04. No Me Llames Señor

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Mi Más Alejado Deseo

Capítulo 04

Azael Stone.

Termino aquellas obligaciones pendientes dentro de mi habitación y en un solo impulso salgo de aquel lugar sofocante para ir a la sala y saber cómo sigue la chica con Jadhiel y si le interesa tomar el empleo o no.

Con pasos ligeros y con mi cuerpo todo lleno de sudor logro ver al alcance aquella chica de cabello negro deslumbrante con mi hijo entre sus brazos y aquel dormido entre ellos como si fuera una completa conocida y que su tacto le hiciera sentir entre las nubes.

—¿Cómo vas? —Hago señas para tener su mirada frente la mía.

—Muy bien, es muy bien portado tu hijo. —Sonríe levemente.

—Sí, conté con suerte que fuera así de quieto y que no llore tanto porque solo ya me hubiera vuelto loco y eso habría sido peor.

—No lo dudo. Te imaginas así esos bebés que lloran tanto y todo el día, a veces me los encuentro en el hospital o en la calle y siento que desesperan demasiado, pero gracias que tengo demasiada paciencia. No pierdo la calma tan fácil como otras personas.

—Yo soy igual no soy de perder tan fácil la paciencia creo que por eso aguante demasiado con la madre de Jadhiel.

—¿Por qué lo dices?

—Ella por todo gritaba, y no me prestaba atención ya estaba como aburrida conmigo ya no nos soportabamos.

—Eso sí que es estresante, es terrible vivir en compañía de gritos y discusiones.

—Si, pero justo cuando quería acabar con eso ella salió embarazada.

—Tengo una duda.

—Si dime.

—Si supuestamente no se soportaban y peleaban demasiado como era que tenían sexo y ella de allí sale embarazada. No comprendo esa parte.

—Bueno la verdad es que a pesar de todo en la cama nos entendíamos perfectamente, a ella le encantaba estar conmigo y a mi igual.

—¡Ohh! Increíble. —Sorprendida es lo poco que dice.

—Creo que estoy hablando mucho. ¿Te gustaría quedarte a almorzar aquí?

—Sí, está bien. Pero déjame ir avisarle a mi madre para que no ande preocupada porque no llego a almorzar a su casa.

—Adelante estás en todo tu derecho.

Ella hace señal de agradecimiento para sacar inmediatamente su móvil y marcar al número que a poco segundos escuché que le contestó al escuchar su voz saludar aquella persona que se encontraba a través del celular.

—Me quedaré a trabajar aquí hasta que logre terminar mi carrera y encuentre trabajo.

Ella estudia, que podrá estar estudiando ella. Pregunto en mi subconsciente intentando obtener alguna respuesta. ¿Será que le pregunto? No sé si sería conveniente preguntarle eso en estos momentos, porqué me pondré nervioso al hacerle una pregunta, que ilógico.

Veo colgar la llamada y se acerca a mi con una pequeña sonrisa y aquel cabello negro que le resalta sus ojos.

—¿Qué prepararas?

—¿De qué? —Pregunto confuso.

—De comer. —Responde con tono de obviedad ante mi antigua propuesta.

—Ah sí. Que te parece un poco carne.

—Me parece muy bien, yo te ayudo en la cocina.

—Oh no para nada de eso me encargo yo.

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