Rey Celestial - Kakucho Hitto

Será conmigo

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Al escuchar la frase que salió de la boca de Manjiro sentiste que las paredes se hacían pequeñas y se te venían encima.

Siempre soñaste con volver a ver a Kakucho, pero no así, no en esa situación. Tu corazón latía tan fuerte dentro de tu pecho que pensaba que se iba a salir, las manos me temblaban y tu boca se sentía seca, como si no hubieras tomado ni una gota de agua en tu vida, pero pese a lo que sentías tenías que sobreponerte a la situación ante todo, no era momento para lamentarse por las elecciones de otros.

Tardaste unos segundos en responder, pues por tu mente solo pasaba un: ¿qué rayos es lo que tengo que contestar a esto?

Tu mirada recorrió la figura de cada uno de esos hombres y se fijó en uno en específico, Rindou. Sus ojos caídos y su mirada de fastidio se encontraron con tu mirar confundido, y en medio de ese mar de incertidumbre te dedico una ligera sonrisa con que te brindó la tranquilidad que necesitabas en ese momento.

Cuando despertaste del coma no recordabas nada, no tenías una idea clara de lo que había pasado antes de ello, pero con el tiempo tu mente se fue aclarando y los destellos de aquella fatídica noche que fue un parteaguas en la vida de todos aparecieron. Recordaste todo, quién te había golpeado, lo mucho que te dolía la cabeza, el calor de la sangre, las gotas frías de lluvia, el dolor en la garganta; pero sobre todo, la preocupada voz de Rindou y como intentó cargarte para auxiliarte cuando más herida estabas.

Eran amigos y eso es lo que hacen los amigos cuando uno está mal, jamás lo olvidarías, porque aunque habían pasado mucho tiempo sin verse, tanto él como Ran también vivían en tu pensamiento.

Tú también vivías en la memoria de ambos, pues Rindou siempre evocaba tu recuerdo como la única amiga mujer que había tenido y con la cual se divertía pasando el rato y estirando; recordaba muy bien la petición que le hiciste el último día que se vieron, cuando estabas perdiendo la conciencia y le pediste que tanto él como su hermano cuidaran de Kakucho, eso habían estado haciendo.

—Es bueno volver a verlos—dijiste cuando las palabras por fin salieron de tu boca.

Miraste de reojo a Kakucho quien tenía la mirada puesta en ti y sentiste un escalofrío recorrer tu espalda.

Mientras tu mente divagaba con memorias del pasado y buscabas las palabras correctas, desde que había entrado en la habitación y se paró a un lado de Manjiro, la mirada de Kakucho estaba fija en Tadashi.

¿Qué mierda hace él aquí?, ¿Quién diablos es este tipo?, se preguntaba mentalmente sin despegar la mirada del hombre con lentes frente a él, quién se dio cuenta de ello y de igual manera se quedó mirando a aquel hombre de la cicatriz que lo miraba sin parpadear.

Fue entonces cuando las dudas aparecieron en Kakucho, pues se dio cuenta que, en todo el rato que habían pasado sin verse desde que te fuiste del país , se tiene el tiempo para encontrar una nueva pareja y que surja la oportunidad para construir una nueva vida.

¿Será su esposo?, se cuestionó Kakucho , en seguida vio tus manos y entonces respiró tranquilo al ver que no había alguna sortija de matrimonio o compromiso decorando tus dedos.

Tadashi interpretó ese desvío de mirada como una victoria, se pavoneó internamente por haber ganado una batalla de miradas sin saber que en la vida real no podría ni aguantarle un golpe a aquel hombre de la cicatriz que solo había desviado la mirada para observar tus manos.

Nadie respondió nada a tu comentario, no era porque no quisieran, sino que había alguien ahí que no podía estar y ninguno hablaría hasta que estuviera fuera de esa sala.