El mundo es injusto, eso todos lo saben, si se aparece el amor no todos pueden recibirlo de brazos abiertos y menos si aparece cuando menos lo deseas.
Jisung es un cazador, pero su madre, la líder de estos lo detesta con todo su ser al culparlo de l...
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Tal cual prometió Yoongi, había tenido una charla con Soyeon, donde estipulaba de forma estricta que deseaba volver a contratar a Jisung, y que si no era ese chico, no sería nadie más.
Soyeon apretaba fuertemente el bolígrafo que tenía en su mano, con el cual acababa de firmar el fichaje de Jisung, autorizando su misión, la pelinegra sentía que había algo escondido tras eso, ¿Por qué ahora los vampiros necesitaban dos veces seguidas a un cazador? Habían pasado décadas desde la última vez que necesitaron ayuda de uno.
Y sí, no es su trabajo juzgar al cliente, aun así no puede evitar sentirse intrigada del asunto. Sabía que de ser necesario los vampiros volverían a solicitar al castaño, estaba tan bien entrenado que las misiones le llovían de todos lados y no podía evitar sentirse celosa de la atención que recibía ese mocoso asesino.
Frustrada volvió a ejercer fuerza sobre el bolígrafo que debido a la presión estalló, Soyeon gruñó mientras soltaba el objeto.
Aún molesta presiono aquel botón que abría los altavoces, según los horarios Jisung se encontraría en la cafetería
—Arrow a mi oficina—. Anunció la mujer
Todos dentro de la cafetería voltearon a ver a Jisung, el chico se encogió en su lugar completamente agobiado por la atención.
—Ya van como diez veces, ¿Ahora que hiciste?—. Le preguntó Dahyun en un murmuró, desde los exterminios habían comenzado a ser más cercanos
—Nada, no he hecho nada—. Gruñó bajo, Dahyun asintió
—Suerte, vuelve entero—. Le pidió mientras lo apuntaba con sus palillos, Jisung únicamente asintió
Con pasos pesados comenzó a dirigirse hacia la oficina de su madre, ¿Cuáles eran las posibilidades? Varias a decir verdad, la que más lo atemorizaba era que su madre de alguna manera se había enterado ya de su embarazo, por instinto cubrió su abdomen con sus brazos, ahora no peleaba solo por él, ahora eran dos. Y por mayor sea su instinto suicida, debía cuidar su integridad física.
Los pasillos estaban algo llenos a pesar de ser tiempo de comida, cuerpos pasaban de aquí hacía allá con varias cosas entre manos y la cabeza gacha, justo como acostumbraban a hacer. Nadie se metía en los asuntos del otro, todos forzados a ser seres individuales.
Cuando estuvo delante de la puerta sintió nervios, sintió un golpe de entusiasmo abarcarlo, extrañado dio dos golpes en espera del permiso para ingresar.
—Adelante—. Pudo escuchar a su madre, Jisung mordió su labio para contener una sonrisa, al abrir la puerta se arrojó contra la pared por precaución y tal como predijo, un pisapapeles pasó volando con mucha fuerza
Con cuidado se asomó, al cerciorarse que su madre no haría nada se adentró en la habitación.
—¿Me llamo líder Jeon?—. Preguntó mientras se colocaba de pie frente a su madre, la mujer clavó su vista sobre Jisung, examinándolo.