El mundo es injusto, eso todos lo saben, si se aparece el amor no todos pueden recibirlo de brazos abiertos y menos si aparece cuando menos lo deseas.
Jisung es un cazador, pero su madre, la líder de estos lo detesta con todo su ser al culparlo de l...
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Las noches suelen ser muy heladas dentro del cuartel general, realmente no sabe cuándo comenzó a ser de esta forma, cuando su padre vivía todo era luz, parecía que su padre contaba con ese elemento, con aquella capacidad de encandilar en luz cualquier lugar.
Sobrevolaba el cuartel, estaba a dos pasos de aterrizar, pero decidió hacerlo unos metros antes, quería por última vez recordar los ojos de Minho porque media vez ingrese en ese lugar su corazón se ira. Recuerda como la presencia de Minho conseguía detener su corazón desbocado, la voz del vampiro lograba calmar completamente el revoltijo dentro de su corazón, se sentía como su hogar.
Y el a pesar de ello solo pensó en escapar
Mientras caminaba en su mente se repetían los momentos que paso a su lado, su primera vez, el como se entrego a él y este lo trato con tanto cariño, el como calmo sus ataques de pánico, como lo cuido con tanto amor, tanta devoción.
Antes de lo que hubiera deseado ingreso en los cuarteles de los cazadores, los guardias se hacían a un lado al verlo avanzar por los pasillos, no había ruido alguno pues era de noche y a estas horas nadie tenía autorización de vagar por ahí, a excepción de que la líder te solicite, no puedes salir. Era como una prisión ya que las puertas eran trancadas con fuerza, solo podías escuchar a los demás, algunos llorando, otros suplicando, otros dándole mantenimiento a sus herramientas y luego estaban los otros.....
Mientras avanzaba pensaba que mierda decir, ni loco visitaría en ese instante a su madre ni a su tía, no estaba de humor. Al doblar en el pasillo de las habitaciones comenzó su conteo de habitaciones hasta dar con la suya, eran miles de puertas y la suya estaba al fondo del pasillo.
Habitación 132, 133, 134, 135, 136....140
Al ingresar en su habitación se giró para cerrar apresuradamente la puerta, arrojo su bolso por ahí sin encender la luz, en sus planes estaba arrojarse a llorar, pero un quejito lo puso alerta, su bolso había aterrizado sobre alguien. Presiono con rapidez el interruptor esclareciendo rápidamente la habitación, ahí pudo divisar una figura, se arrojó contra ella aprisionándola contra la pared
—Hey hermano tranquilo, soy yo—. Dijo aquella voz que Jisung pudo identificar como la de Changbin, su viejo amigo
—Mierda Bleu, que carajos haces aquí, ¡¿Ya viste la hora?!—. Le interrogo en un susurró escandalizado que hizo a Changbin reír un poco
—Tranquilo amigo, ya sabes como nos colamos, es solo que debo hablar contigo—. Le respondió de igual forma en un susurro
Claro que sabía como se colaban, usaban los ductos de ventilación, solo había que saber esquivar las que podían triturarlos en pedacitos, divertidísimo.
—Bueno, suéltalo—. Le dijo Jisung mientras se alejaba, se sentó en su cama a espera del relato taaan importante de su compañero
—Como ya sabes que yo iré en tu lugar a aquella misión, todos sabemos que las posibilidades de que regrese no son muy altas, con eso que debo hacer muchos sacrificios—. Comenzó el mas bajo, Jisung asintió, claro que sabía a que se enfrentaría su mayor