33. Me He Quedado Solo

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Mi Más Alejado Deseo

Capítulo 33

Azael Stone

El amor se ha convertido en un juego, Jul se aleja y de vez en cuando me brinda momentos felices, ella tenía razón no le gusta los niños y esa vida de una linda familia, eso no es lo de ella y tuve que confirmarlo tan tarde.

No duro mucho en casa, es increíble cómo han pasado dos meses más y nada que se algo sobre Alana ¿De verdad te ibas a desaparecer de esta manera? Creo subestime la fuerza de ella para seguir adelante, ya veo que no me necesitaba para seguir adelante como yo la necesito a ella justo ahora, me ahogo en la tormenta que yo mismo cree.

¿Qué ha sido de ti, mi ángel? Porque te has esfumado de esa manera, no puedo encontrar el paradero de tu vida, ojalá pudiese encontrarte y saber de ti. Extraño tu voz, tu sonrisa, tus labios, eres tan bella que me siento tan mal por haberte perdido, Jadhiel sigue preguntando por ti por las mañanas y también antes de acostarse; algunas noches pregunta con un llanto incesante, se queda dormido llorando es increíble cómo pudiste hacer que te tomara tanto cariño como para preguntar y llorar por ti aún cuando ya han pasado tres meses desde que te fuiste.

—Azael, de verdad lo intente —Jul entra por la entrada tan desesperada que no entiendo lo que está sucediendo.

—¿De qué hablas? No te estoy entendiendo absolutamente nada.

—Lo de nosotros, creo que esto no está funcionando, yo no soy de limpiar, cocinar o de cuidar niños. Te dije que no me gustan los niños y quieres que te ayude con él y yo no puedo, de verdad que no puedo, esto no es lo que yo quiero para mi vida.

—Se clara y habla ya —me exaspera tanto rodeo para decir algo.

—No puedo con esto, no puedo colocarte a decidir porque es tu hijo y yo lo entiendo pero lo de nosotros se acabó, ahora comprendo la ayuda importante que era ella para ti, yo no soy capaz de hacer la mitad de lo que ella hacia aquí.

—Te vas a ir así nada más, no vas a siquiera intentar a qué esto funcione, solo llevas dos meses en mi casa.

—Y fueron los suficientes para darme cuenta que esto no es lo que quiero, no soy mujer de estar en casa limpiando y cuidando de un niño, yo lo siento.

—Me hiciste perder una mujer como Alana para que a fin de cuentas tú te fueras así sin más, eres tan egoísta como para haberme hecho perderla para estar contigo y no ser capaz de luchar por lo que pensé que teníamos.

—Lo siento, me gustó el sexo y creí que podríamos intentarlo pero no pude y me arrepiento de haberte hecho perderla a ella. De verdad lo lamento tanto.

Ella se dirige a la habitación con aquellas faldas ceñidas a su cuerpo que la hacían ver tan sexi, ella se va y me he quedado completamente solo, de verdad tenía que pasar por todo esto para darme cuenta que tome decisiones que para nada fueron buenas.

¿Porqué cuando nos hacemos adultos cometemos tantos errores? ¿Porqué las decisiones las tomamos tan torpemente? Maldita sea, estoy tan enojado conmigo mismo que me encantaría poder golpearme por haber sido tan torpe.

—Yo de verdad lo lamento y si llego a saber algo de ella creeme que te lo diré.

La veo a ella con sus maletas lista para irse para siempre igual que como lo hizo ella.

—Es lo menos que puedes hacer —y es muy cierto luego de haberme hecho perder a mi ángel, que esto no es nada de lo que ella debería hacer por mi.

—Lo sé, pero no quiero que permanezcas enojado conmigo, por favor.

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