«REYES O DIOSES, LA LINEA ES DEMASIADO FINA»
Luego de la destrucción completa de la Tierra, Lyanna y su pueblo viajaron por 125 años a través de las estrellas en sueño criogénico despertando con el regalo de una nueva oportunidad. Un lugar donde pue...
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— Gaia... hey, tranquilízate. Madi estará bien.— Bellamy dijo al ver como la mujer agarraba su chaqueta y bolso lista para salir y vigilar a la niña.
— ¿Bien? Le dieron a Clarke un guardaespaldas por ser una sangre oscura y acaba de enviar a Madi a la escuela? ¿Enserio la vas a dejar?— la guardiana de la llama vio perpleja a la reina quien aunque estaba de acuerdo con Gaia sobre el raro comportamiento de Clarke, no podia desconfiar por cada pequeña cosa, eso la volvería histérica mas de lo que ya estaba respecto a este lugar.
— Solo será de prueba, además Madi es como Clarke, es cautelosa y no es imprudente, al contrario de....— la mirada de ella fue a Rhaegar que ya estaba encima de una de las mesas queriendo saltar de esta a la que estaba al lado—. ¡Roan! ¡Roan- Rhaegar Blake! ¡La gente come ahí! ¡Baja ahora mismo!
— ¡No es justo! Madi puede ir a la escuela y yo no. Solo estoy jugando— él dijo inocentemente.
Lyanna se armó de paciencia y ya había empezado a caminar cuando Bellamy fue primero hacia su hijo, tomándolo de los piernas y lo dejo boca abajo, el niño rió y prometió que se iba a comportar antes de que su padre lo dejara en el suelo y sorprendentemente Rhaegar cumplio su promesa. Y eso hizo el corazón de Lyanna entibiarse al ver a padre e hijo, eso solo la hacía querer tener más... luego recordaba el dolor de parir y esa idea se esfumaba de su mente.
Aun así su mirada se encontró con la de Bellamy, ambos inevitablemente sonrieron al verse el uno al otro. Él no podía evitarlo, cada vez que veía su rostro, desde que la había visto por primera vez, se le apretaba un poco el corazón de una forma dolorosamente deliciosa.
Ella adoraba su sonrisa, le hacía pensar en un hogar que ellos habían construido lleno de risas, promesas, susurros e historias, un lugar seguro y cálido en el que ella podía ser débil y nadie la heriría.
— ¿Puedo traerles algo más?— Blythe Anne les preguntó con una bandeja llena de galletas y pan, Rhaegar trató de acercarse pero Bellamy lo tomo de la chaqueta evitando que diera otro paso.
— ¿Señora, puedo preguntarle algo?— Jordan se levanto de su silla yendo hacia la mujer.
— Solo si me llamas B. A— ella sonrió amablemente.
— ¿Que le paso a Delilah anoche?
Lyanna se acercó un poco mas al muchacho, curiosa, ella no había estado ahí para la tan llamada ascensión de Delilah, todos en Sanctum incluidos los padres de la chica se veía deleitados, el único que veía un problema era Jordan.
— Nuestra pequeña niña se convirtió una con los primes.— la mujer sonrió orgullosa haciendo que la joven reina la viera curiosa, normalmente cuando alguien decía una frase como esa la usaban cuando la persona había fallecido y ningún padre consiente diría eso de su hijo, en especial su única hija como lo era Delilah.
