Capítulo. 22 💙💜

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Al llegar a la habitación de Fyodor, se sorprendió, está no tenía lujos, al contrario, era muy sencilla, algo de sorprenderse puesto que su habitación contrastaba mucho con el tipo de ropa de lujo que solía usar, solo por curiosidad paseo por el l...

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Al llegar a la habitación de Fyodor, se sorprendió, está no tenía lujos, al contrario, era muy sencilla, algo de sorprenderse puesto que su habitación contrastaba mucho con el tipo de ropa de lujo que solía usar, solo por curiosidad paseo por el lugar encontrando alto interesante.

— ¿Usas magia?

—Pensé que la vez que nos encontramos, la declaración de Dazai lo había dejado más que claro.

—Pensé que solo bromeaba, pero veo que no, esto... ¿Es sobre el tipo que siempre está detrás de ti?

— ¿Gogol? No esperaba que le conocieras.

—No personalmente —mintió mientras explora el lugar— pero he tenido la oportunidad de verlo de lejos y a tu lado.

—Nuestra relación es algo complicada, lo que hice con él por ejemplo, pero no me arrepiento

— ¿Puedo saber de qué hablas?

—Le traje de vuelta de la muerte.

Chuya se quedó callado un rato y miró nuevamente los apuntes, decía la verdad.

—No sabía que eso era posible, pero él...

—No tiene cuerpo, al menos no uno que sea realmente de Carne y Hueso.

—Ustedes dos, ¿acaso son algo?

—Lo somos, pero no es que adoremos hacerlo público.

— ¿Por qué?

—Tengo mis razones.

Chuya simplemente asintió y siguió observando su alrededor, además de ojear unas cuantas cosas mientras Fyodor le veía atento cerca del balcón.

— ¿Crees que podrías ayudarme a volver a la normalidad? —decidió comenzar una nueva conversación, no quería meterse en algo peor por estar observando de más.

—Podría intentarlo, pero debo saber qué tipo de genio era.

—Un tigre.

— ¿Byakko? ¿Qué hace él cerca de ti? —Se cruzó de brazos.

—Larga historia, ahora ¿puedes?

—Déjame ver qué puedo hacer por ti.

Se acercó a su escritorio buscando unas cuantas cosas, Chuya por su parte se dejó caer en uno de los cojines esperando que algo pasara.

Las vistas del palacio son las más hermosas del mundo.

Una voz en su mente le recordó esto así que miró hacia afuera notando los tonos naranjas del cielo, se sentía melancólico, hasta que sintió que alguien se acercó a ella.

— ¿Alguna vez deseaste nunca tener un nombre divino? —preguntó la de ojos azules.

—Creo que todo el tiempo.

Noches en ArabiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora