Dejar atrás

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I Love You So-The Walters
Photograph-Ed Sheeran
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Ran y Rindou pasaron todo el día, o al menos lo que quedaba de él, ayudando a Kakucho a ordenar su departamento. Rindou se encargó de sacar toda la basura ahí había, mientras Ran y Kakucho tenían una larga charla acerca de lo sucedido.

Kakucho le contó todo lo ocurrido a Ran, no tenía la intención de contárselo a nadie, pero ya no podía más, necesitaba desahogarse con alguien. Desde la muerte de Izana, Ran había sido quien se hacía cargo de Kakucho, no era como él se encargará de mantenerlo o algo por el estilo, pero sí se preocupaba por él y lo aconsejaba, pues a ojos de Ran, Kakucho era como otro hermano menor. Uno menos infantil y fastidioso que Rindou.

—Ahora entiendo por qué me pediste que lo llamara—fueron las primeras palabras que dijo Ran después de escuchar toda la historia—. Qué pequeño es el mundo.

—Más de lo que me gustaría—contestó Kakucho desanimado.

—¿Quieres mi consejo?—preguntó Ran, Kakucho únicamente asintió— No la dejes ir, si la quieres demuéstraselo y ve a buscarla. A ella no le gustará que la dejes y menos ahora que está o estaba en el hospital.

—¿Qué hay del viejo?

—Ese viejo no hará nada, sería como cavar su propia tumba. Demuestra qué eres fuerte, no por nada, Izana te eligió como Rey Celestial—dijo Ran dándole algunas palmaditas en la cabeza.

—¿De qué viejo hablan?—interrumpió Rindou llegando al departamento después de haber llevado la basura al contenedor de afuera.

—De ningún viejo—le respondió Ran—. Ahora de irnos, cuatro ojos— agregó poniéndose de pie.

Las palabras de Ran seguían resonando en la cabeza de Kakucho, ¿sería lo correcto irte a buscar?

No lo sabía, pero quería hacerlo. Quería verte, ver cómo estabas, abrazarte y quedarte así un buen rato. Siempre había odiado el sentimentalismo, pero esa parte sensible y blanda de él siempre salía a flote cuando estaba contigo.

—Gracias por el consejo—le dijo Kakucho a Ran cuando fue a despedirlos a la puerta.

—No me lo agradezcas—dijo el mayor de los Haitani—. Por cierto, ahora somos parte de la Kanto Manji, en cuanto arregles tu problema ve a buscarnos con Mikey.

—Entiendo—contestó Kaku. No era una idea que le agradara, pero no estaba en posición de oponerse.

Tenía cosas más importantes por las que preocuparse.

—Nos vemos, Kakucho. Báñate ya, pareces un vagabundo y a (T/N) no le agradan los hombres de higiene dudosa—dijo Rindou despidiéndose de él e intentando robarle una sonrisa, lo cual consiguió.

Kakucho cerró la puerta y se recostó unos minutos en el sillón mirando aquel retrato.

"Voy a recuperarte" pensó mientras acariciaba la foto sobre el cristal que la protegía.

Estaba decidido, él tenía un propósito. Le habías enseñado una nueva manera de ver la vida, una que no quería perder. Pero el destino tenía otros planes para ustedes, pues mientras la fe y esperanza de Kakucho regresaban, tú te encontrabas haciendo tus maletas.

Estabas lista para dejar todo, irte lejos, y, con suerte, olvidar todo lo que pasó. Los momentos que habían pasado juntos estaban a punto de volverse recuerdos borrosos, los únicos vestigios que quedaba de ese amor eran algunas fotografías y otros accesorios.

Como los pendientes que en ese momento mirabas fijamente sobre tu mano, pues mientras empacabas los encontraste. El día de la pelea los habías dejado en casa por temor a que se dañaran, una decisión acertada.

El mirarlos te llenaba de muchas emociones, nostalgia, tristeza, ira, frustración, ellos eran el símbolo de la relación con una persona especial.

"Casémonos en 7 años"

Las palabras de Kakucho y la imagen mental que tenías de él cuando te hizo esa propuesta atormentaban tu memoria.

En esos momentos en los que debatías mentalmente si llevar los aretes contigo o no, cegada por la rabia y la desesperanza de algo que no se pudo lograr, arrojaste los pendientes al suelo.

—Palabras vacías

Hablaste para ti misma, intentando autoconvencerte de que esos aretes ya no significan nada para ti, pero no pudiste. Te levantaste de tu asiento para ir a recogerlos y encontrarte con que uno de ellos se había partido por la mitad.

—No, no, no—dijiste mientras intentabas arreglar el desastre que tú misma provocaste—Mierda. Estúpida, estúpida.

El llamado de tu madre en la puerta te sacó de tu burbuja de culpa y autodesprecio.

—(T/N)—dijo a través de la puerta de tu habitación—apúrate, las maletas deben de estar ya en el carro.

—Ya voy—respondiste limpiando tu nariz

Terminaste de alistar todas tus maletas, y guardaste los pendientes con sumo cuidado. Al final decidiste conservarlos.

Con ayuda de la abuela subiste tus maletas al coche de tu madre, quien en la madrugada te llevaría al aeropuerto. El destino era Boston, un nuevo lugar a donde ir y donde iniciarías una vida nueva, lejos de las ilusiones del amor y de la vida de delincuentes.

La noche se te hizo eterna, no pudiste pegar el ojo en ningún momento, desde que habías leído aquella nota estabas decidida a irte, empezar de cero en otro sitio y acostumbrarte a la nueva vida que llevabas desde que la ceguera se había convertido en tu nueva compañera de vida.

Pero, momento antes de abandonar por última vez aquella casa que llamabas hogar, un ápice de duda se hizo presente.

¿Estabas haciendo lo correcto al irte?

Una pregunta que quedaría sin respuesta por mucho tiempo.

Cuando Kakucho llegó a buscarte por eso de las diez de la mañana, tú ya no estabas ahí, sino que te encontrabas abordando un avión que te llevaría a tu nuevo hogar. Kakucho y Fumiko tuvieron la única plática que tendrían en toda su vida, un intercambio de palabras corto, pero que sin duda dejaría marcado al hombre que era y al hombre en el que se iba a convertir.

"Ya no está, se fue del país"

Fueron las palabras que dejaron marcado a Kakucho y las palabras que se repetían una y otra vez en su mente cuando se encontraba tumbado, abrazado a aquella fotografía que ahora era lo único que tenía, eso y un anillo de un compromiso que no se pudo concretar.

Y mientras tanto tú, abordo de ese avión, sólo podías pensar en esa "aventura" que habías tenido con aquel Rey Celestial, que ahora dejabas atrás.

Y mientras tanto tú, abordo de ese avión, sólo podías pensar en esa "aventura" que habías tenido con aquel Rey Celestial, que ahora dejabas atrás

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Hola jejeje regresé xd

Feliz de ponerle punto final a esté drama, de publicar un nuevo capituló y de poder continuar con la historia. ^w^
Se viene la mejor parte, jejeje, estoy emocionada porque desde que inicie la historia quería llegar a esto que se viene :)

Muchas gracias por leerme , enserio no saben cuanto lo valoro y sus comentarios también, me llenan el alma.

Lxs amOo <3

~HirO

Rey Celestial - Kakucho HittoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora