Vivir por Vivir

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The Side of Paradise - Coyote Theory
Nothing - Bruno Major

Existen ocasiones en las que la vida parece mejorar mágicamente y esta era una de esas.

Corrías tomada de la mano con Kakucho, estaban huyendo de una policía que los había pillado golpeando a un grupo de chicos, y aunque la mayoría del tiempo su violencia no se justificaba, esta vez sus actos habían sido cometidos con justa razón.

Pues mientras estaba pasando un rato en el parque fueron testigos de cómo ese grupo de muchachos molestaban a un niño mucho menor que ellos, y en su joven y alocada cabeza les parecía buena idea darles una lección, todo iba bien hasta que el policía hizo su aparición.

—¡¡Ey!! ¿Qué creen que están haciendo?—gritó llamando su atención.

—¡Corre!—dijo Kakucho antes de tomar tu mano y comenzar a correr.

Corrían lo más rápido que sus piernas les permitían y había girado ya en demasiadas esquinas que te comenzabas a marear, se adentraban entre todas las calles que les era posible para perder al oficial que les pisaba los talones.

Se escondieron en un callejón estrecho, quedando frente a frente, antes de que pudieras decir o hacer algo, Kakucho colocó su mano sobre tu boca y nariz para poder disminuir el ruido que tu respiración agitada provocaba y evitar que los atraparan.

Se miraron fijamente a los ojos por unos segundos hasta que ya no escucharon más ruidos de pasos siguiéndoles, habían logrado perder al policía y para asegurarse que eso fuera cierto, asomaron ligeramente la cabeza fuera del callejón, mirando a ambos lados de la calle, verificando que ya no hubiera nadie.

Cuando regresaron a su posición original sus miradas se conectaron, por la adrenalina y la euforia del momento una risa escapó de sus bocas.

—Casi nos atrapan—dijiste riendo, escondiendo tu cara en su pecho, escuchando la suave melodía que formaba el rápido latir de su corazón.

—Fue tu culpa, corres muy lento—respondió él riendo y apegándote más a él.

—Bueno, eso no hubiera pasado si no me hubiera dicho que les diéramos una lección a esos idiotas—dijiste levantando tu cara y frunciendo el ceño.

A los ojos de Kakucho parecías un pequeño gatito enojado, no queriendo discutir más y enternecido por la expresión de tu cara junto con el sonrojo en tus mejillas, ocasionado por correr tanto. Te besó, aceptando indirectamente que la culpa había sido de él.

Salieron del callejón tomados de la mano, sin darse cuenta había llegado hasta la bahía, el lugar donde se conocieron indirectamente, por insistencia tuya se quedaron a ver el atardecer frente al mar.

El ambiente ya no era pesado y abrumador como lo fue aquella noche, al contrario, el aire parecía ser más ligero de lo normal.

Observabas el atardecer cautivada por los hermosos colores que teñían el cielo, en compañía de aquel chico de cicatriz que un día de la nada apareció un tu vida para cambiarla, haciendo que toda la soledad y tristeza que alguna vez sentiste se disipó.

Kakucho observaba tus ojos brillar, tu pelo ser alborotado por la brisa, cautivado por la suave sonrisa dibujada en tu rostro, y por una vez en su corta vida, sintió que la vida, el universo, lo estaba tratando con amabilidad y lo estaba recompensado por todo aquello que alguna vez le quitó.

—Kaku—dijiste llamando su atención—, ¿Estamos siguiendo el camino correcto?—preguntaste de repente.

—¿A qué te refieres?—preguntó algo desconcertado por tu pregunta.

—El camino de la violencia, esta vida de delincuentes—aclaraste volteándolo a ver.

—No lo sé— respondió—, no sé si es el camino indicado, aunque la verdad, para mí cualquier camino es correcto si estoy a tu lado—dijo de repente con el rostro sonrojado.

Y es que si algo ha aprendido Kakucho en estos últimos años de su vida, es a no guardarse demasiado las cosas que siente, pues por cada momento bueno existe uno malo.

Sus palabras te hicieron sentir tan querida y emocionada que un nudo se formó en tu garganta con lágrimas de felicidad que amenazaban con salir de tus ojos vidriosos.

—Sabes Kaku, antes de conocerte, yo caminaba sin rumbo en la vida, no tenía a nadie y estaba sola—dijiste abrazando tus rodillas—, pero ahora puedo decir que ya no vivo por vivir, estoy agradecida con el destino por ponerte en mi camino y de que estés en mi vida.

Los ojos de Kakucho se abrieron como platos por tus palabras y no puedo evitar abrazarte.

—¿Por qué lloras?—preguntó al escuchar tus sollozos.

—Sólo... Estoy feliz—susurraste.

Haber crecido con la falta de cariño de parte de tus padres y la falta de interés que las demás personas a tu alrededor te había hecho creer que nadie nunca te podría querer, por eso eras tan sentimental con él, tal vez después te arrepentirías de mostrar tanta vulnerabilidad emocional, pero en esos momentos te importaba poco.

—Mañana voy a ir a recabar la información que South quiere— comentaste mientras regresaban a casa.

—Está bien, ten cuidado, pequeña—dijo besando tu frente y dejándote en casa.

—Está bien, ten cuidado, pequeña—dijo besando tu frente y dejándote en casa

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Joder necesito un Kakucho en mi vida!!!

Holi!! Gracias por leer, espero les haya gustado el capítulo de hoy.

Btw si pueden vean la Letra de las canciones que les deje al Principio, siento que van muy bien con la historia y me inspiraron mucho 👉🏼👈🏼

En fin, cuídense mucho y tomen awita.

Lxs amo 💗💗

~HirO

Rey Celestial - Kakucho HittoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora