♡Yoonmin♡
Historia Corta Fluff
Jimin es el chico nuevo y tímido que se muda a un conjunto de apartamentos, mismo en el cuál residen los hermanos Min uno serio pero tierno en su interior y el otro muy divertido... siempre dice lo que piensa sin filtr...
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La señora Min estaba tan concentrada con su tarea en la cocina que se sobresaltó al sentir las manos de uno de sus hijos apretando sus hombros.
La pequeña estancia estaba llena de un aroma exquisito y era iluminado por una de las ventanas que daba hacia el balcón que también hacía de jardinera donde mantenía una variedad de plantitas coloridas.
Sonrió al ver a su hijo oler la comida.
—Huele bien Mamá. —dijo tomándo un vaso para servir jugo que había sobre la mesa–. ¿Para quien cocinas si no está el señor Min?
La señora Min se demoró en responder, a veces se perdía mucho en sus pensamientos o simplemente divagaba mientras cocinaba.
—¿Supiste de los nuevos vecinos? pues acaban de llegar al fin y estoy preparando una tarta de manzana y melaza para darles la bienvenida. —respondió dándole una dulce sonrisa a su hijo—.
La señora Min era una mujer muy amable y risueña aunque a veces se le veía muy ensimismada. Había llegado de Corea junto a sus 2 hijos cuando a penas tenían 7 y 8 años respectivamente, huyendo de la opresión que se vivía en ese tiempo en su país.
El padre de ambos se había quedado pues decía que huir del destino que el creador tenía para ellos era acto de cobardía pero debido a una lesión que sufrió en la guerra se fue en su búsqueda unos años después y vivían gracias a la buena suma de dinero que el gobierno le depositaba mensualmente a él y su familia.
Era un viejo gruñón y mal encarado que odiaba y juzgaba todo pero en sí no le hacía daño ni a una mosca.
—Si oí a mi hermano decir que habían venido y que uno de sus hijos era algo lindo, pero creo que es mentira. —arrugó la nariz graciosamente como un gatito— ¿Por cierto donde está? —preguntó dudoso—
—Lo envié a traer manzanas frescas no debe demorar o eso creo ¿podrías ir por él? Ya sabes como es de...
—¡Qué fastidio! —se quejó, tomó algo del refrigerador y salió del apartamento—.
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