Capitulo 12

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Tocaron la puerta de la oficina de papá, indiqué que podían pasar, la secretaria personal de mi padre entró como si hubiera corrido un maratón con la caja llena de carpetas que van exclusivamente para el rey.

—Aquí están, real alteza.
—Gracias.

Hizo reverencia y salió, abrí la caja con la lleve que mi padre me confió, eran demasiadas, pero no era algo que no había hecho, —aunque yo era la ayuda de mi papá— esta vez haré todo sola, tenía que acostumbrarme, en unos meses lo haré.

Leí todo con cuidado, firme con la firma de papá, que ya me sabía sin titubear. Al medio día, era hora del té, el palacio se sentía vacío sin mi familia.

Chuck se regresó dos días después de que mis padres se fueron, Nadine se fue junto con ellos solamente que a Nueva York.

Ya no me enteré de lo que papá platicó con ella sobre Edward.

Tendré que acostumbrarme a estar así, mis papás se irían a su propio castillo, Nadine también.

Nate se encontraba arreglando unos asuntos, por lo tanto después del té decidí ir a la sala de música, me senté en el banco del piano decidida a tocar algo, empecé con nocturne no. 20 de Chopin.

Miré mi reloj y era hora de alistarme, tenía una gala en realidad mi padre la tenía, sin embargo como él no estaba, iré yo en su representación. Inventamos que no se encontraba indispuesto.

Me maquillaron y peinaron sin ningún cabello quedara fuera, me vistieron con un vestido color azul de mangas tres cuarto y con un leve escote en los hombros, el vestido era elegante con piedras incrustadas, pero discreto.

La estilista lo había escogido Perfecto para la ocasión, sería la primera vez que asistiría a un evento de ese grado desde todo lo que me pasó de no ser por qué Nate me acompañaría, tal vez hubiera buscado una forma de no ir, aún no tenía mucha confianza de salir y escuchar los cotilleos de las personas.

Anunciaron que Nate ya se encontraba esperándome en la entrada del palacio para poder irnos.

Todas las personas que siempre estaban al rededor de nosotros ya estaban ahí, Nate miraba su teléfono cuando escucho el silencio que provocó mi presencia, me miró y sonrió.

—Alteza Real —Se inclinó en saludo cuando llegue junto a él, imitando a todos.
—Te ha faltado besar mis pies —bromeé.
—Hasta que seas reina, lo haré.

Sonreí ante su respuesta.

—Podemos irnos —comenté a los demás.

Salimos del palacio, en dirección al evento, no me había dado cuenta que jugaba con mis manos hasta que Nate puso una mano cubriéndolas.

—Tranquila —murmuró.
—Lo siento. Es que es la primera vez desde ya sabes...
—Estaré contigo siempre.

El auto justo en la entrada del evento donde la prensa ya esperaba ansiosa, no nos habíamos dejado ver mucho juntos, por lo tanto todos querían fotos de nosotros.

Un guardia abrió la puerta para mi y otro hizo lo mismo para Nate.

Al salir los flashes de las cámaras aparecieron, Nate llegó hasta a mi, subimos las escaleras, él estaba unos pocos centímetros atrás de mi, cuando me convierta en reina tendrá que estar justos detrás de mi en apariciones por protocolo, no me gustaba eso, ya que me sentía más segura con él a mi lado.

—Alteza real —inclinó su cuello el organizador —señor Miller.

Sé que Nate ponía los ojos en blanco en su interior, tendrá que aguantarse porque así lo llamarán hasta que se convierta en mi esposo.

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