

-Bien esto es difícil de explicar...pero tengo pruebas reales de que Mikey estaba suministrando una droga, una droga que me ha hecho perder la conciencia varias veces, lo note más después de una de nuestras peleas... cuando conocí a Sakuya una noche, pero lo siguiente fue aterrador, estaba sangrando de la herida de bala en el costado y note que su expresión, era de terror... supe por Ran que fui muy violento con ella, pero no recuerdo nada.-

-Pero ¿Mikey?...- Su cara era de asombro igual que la mía en cuanto a cabos.

-Después me comentaste algo sobre que sabías que lo habías visto antes y si, lo viste el día que fuiste a ver a tu hermano a la morgue... por que para ese momento pense....- Trague con fuerza,me estaba ahogando, sabía que nunca más la podría ver, besar, tener.

-¿Qué CARAJOS PENSASTE? ¿Dime? .- Se levantó de la orilla de la cama y me miró, de frente, estaba furia, notaba la desesperación en su cara, la misma cara que yo tendría si ella me dejara.

-T/N, controlate... pensé que yo.. que yo lo había matado.- La sujete por los hombros y su rostro se congeló, unas lágrimas más le rodaron por los pómulos, se hizo un silencio helado. -Pero me enteré de que no fue así y debo de comprobar quién lo hizo.- Finalmente la solté y saque de la bolsa de mi pantalón un cigarro alejándome unos pasos de ella que permanecía igual con la mirada fija en mi, nunca me había visto de esa manera, no hasta el día de hoy.

El humo contraresto el frío y seguíamos en silencio. La había perdido.

-Ahora entiendo todo... no se como pero sabías que yo era hermana del pobre infeliz al que asesinaron y pensaste que sería divertido enamorarme y jugar un rato conmigo ahora..-Su expresión era la de un robot.

-T/N.- Trate de acercarme a ella pero se movió hacia atrás los mismos pasos que yo avance.

-¡CALLATE SANZU! ¡CALLATE MALDITO PERRO!, todo este tiempo pensaste que habías matado a mi hermano, estabas seguro de que lo habías hecho y aun asi tuviste la osadía de acercarte a mi, de besarme, de cogerme y en ningún momento te vi arrepentido.- Ahora se había transformado en una tormenta.

-No todo fue así...yo no supe que eras su hermana hasta unos días después, justo después del incidente ya no quise matar a nadie, por alguna razón todo el mundo decía que lo que le había hecho a tu hermano, que cabe aclarar vendía droga para mantenerte de lejos, había sido terrible, pero te vi y no puede evitar desearte...después Mikey...-

-Mikey esto, Mikey el otro, ¿Acaso tu no piensas solo? ¿Acaso no ves que no le importas un carajo?, el día del fuego no me dejo entrar por ti, ni a mi ni a nadie y sin embargo tú... tú preferiste no decirme nada... y seguramente él fue quien mato a mi hermano y te hizo creer todo eso para seguir jugando contigo, pero si tu quieres ser su marioneta no me importa un demonio, yo no seré la tuya.- Nada me había dolido tanto como sus últimas palabras.

-Mikey me prometió que no te diría que había sido yo por que eso me hizo creer y que podría mantener una relación contigo si volvía a hacer las mismas cosas que antes...pero entiendo que ahora me odies...- Suspire, dejando apagando el cigarro en mi brazo.

-Hasta para eso Mikey tuvo que decidir por ti...Sanzu, no quiero saber nada de ti, nunca más.- Me equivoque, esto había dolido mucho, mucho más 

Sanzu Haruchiyo-Luces Rosas-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora