Rocío
No sabía si podía romperme más de lo que ya estaba, pero ver a Liam enojado y decepcionado conmigo me hacía sentir el doble de mal. No era una mala persona, era un chico muy comprensible, el cual le encantaba ayudar, pero si hubiera dicho sus motivos sin dar tanto rodeo, tal vez todo esto no hubiera pasado. Cuando se alejó de nosotros, yo fui tras de él.
—¡Liam! —grité su nombre, pero él no quería detenerse a hablar conmigo.
—Necesito estar a solas —sentenció sin muchos deseos de mirarme, así que lo dejé ir.
Segundos después entre al karaoke con los demás.
—¿Estás bien? —preguntó Aitor. No estaba bien por lo que negué—. Es mejor que descanses te llevaré a casa —Miró a su hermana, que estaba junto a Kiefer—. Te vienes también.
Valeria soltó un suspiro, ya que se quería quedar un poco más con Kiefer o eso parecía dar a entender cuando se había negado varias veces, pero al final obedeció a su hermano.
—¿Vienes? —le preguntó a su novia, pero Alexa me miró y negó.
—Luego nos vemos —dijo antes de besar a Aitor. Me incomode e incluso me molestó, pero le reste importancia porque ahora el dolor solo lo acaparaba la ausencia de mi hermana.
Mis padres ya se habían ido. Me habían preguntado si quería irme con ellos. Me había negado porque había pensado en seguir con el restaurante o quizás venderlo y reclamar todo lo que estaba a nombre de mi hermana para poder hacer algo en memoria de ella, por lo que seguir con el restaurante posiblemente era la mejor opción.
Durante el trayecto a mi casa no habíamos hablado mucho porque estábamos asimilando todo, además de que no había mucho que decir.
—¿Seguro que estarás bien? —preguntó preocupado Aitor. Me alegraba que se preocupara por mí, pero sabía que solo estaba siendo amable en este momento.
Me encogí de hombros porque realmente no quería estar sola.
—Lo intentaré —susurré resignada a ello, a la pequeña soledad que iba a tener—. Muchas gracias por traerme —dije hasta que Aitor salió del coche para darme un fuerte abrazo.
—Saldremos de esto —susurró a mi oído.
—Eso espero —respondí, intentando buscando aquella esperanza que se había hecho trizas. Su abrazo me había dado fuerza y quitar aquella sensación de que estaría a solas. Él siempre había sido bueno conmigo a pensar que suspiraba por él y por un momento pensé que podríamos tener algo cuando decidió dejar a Alexa. Lamentaba mucho el hecho de que solo había sido un beso y vaya que si había intentado dormir con él, pero me había respetado; sin embargo, mi hermana no lo vio así, ¿quién podría? Al fin y al cabo él sabía mis sentimientos.
Antes de que arrancara el vehículo me despedí de Valeria y cuando iba a entrar a mi casa Liam había aparecido de la nada llevándome un susto al verlo.
—Lo siento, no quería asustarte —dijo con tristeza en su voz. Pensé que se había ido a su casa o al lugar en el que se estaba quedando porque como no quería verme.
No dije nada, abrí la puerta y dejé que entrara tras de mí, él cerró la puerta, se llevó una de sus manos a su bolsillo delantero y con la otra se acomodó los lentes que se le habían bajado.
—Disculpa lo de antes, pero...
—Soy yo la que debe disculparse millones de veces —lo interrumpí—. He sido yo la que te había usado —susurré encogiéndome de hombros.
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La Voz De Un Ángel
ParanormalSamantha y Alexa viven en un pequeño pueblo y como todo pueblo, éste también tiene su leyenda. Nunca pensaron que aquellas historias eran reales hasta que una serie de sucesos rompió el molde de vida que estaban forjando. Descubrirán que el mundo es...