El amor nos hará

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"Ven a dormir conmigo:
No haremos el amor, él nos hará."— Julio Cortázar

Advertencia: [Contiene Lemon]

Labios rotos-Zoé

¿Cómo hemos llegado a esto?
Bueno... En realidad, no importa. ¿Cierto?

A veces un torpe beso puede ser el comienzo de una entrega más grande.

No sabías cómo habían llegado a ese punto. Un simple intercambio de palabras mudas, un paso que acortó sus distancias, un beso que unió sus cuerpos y enlazando todos sus deseos. Los hizo terminar recostados en la cama,en un intercambio de besos que parecía ser infinito, sentías los dedos de Kakucho enredarse en tu cabello.

Se aferraron el uno al otro como si no se quisieran soltar nunca.

Ojalá esto nunca se acabe, ojalá que tus besos nunca me falten, amor.

Si no hubiese sido por sus pulmones que pedía aire a gritos, jamás se hubiesen separado, se observaron a los ojos por un momento; las pupilas dilatadas, las mejillas en llamas y los labios rosados de tanto besarse decoraban la cara de ambos.

Te acercaste con la intención de besarlo de nuevo, de sentir su boca con la tuya, de demostrarle tu amor ya no solo con palabras sino con actos, pero él retrocedió.

—Tenemos que parar o, no me voy a poder controlar—dijo Kakucho en un susurro, juntó su frente con la tuya, para demostrar que a pesar de que se apartó un poco en verdad disfrutaba ese momento.

—Quiero hacerlo—contestaste en un susurro.

—No podemos, no tengo preservativos.

—No importa, existen las pastillas.

—¿Estás segura de esto?— preguntó tomando tu cabeza y mirándote a los ojos.

—Lo estoy, quiero que seas el primero—dijiste algo apenada.

Quiero todo de ti.
Lo quiero todo, sentir el aroma de tu existir
Y bañarme con el perfume de tu ser.

La conversación se mantuvo en susurros todo el tiempo, ninguno quería perder el ambiente que tenían, ni siquiera querían hablar, únicamente querían sentirse.

Tu mano, torpe, recorrió el torso de Kakucho, delineando su abdomen, siguiendo por sus brazos y hasta llegar detrás de su nuca, te acercaste lentamente a su cara, sintiendo su respiración cálida y pesada chocar con tu rostro, hasta que sus bocas se encontraron de nuevo.

Entre besos y caricias, las ropas sobraron, y desaparecieron, las inseguridades aparecieron, pero a pesar de todo estaba dispuesto a exponerse al otro, no solo en cuerpo, sino también en alma.

No te cubras,
déjame ver todo de ti, pues yo te amo y deseó.
Amo tu perfecta imperfección.

Besaste sus cicatrices, sus marcas, y él besó las tuyas. Sus pieles se erizaron, se sentían con cada poro y con cada poro querían sentir al otro. Danzaron sobre las sábanas hasta encontrar la posición que mejor se les acomodará.

Flor de loto. Posición que los unía y acercaban más al otro, pero que al mismo tiempo les ayudaban a cubrir sus inseguridades.

Se unieron en uno, sintiéndolo en lo más profundo de tu ser y recibiéndolo gustosa de que la primera vez fuese por amor más que por la necesidad de no sentirse abandonada, olvidada o quedada.

Rey Celestial - Kakucho HittoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora