Alexa
—¿Qué has hecho qué?
El espíritu que estaba dentro de mí se encontraba gritándole a todos al descubrir que ya no estaban los prisioneros. Kiefer se había enfrentado a ella cuando por fin dijo que él fue quien los había liberado antes de que matara a unos de los miembros del club. Me había alegrado al saber que ellos ya no estaban, pero la sorpresa fue aún mayor cuando Kiefer dijo que era el responsable. No podía creerlo porque pensé que estaba con ella.
—No son una amenaza —respondió Kiefer.
—Debiste preguntarme. No puedes actuar por tu cuenta —gruñó molesta—. Da igual, mis planes seguirán en curso tal vez un poco más dramático, pero es tiempo de tomar mi lugar — bramó como una fiera hasta que se relajó y soltó una risa malévola.
Estaba loca.
—Es hora de empezar a reinar en estas tierras —dijo con una sonrisa de victoria como si ya estuviéramos derrotados.
No podía salirse con la suya. Necesitaba expulsarla de mi cuerpo cuanto antes.
La ciudad temblaba. La oscuridad había asolado al pueblo entero. El cielo se volvió negro a pesar de que no era el tiempo del sol en ocultarse. Sin embargo, eso fue lo que sucedió. La luz del sol dejó de brillar, mientras que las personas se habían asombrado al ver el gran cambio. Muchos se preguntaban si se trataba de algún eclipse que no habían podido prevenir los expertos, algunos se alarmaron al ver que no le funcionaba el móvil, todos estaban apagados como si la batería fue descargada. De repente del cielo empezaron a salir rayos y truenos, la gente se asustó empezando a gritar cuando unos de los rayos le cayó a una de las personas que estaban en la calle.
Intentaba detener aquellos ataques, pero en medio de los truenos estaba mi cuerpo volando. Mis alas cambiaron de color a uno negro haciendo juego con el vestido que llevaba puesto.
Detente.
Pedí porque sabía que ella me podía escuchar, apenas me quedaban fuerzas como para poder luchar. Desde que empezó a usar sus poderes empecé a notarme débil. Ante mi súplica ella no me había hecho caso, tan solo soltó una carcajada. La gente se había ido a buscar refugio. Estaban cardiacos al presencial algo así. Pensaba que se trataba de una broma o simplemente no podían dar crédito a lo que veían.
Todos habían buscado refugio menos Aitor, que había caminado hasta la calle.
No podía creerlo. ¿Qué estaba haciendo?
—¡Aitor, regresa! —gritó su hermana, intentando escondiéndose del fuerte viento que empezó a circular, como también de las gotas de lluvia.
—No sé si lo que intenta hacer va a funcionar, es una locura —murmuró Liam sin poder creerlo, pero no iba a quedarse de brazos cruzados.
Liam corrió lo mejor que pudo para estar al lado de Aitor, quien asintió ante su respaldo. El espíritu tan solo se burló de ellos.
—No pueden hacer nada, ya es demasiado tarde y me alimentaré con sus almas —gritó llena de alegría.
Luego de decir esas palabras empezaron a salir más demonios por todas partes llenando el cielo. En una cosa, los miembros del club no mentían, pero fueron manipulados por los mismos demonios, haciéndoles creer que podía dominar a uno de ellos, y sí, ellos podían obedecerme o mejor dicho al espíritu que manejaba mi cuerpo, tal vez por el rango que tenía, pero era una mentira disfrazada de verdad. Me lamenté mucho, pero no era tiempo de llorar y de quedarme sin hacer nada, pero estaba atrapada en mi cuerpo y no sabía qué hacer.
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La Voz De Un Ángel
FantastiqueSamantha y Alexa viven en un pequeño pueblo y como todo pueblo, éste también tiene su leyenda. Nunca pensaron que aquellas historias eran reales hasta que una serie de sucesos rompió el molde de vida que estaban forjando. Descubrirán que el mundo es...